Fotografía de un corazón roto

Acecho

Bible se movía con cuidado, siguiendo los ejercicios que el fisioterapeuta le había recomendado. Aunque solo era su primera semana luego de la operación, se sentía bien y decidió agregar algunos movimientos de caderas sin contracción muscular, junto con ejercicios de respiración y relajación para calmar su mente.

Estaba solo en la casa, ya que Jes se había visto obligado a salir para trabajar. Los días anteriores, Mew había cubierto sus responsabilidades, para que él pudiera cuidar de Bible, pero hoy tenía sus propios compromisos laborales.

Mientras se estiraba suavemente, sintió un ligero dolor en su zona operada, pero no era suficiente para detenerlo. Quería recuperarse lo antes posible y volver a su vida normal. Estaba muy agradecido con Jes por su hospitalidad y el modo en que lo cuidaba pero necesitaba sentirse útil otra vez y dejar de molestarlo.

El timbre sonó, rompiendo el silencio. Bible dejó su tarea y con ayuda de sus muletas, se dirigió a la puerta. Al abrir, su rostro se iluminó al ver a Bas, su querido amigo, de pie en la entrada.

Bas se abalanzó sobre Bible y lo rodeó en un abrazo fraternal.

—Te extrañe demasiado —admitió Bible sin vergüenza.

—Yo también —asintió Bas sin soltar a su amigo —no voy a volver a dejarte, lo prometo.

—Fue por trabajo, no es como pudieras hacer nada al respecto —comentó Bible restándole importancia —y ¿cuando volviste? ¿por qué no me avisaste que vendrías? ¿me voy contigo? —Esa última pregunta no le sentó muy bien. Quería su vida de vuelta pero, dejar esa casa y a Jes no le gustaba mucho. Se sentía tan malditamente contrariado.

—Llegue al aeropuerto y tome un taxi aquí. No te llame porque quería fuera una sorpresa —respondió Bas —y en cuanto a si vendrás a casa conmigo, no hay nada que me gustaría más, pero tanto yo como Jes no creemos que eso sea buena idea aun,

—¿Ustedes hablaron de esto sin mí? —Bible se sintió excluido de su propia vida —¿por qué?

—No es como piensas. No es que lo hayamos decidido como si fuéramos tus padres o algo así —intentó explicar Bas —es solo que anoche dormías y no quise despertarte, por lo que hable con Jes y pensamos que deberías quedarte unos días más, solo hasta que ese hombre sea arrestado.

Bible asintió lentamente, su mente se enturbió como si una niebla oscura la envolviera. Cada vez que esa persona era mencionada, su cerebro se bloqueaba, y solo podía revivir el ataque con terrible claridad. El dolor y el miedo volvían a aflorar, como si la herida aún estuviera abierta.

Cerró los ojos pero la imágen de Yongsin persistía; su aliento cargado de alcohol, sus manos ásperas y brutales sobre su piel. El recuerdo le provocó una arcada, su estómago se revolvió en un espasmo de asco y terror.

Su respiración se volvió agitada, y por un momento, pareció que el tiempo se detuvo. El pasado y el presenté se fusionaron, y Bible se sintió atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar.

—¿Bible? ¿estás bien? —Bas se acercó, su voz llena de preocupación, y examinó el rostro pálido de su amigo.

Él solo asintió débilmente, pero sus ojos ya revelaban la verdad. Bas lo rodeó con un brazo y lo guío al sofá.

—Siéntate cariño. No tienes que ocultarlo —aseguró Bas, mientras lo sentaba y lo abrazaba con suavidad.

Bible se derrumbó, sollozando descontroladamente, su cuerpo tembló bajo el abrazo de su persona de confianza, quien lo sostuvo con firmeza.

Bas no habló, solo estuvo ahí, ofreciendo consuelo silencioso. Su mano acarició la espalda de Bible en círculos tranquilizantes.

Minutos después, Bible comenzó a calmarse. Sus sollozos se redujeron a hipos entrecortados.

—Creo que no había llorado hasta ahora, al menos no de este modo —su voz apenas audible.

Bas lo estrechó aún más fuerte, sus brazos eran un refugio seguro.

—Sabes que puedes llorar conmigo siempre —respondió Bas, su voz suave y reconfortante —no tienes que guardarlo dentro.

Bible asintió, sintiendo un peso leve en su pecho. La presencia de Bas era un santuario.

—Gracias, Bas —susurro —significa mucho para mi.

—Para eso estamos los amigos —Bas sonrió y acarició su cabello.

De repente, un ruido estremecedor interrumpió el momento de intimidad entre Bible y Bas. Un objeto se estrelló contra la puerta de vidrio, haciéndola explotar en mil pedazos.

Bible se sobresaltó, su corazón latiendo con fuerza. Bas lo protegió instintivamente, cubriéndolo con su cuerpo.

—¿Qué diablos? —Bas comenzó a decir, pero su voz se cortó al ver la figura que se erguía en la entrada

El hombre que atacó a su amigo estaba de pie allí, su rostro distorsionado por una sonrisa siniestra. Sus ojos brillan con una luz maligna, fijos en Bible.

—Yongsin —Bible susurró, su voz temblorosa.

Bas se puso rígido, listo para defenderlo.

Yongsin paso un pie sobre los vidrios y luego el otro entrando a la casa, sus pasos lentos y deliberados. La escena se volvió tensa, el aire cargado de miedo y anticipación.

Bible se sintió paralizado incapaz de moverse o hablar. Su corazón latía con fuerza, su respiración agitada.

Justo cuando Yongsin se acercaba unas sirenas se oían a lo lejos. La policía venía.

Pero ¿llegarían a tiempo? Bible no podía evitar pensar lo peor ¿y si Yongsin atacaba de nuevo? ¿Y si Bas no pudiera protegerlo?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Yongsin se detuvo en secó, su rostro distorsionado por una mezcla de rabia y miedo.

Las sirenas se acercaban, y Yongsin sabía que no podía enfrentar a la policía. Giró sobre sus talones y corrió hacia la salida desapareciendo a la luz del día.

Bible se desplomó, su cuerpo cediendo al peso del estrés y el miedo. Bas lo atrapó sosteniéndolo con cuidado.

La policía irrumpió en la casa, Jes detrás de ellos, su rostro lleno de preocupación. Al ver la condición de Bible, desplomado en el sofá, su corazón se detuvo. Creyó lo peor.




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