Fotografía de un corazón roto

Enfoque

—¿A dónde vamos? —habló con suavidad, Bible, una vez dentro del coche de Jes. Su mirada perdida en el horizonte.

Habían transcurrido siete días desde la operación y acababan de darle el alta. Sabía que Bas estaba de viaje en Japón por trabajo, pero no esperaba que Jes fuera a recogerlo a la clínica.

—A mi casa, vas a estar bien conmigo —dijo Jes, acentuando las palabras intencionalmente, su voz cálida y reconfortante.

—¿Quién dijo que voy a quedarme allí? —refunfuño Bible sin mirarlo.

—Bas me lo pidió como un favor personal y no puedes caminar —Jes señaló la silla de ruedas vacía —Acabo de sacarte de ella y subirte al auto. El doctor Job dijo claramente que no puedes estar solo, por razones obvias. Además está el tema de ese desgraciado —Su tono se endureció —.Sigue prófugo.

Bible guardó silencio. Su mirada se ausentó. Supo desde un inicio que no sería fácil que un hombre con tanto dinero y contactos como Yongsin fuera arrestado.

—¿Estás bien? —la pregunta era estúpida considerando lo que el hombre había vivido, pero la hizo igual.

Bible asintió, se acomodó en el asiento del coche y miró por la ventanilla. Las calles de Bangkok desfilando como un tapiz de colores y sonidos. La ciudad bullía de vida, personas iban y venían bajo el caluroso cielo.

El viaje fue silencioso, solo interrumpido por el rugido del motor y el susurró del viento. Bible no tenía nada que decir y Jes no sabía cómo entablar una conversación con él, creando una sensación de incomodidad entre ellos.

Al llegar Bible observó la fachada de la casa, imponente y elegante, con líneas arquitectónicas minimalistas que reflejan el estilo de Jes.

—Eres más que bienvenido. Dejame ponerte cómodo —Jes abrió la puerta, subió la silla de ruedas por la rampa que había mandado a construir solo con dos días de antelación.

Al entrar, Bible pudo apreciar la amplitud de los espacios, con techos altos y suelo de mármol que reflejaban la luz y creaban una sensación de luminosidad y aireado. La decoración sobria y elegante, muebles de diseño y obras de arte, reflejan el gusto refinado de Jes.

—Te mostraré tu habitación —luego de dejar a Bible dentro del cuarto, Jes trajo una valija con ropa y artículos de higiene personal que Bas había preparado para Bible antes de partir a su viaje a japón.

—Gracias por hacer esto —murmuró Bible. Aunque renuente de estar ahí, sabía que no tenía otra opción ya que no tenía a nadie salvo a Bas y él estaba trabajando.

Jes miró con fascinación cómo las emociones fluían en el rostro de Bible. Al principio transmitieron angustia pero poco a poco se disipó dando paso a una expresión más serena.

—¿Quieres que te ayude a acostarte? o ¿prefieres otra cosa? no se si estas cansado o si tienes hambre ¿te traigo algo de comer? tal vez…

—Estoy bien —se apresuró a decir notando lo nervioso que Jes actuaba —Me gustaría descansar.

Con movimientos suaves y precisos, pasó un brazo bajo las rodillas de Bible y el otro detrás de su espalda, levantando con cuidado de la silla. Bible se dejó llevar, sintiendo el calor del cuerpo de Jes y la seguridad de sus brazos. Lo acomodó con suavidad en la cama. La delicadeza del gesto contrastaba con la fuerza y la masculinidad de Jes, creando un momento de intimidad y conexión entre ellos. Una vez en la cama le alcanzó un vaso con agua y los medicamentos que debía tomar.

—Te dejaré solo.

—¿Puedo preguntarte algo? —Una duda rondaba la mente de Bible y no podía apartarla.

—Claro. Lo que sea —contestó sin dudar.

—¿Te arrepientes por el modo en que me trataste?

—Si, definitivamente, fui un maldito desgraciado contigo y lo lamento tanto, Bib —la mirada sincera de Jes casi conmueve a Bible.

—Debiste entrar —dijo a continuación —aquella noche, ese chico tal vez si estaba siendo abusado y pudiste ayudar, pudiste salvarlo de un destino horrible.

—Lo sé. Hay tanto que debí hacer, debí pensar, debí, debí —Jes camino de un lado a otro por la habitación, se revolvió el pelo dejándolo desordenado —pero fui un maldito, un cobarde y ahora no puedo dejar de pensar en esa persona. Solo sé que era muy parecido a ti. El mismo color de pelo, el corte incluso y la complexión física también.

—¿Es posible que haya otros? —Bible bajo la mirada a sus manos avergonzado, como si aquello fuera su culpa.

—Hey, Bib — Jes se acercó a la cama y se sentó junto a Bible. No quería que se sintiera culpable como él pero cómo evitarlo —imaginó que sí, debe haber otros, seguro no fuiste el primero. Personas con poder como estas creen que pueden hacer cualquier cosa porque se salen con la suya siempre. La justicia no los alcanza.

—Tendría que haber acudido a la policía con el vídeo —las lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas de Bible, un silencio sepulcral lo rodeó como si el dolor fuera tan fuerte que no podía ser expresado en palabras o sonidos. Estaba tan devastado.

—Debemos dejar de culparnos con lo que debimos hacer —con un toque suave, Jes le secó las lágrimas con sus dedos, mirándolo con una calma que hacía que el miedo de Bible se disipará.

—No sé cómo haré esto —Bible se aferró a la camisa de Jes como si fuera un ancla en medio de una tormenta. Jes lo rodeó con sus brazos, envolviéndolo en una sensación de paz y tranquilidad, cómo un bálsamo para su alma herida.

—Perdóname, por favor, Bible; no tienes idea de cuánto lamento haberte causado daño con mi actitud.

—No sabes lo horrible que fue oírte hablar así —expresó Bible pero sin alejarse del calor del cuerpo de Jes.

—Dios. Lo sé. Lo sé Bib.

—Los recuerdos dolorosos que hay en mi corazón, no puedo borrarlos, ni siquiera con las lágrimas que he derramado en todo este año, cada vez que me decías que no era lo suficientemente lindo para ser modelo. O cuando criticabas mi cabello largo, así que fui y lo corté, pero incluso eso te molesto. Luego deje de comer porque estaba demasiado relleno, según tus comentarios, y luego me volví demasiado delgado, por lo que me atiborre de comida, y termine hospitalizado. Nunca era suficiente para ti, siempre estaba mal y yo solo quería complacerte. Fue entonces cuando decidí que debía dejar de trabajar contigo —Bible dejó escapar una risa vacía.




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