Fragance

Ojos brujos

Sus besos suben y bajan por mi cuello, su calor agita mi alma y mi bajo vientre se contrae, se tensa y exige que me pierda en la sensación de su tacto. Sus dedos recorren mis piernas, aprietan y acarician por igual... Y su lengua, ¡oh, su lengua!, acaricia mi piel, juguetea con el lóbulo de mi oreja tan seductoramente que ya no resisto. Cierro con más fuerza los ojos, abandonándome a todas estas sensaciones, a estas caricias que solo pretenden darme placer. Luchando fuertemente contra esa necesidad primitiva de estar a oscuras y dejarme arrastrar, finalmente consigo abrir mis párpados. No veo nada más que una cascada roja frente a mí, el aroma a podrido golpea mi nariz cuando su rostro, ahora marchito, suelta un suspiro a unos centímetros de mi boca antes de atrapar mis labios y hacerme sangrar de un mordisco. Sus dedos, ahora convertidos en fieras garras, rasgan mis muslos y un grito de dolor es consumido con desmedido placer por su garganta.

Noche tras noche, me asedian terribles pesadillas. ¿Cómo podré ver a esta criatura sin recordar que fue ella quién acabó con el amor de mi vida? ¿Cómo consiguió mi abuela separar el dolor y el odio de la relación que llevó con mi madre?

Me levanto de la cama, enjuago mis lágrimas y saco de su escondite el diario viejo que he robado. Mi abuela aún no ha notado su ausencia, después de todo, ella ahora escribe en otro.

Página tras página fui descubriendo facetas de ella que desconocía, una vez fue una adolescente asustada, pero ávida de conocimiento. Aún no he llegado a lo que necesito saber, aún no conoció a mi abuelo, ni se enfrento a los muchos peligros que ni siquiera se atreve a nombrar. Incapaz de volver a dormir, continúo con su lectura.

05/01 Estoy harta, madre cree que soy incapaz de tomar mis propias decisiones. ¿Y qué si nuestra sangre es valiosa? ¿Acaso piensa que soy estúpida, que no sé protegerme? Si es lo único que cree que debo saber, en vez de sacar provecho de este supuesto don aquí estamos: encerradas, alejadas del mundo al que ella ayuda constantemente por medio de diferentes brebajes y del que me oculta como si mi mera existencia fuese un error, un peligro. Hoy le pedí por favor que me deje ir a observar la feria que se armó en el pueblo, oí que una de las clientas le comentaba sobre todas las maravillas que se verían allí, pero fue muy inflexible por mucho que juré no acercarme, no dejarme ver. Estoy cansada de ser solo un fantasma, lo poco que sé del mundo exterior me llega en fragmentos de conversaciones entre madre y sus clientas a través de la ventana, ¿alguien sabrá de mi existencia? ¿Algún ser en este mundo notaría mi ausencia si hoy mismo muero?

20/01 Dios mío, creo que me hechizaron. Hoy madre fue a abastecerse al pueblo de unos componentes que hacían falta, no presté mucha atención a la lista de cosas luego de saber que esta sería una de esas raras ocasiones donde me dejaría sola. Me encomendó no salir del taller, por un momento pensé que le pondría llave como otras veces ha hecho, pero no sé si por descuido o confianza no lo hizo en esta ocasión. ¿Fue un error? ¿He fallado a una prueba? No lo sé, aunque cierto sentido de culpa se niega a abandonar mi corazón desde que puse un pie fuera de la casa. ¿He correspondido mal a su amor? Salí, luego de esperar una media hora, después de todo, quizá solo era una prueba y volvería para ver si había seguido sus instrucciones. Como no regresó, decidí ir al bosque y aproximarme un poco al camino, solo quería ver qué hay más allá del límite que me impuso madre a rajatabla. Fue entonces que lo vi, montaba a caballo, de cabello corto y negro y piel tostada por el sol, creo que era un jornalero. No puedo decir qué es con seguridad, pero desde que lo vi, cada vez que pienso en él, mi estómago se contrae, siento como un nudo bajo el ombligo y mi corazón se desboca. ¿Me embrujó? Tomé todas las precauciones que madre me enseñó: me rocié con ese perfume que huele a madera podrida, me protegí bien el cuerpo con ropas anchas y no me dejé ver ni miré a los ojos a aquel desconocido, no aspiré cerca de su piel ni dejé que me roce nada que él pudiese tocar. En caso de emergencia llevaba un pequeño frasco de veneno, «antes muerta que entregarles este poder a ellos» suele decir madre. Pero aun así, teniendo expreso cuidado, caí presa de un embrujo, de su embrujo. ¿Debería confesar y apelar a la misericordia de madre? No quiero olvidar cómo me estoy sintiendo, es como estar viva por primera vez, después de todo, ¿qué tan malo puede ser si me hace sentir tan bien? Aunque no puedo negar que también tengo miedo.

¿Será mi abuelo de quien habla? No me entretengo en especulaciones y continúo con la lectura, segura de que por fin me estoy aproximando a saber la verdad, su verdad.

28/01 Los días son largos y la noche es peor, la intranquilidad recorre mi alma, carcomiendo mi sentido del buen juicio. Muchas veces me he descubierto fantaseando con salir corriendo en su búsqueda, pero rápidamente corrijo ese pensamiento y me atengo a los hechos: él no sabe ni siquiera que existo, ¿cómo podría siquiera soñar con correr y echarme en sus brazos? ¿Por qué deseo hacer esto? ¿Es que acaso mi buen juicio, la gratitud y la obediencia que le debo a madre han abandonado mi mente con alguna clase de hechizo?

30/01 Lucho contra todas esas ideas que surgen de la nada y bailan en mi mente durante todo el día; sé que madre está al tanto de que mis pensamientos ya no solo pertenece a sus ideales, que ya no puede manejar a voluntad lo que sucede en mi interior. Tengo miedo de esta tormenta que amenaza mi vida, la ira de madre no es algo con lo que se pueda jugar ni algo que pueda soportar sin daño alguno.

02/02 Madre cree que estoy lista para empezar a ayudarla con los pedidos, debo memorizar bien las diferentes fragancias y los ingredientes de cada brebaje, ungüento y perfume que ella ofrece. Aunque me dice que los componentes son lo esencial, que debo aprender sus nombres y las diferentes combinaciones que están prohibidas, prefiero centrarme en los colores. Hay tanto que aprender, tanto que saber. Estoy feliz, fue un gran acierto no contarle a madre que he salido de los límites que marcó para mí, aquella fue la primera muestra de su confianza en mi juicio y fallé miserablemente. Estoy haciendo todo lo posible para respetar sus reglas y compensar aquella falta, pero día a día es más difícil resistirme a echar una ojeada en el camino, para volver a verlo. Ahora que aprenderé nuevas cosa, quizá pueda poner remedio a este embrujo por mi cuenta, sin que ella pueda conocer nunca mi falta.




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