Fractumbras Olvidadas

El Origen de Arytza

Prólogo: La Huella en Marte

📍 Marte – Año 2060

El polvo rojizo se arremolinaba bajo las cúpulas de la primera colonia humana. Desde la superficie marciana, el horizonte parecía inmutable, pero en las profundidades de la roca roja, algo más ya estaba allí.

Luna y Chen caminaban por uno de los corredores de Arytza Base Zero, la base de operaciones científicas más avanzada de la humanidad. Era un complejo austero, diseñado para resistir el clima hostil de Marte, pero con rincones que ya comenzaban a llenarse de secretos.

—¿Cuánto tiempo más vamos a ignorar las lecturas? —preguntó Luna, su tono cargado de preocupación—. Esto va más allá de la terraformación. Hay patrones en las señales que no deberían estar ahí.

Chen ajustó su visor mientras revisaba los datos holográficos flotando frente a ellas. Las líneas geométricas y fractales se superponían a las lecturas geológicas. Su semblante denotaba más curiosidad que miedo.

—Estamos en un planeta virgen —respondió con una media sonrisa—. Lo extraño debería ser la norma aquí.

Luna detuvo su marcha, mirando fijamente a su joven colega.

—No son anomalías naturales. Hay estructuras bajo la superficie. Y las lecturas… parecen deliberadas. Como si fueran un lenguaje.

Chen frunció el ceño. Ella también lo había notado, pero no estaba dispuesta a frenar la misión por teorías sin confirmar. Sin embargo, en el fondo sabía que Luna tenía razón.

—¿Y si son los restos de una civilización anterior? —preguntó Chen, casi susurrando—. Algo que vivió aquí antes de que llegáramos.

Luna guardó silencio. El peso de esa posibilidad se sentía demasiado grande incluso para pronunciarse.

📍 Subsuelo de Marte – Nivel desconocido

Bajo la base, ocultas en la oscuridad de las cavernas, siluetas observaban. Sus cuerpos no eran totalmente sólidos; parecían vibrar con la misma geometría fractal que distorsionaba las lecturas en la superficie. Los Xyphera habían habitado Marte mucho antes de la llegada de los humanos.

Uno de ellos extendió su mano, sus dedos translúcidos atravesando la roca como si fuera aire. Desde la cúpula, las vibraciones de las instalaciones humanas resonaban en sus cuerpos. Sabían que los recién llegados no tardarían en descubrir lo que ocultaban.

—Han llegado —susurró uno de los Xyphera en su idioma ancestral—. Y con ellos... la grieta.

📍 Arytza Base Zero – Sala de mando

Luna, frente al ventanal que miraba al horizonte marciano, susurró sin volverse:

—¿Y si no estamos solos aquí abajo?

Chen cruzó los brazos, con una mezcla de ambición y preocupación en su rostro.

—Entonces será mejor que nos aseguremos de ser los primeros en saberlo.

Ese día, sin saberlo, ambas dieron el primer paso hacia la creación de Arytza. Pero también sembraron la semilla de un conflicto que cambiaría para siempre la historia de la humanidad… y de aquellos que vivían bajo sus pies.

El Patrón, silencioso, ya comenzaba a tejer sus fractales invisibles alrededor de ellas.




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