Forum Filias 1. El comienzo de una era y los tres poderosos.

Septendecim

Los tres faltantes

Mallva y Azurza hicieron acto de presencia durante cada ocasión en donde los tres poderosos comenzaron a ser entrenados, educados e incluso instruidos en el delicado y precioso arte de la magia que poseía cada una dentro de sus almas. Los tres poderosos se vieron obligados a llevar clases en donde se les instruía y adentraba en cada arte, tarea, tradición y costumbre que poseía de Elfman; fueron enseñados a elaborar cada una de las tareas que se practicaban dentro de Elfman, como propio Gerandius los enseñó y llevó por el camino de la medicina botánica y la hechicería orgánica al mismo tiempo que Khalifa monitoreaba el comportamiento que cada uno tenía según su estado emocional y sentimental.

Los hicieron trabajar duro durante varios días, días en donde Erza los entrenó en combate con espadas e instruyó en el arte del combate a galope, enseñándolos a cada uno a montar bellos corceles que irradiaban luz y fuerza logrando imponer miedo y respeto a aquellos que hasta hace unos cuantos días eran simple humanos caminando siempre en la misma dirección que los demás humanos.

Pasaron días enteros bajo los rayos de Mallva entrenando combate con espadas y cabalgando por prados y bellos valles de color verde en donde Erza les instruía con voz autoritaria y llena de poder como debían hacerlo, como debían desenvainar una espada y como es que debían empuñar su espada de manera correcta.

Miles de perlas de sudor fueron las que escurrieron y cubrieron las frentes de los poderos que luchaban hasta que la lucha de la oscuridad y luz cubría cada centímetro de los valles y prados cubiertos por hermosos pastizales de color verde.

Juvia observaba de lejos cada el comportamiento de cada uno de los poderos, observaba la mejores y evolución en el combate a galope y mano a mano en que el diario eran instruidos con una nueva técnica.

Por el contrarío a Nictofilia y Estigmatofilia, Boris o mejor dicho Dendrofilia se mantuvo en recuperación las primeras semanas en donde se trabajaron cada uno de los músculos que al momento de su llegada a la vida nuevamente de se habían atrofiado. Fueron semanas llenas de dolor y quejas en donde Dendrofilia exigía que lo dejaran postrado en la silla en la que permanecía; sin embargo, él mismo al meditar un poco luego de cada uno de los sanadores lo dejaran descansar les pedía que volvieran y siguieran con el trabajo de volver a la vida aquellos músculos que se encontraban dormidos desde su despertar.

─Es momento de que traigas a los tres faltantes, Juvia ─habló MystῘcus ─. Aunque nuestros tres poderosos han mostrado un gran avance y mejoría aprendiendo cada gota de la esencia de Elfman no hemos logrado hacer volver a la consciencia a Retrofilia y Selenofilia.

─Bien ─contestó Juvia ─, comenzaré con los preparativos para marcharme lo más pronto posible. No hay tiempo que perder, la tranquilidad repentina de Kiebuck no me mantiene tranquilo.

─Tampoco a mí ─confesó MystῘcus ─. Sé discreto y pide al curandero y los Guardianes que se vayan alistando, los quiero fuera de Elfman a la brevedad.

─Como usted ordene, gran maestre ─asintió Juvia a la orden de MystῘcus ─. Me retiro.

El joven hizo una reverencia antes de salir de la habitación en donde minutos antes de que le ordenara seguir reclutando a las filias charlaban de amenamente entre temas variados tratando de no profundizar la conversación en torno a Kiebuck y su repentina tranquilidad.

Era más que sospechoso e intranquilizante que no hubiera noticias de él, pero sobre todo que no se hayan reportado ataques de aquellas almas que habían decidido seguir el camino de este. Caminó rápidamente hasta su alcoba y comenzó a preparar algunas prendas y escribir cartas codificadas para que nadie excepto aquellos para quienes iban dirigidas pudieran conocer el mensaje. Fue lo suficientemente ágil para escribir las cartas correspondientes, así como para mandarlas con la premisa de urgente.

El tiempo para que estas llegaran a las manos de sus dueños no fue mucho, pues en el momento en que estas tocaban las palmas de las manos de los dueños sabían que el momento de ir por los tres faltantes había comenzado. No dijeron nada, solo dejaron las actividades que habían estado haciendo en ese momento y comenzaron a alistarse para la nueva búsqueda.

Hubo muchas preguntas de aquellos que cuestionaron su repentino cambio y lo crudo que habían sido al cambiar su actitud y tomar una donde la seriedad y la determinación era lo único que dejaban ver y leer su rostro y semblante. No contestaron ninguna de las preguntas que se les hizo exigiéndoles de respuestas acerca de porqué sus deberes y trabajos habían sido abandonados.

Algunos contestaron “Órdenes del gran maestre”, otros tuvieron simplemente la decencia de expresar por sus bocas “el momento ha llegado”. Ninguno entendió, exceptuando las esposas de aquellos Guardianes que se encontraban dentro de sus hogares apoyando en los deberes.

Todos en algún momento en que la luz de Mallva hacia acto de presencia salieron de donde sea que estuvieran con sus espadas envainadas y con armaduras bien colocadas para dirigirse al palacio, no sin antes besar las frentes de sus esposas que con amor y anhelo oraban en silencio pidiendo que sus maridos regresaron con salud y llenos de vida.

Cada uno de los requeridos se dirigieron al gran salón en donde Juvia los citó, algunos llegaron antes de que el joven ministro junto con los restantes de la Corte y MystῘcus llegaran y de esa manera pudieran repasar el plan antes de marcharse nuevamente a Gerd y de una vez por todas estuvieran todos en Elfman antes de que Kiebuck decidiera que era momento de atacar.




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