⊷⊶⊷⊷⊶⊷《 STEVEN 》⊷⊶⊷⊷⊶⊷
Parte II
La anulación de matrimonio ya estaba en proceso, mi padre estaba al borde de un infarto al saberse "traicionado" por mí, y no fue hasta que le mostré todas las pruebas que demostraban que Jonathan no era mi hijo de sangre que se calmó un poco, al menos eso creía.
Días después de aquello se me notificó su muerte, con ella salieron a la luz muchas cosas negativas, entre ellas, la muerte de mi madre al enterarse de la verdad sobre Erica, además de la gran deuda de juego que poseía en aquel entonces, y los préstamos bancarios por montos imaginarios, toda esa deuda recayó en mí.
Intenté entrar nuevamente al FBI, aún tenía mis conocimientos intactos, y todas mis habilidades, aun así, debido a la forma tan abrupta con la que dejé la fuerza, no me aceptaron nuevamente.
Erica me firmo el divorcio casi de inmediato, pero de alguna forma logro recopilar información, pruebas y testigos de mi "infidelidad" y se quedó con todo lo que me pertenecía, dejándome en la calle.
Quise vivir con Amelia en ese momento, pero el estado mental de Erica era tan volátil que temí que les hiciera daño, afortunadamente para mí, Lucían tenía un pequeño departamento que con gusto me prestó.
Jonathan fue quien más sufrió con la separación, pues Erica se encargó de llenarle la cabeza con una gran cantidad de mentiras que le pusieron en mi contra sin poder evitarlo.
Las empresas que mi padre dejo al morir pasaron a mis manos por un breve periodo de tiempo, el viejo era tan mal administrador, que debía más de lo que ganaba, las deudas eran estratosféricas, y por más que quise salvar lo único que quedaba de mis padres no lo logré, todo fue embargado por los bancos, y lo que no, fue utilizado como medio de pago para los codeudores de apuestas de mi padre.
Quedé completamente en la calle en ese momento, mi vida se arruinó a tal punto que ya no tenía nada, no tenía dinero, no tenía familia, no tenía sostén económico, no había nada para mí en este mundo.
Intenté acabar con mi propia vida en varias ocasiones, todas sin éxito,
Los meses continuaron pasando, pero ahora, tenía más tranquilidad en mi vida, pasaba más tiempo con Katherin, aunque ella no sabía que era su padre, aprovechaba cada segundo de mi tiempo a su lado, y la llevaba muchas veces con Lucían, era una fanática de su trabajo, y Lucían veía en ella un diamante en bruto.
Ethan Collins fue el primero en acercarse a mí y asegurarme que se casaría con mi pequeña hija, y apresar que amenace con tumbarle los dientes siguió muy decidido, Matthew por su parte, parecía odiar a mi pequeña revoltosa, y procuraba esconderse cada vez que la llevaba de visita, nunca imaginé que las cosas terminaran al revés, y recordarlo me causa gracia.
Una tarde, mientras caminaba por las ajetreadas calles de la ciudad buscando un trabajo estable recibí la peor noticia que un padre pudiera recibir.
Erica estaba totalmente desquiciada, ya sus medicamentos no estaban funcionando para controlar su desequilibrio, y en medio de un ataque de celos arremetió contra mi hija.
Nadie sabe dónde consiguió el auto, tampoco cómo sabía dónde encontrarla, lo único que se supo, fue que Katherin fue atropellada aquella mañana de abril antes de cumplir sus doce años a la salida de la escuela por aquella loca mujer.
Mi pequeña olvidó todo lo relacionado con su niñez, recordaba a su madre, también a su supuesto padre, y a mí, "su padrino" los demás recuerdos quedaron bloqueados muy en el fondo de su cerebro y nunca volvieron
Intenté llevarla con Lucían muchas veces, pero ella se rehusaba a salir conmigo, se encerró en su mundo de diseño y se alejó de todas las personas, los Collins intentaron acercarse a nosotros, sin éxito alguno, ella no quería ver a nadie.
Erica fue internada en un psiquiátrico y allí en medio de un ataque de locura acabo con su vida, yo quedé al cuidado de Jonathan hasta que esté cumplió la mayoría de edad y se fue a vivir en su propio apartamento.
Los años siguieron pasando, tan lento que me destrozaban, mi relación con Amelia nunca volvió a ser lo mismo, nos amábamos tanto, pero lo nuestro no podía ser, y ambos sufríamos por ello
Gracias a la ayuda de Lucían monte un pequeño estudio fotográfico, mis ganancias se iban en su mayoría a terminar de pagar las deudas que había dejado mi padre, y así fue por varios años.
— No entiendo que mierda pensaba mi padre para dejar una deuda tan grande con tantos años de financiación, Katherin va a tener treinta años para cuando termine de pagar esa mierda, y no he podido brindarle lo que se merece realmente _ me quejé con Lucían una tarde que salimos a tomar algunos tragos.
— Es complicado amigo, pero sabes que cuentas con mi ayuda, Alice y yo decidimos pasar la cabaña a tu nombre, queremos que tengas un buen lugar donde vivir y dejes de pagar alquiler.
— No es necesario amigo, no tienen que hacer eso — me sentí pésimo en ese momento.
— No es nada amigo, es gracias a ti que yo estoy en pie y tengo a la mujer de mi vida a mi lado, es lo menos que puedo hacer por ti — sonreí nostálgico recordando aquello.
— Gracias amigo.
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Editado: 23.11.2022