√√ ¿Qué te parece si tomamos un café?
Miro el mensaje desde hace quince minutos, no sé qué responder. Hace una semana que me desvelo escribiéndome con él, pero, siendo sincera, me da miedo que esta conexión tan buena que tenemos se pierda en cuanto lo vea en persona. Tenemos casi el mismo sentido del humor y he descubierto que es muy inteligente, siempre tiene algo interesante de lo que hablar, el problema es que si lo comparo con las veces que lo vi... Bueno, no me explico cómo pueden ser la misma persona.
¿Y si acepto el café y terminamos tomándolo en un incómodo silencio hasta que cada quien se vaya por su lado? No quiero arruinar todo, ya lo siento como un buen amigo y la verdad también me da vueltas en la cabeza lo que Belén me dijo, la idea de que intente acercarse a mí románticamente no me gusta nada.
Al parecer es capaz de leer mi mente, porque un nuevo mensaje llega y se instala en mi pantalla:
√√ No es algo romántico, si eso es lo que te preocupa, es una salida de amigos. Si te parece bien puedes traer a alguien y yo llevaré a Usaym, esto de ser niñero va a matarme.
Sonrío y acepto la invitación de buena gana, creo que me hará bien salir a tomar un poco de aire. Aparte, Belén está ansiosa de conocer al valiente de nombre sexy. Le escribo rápidamente comentándole que finalmente tendrá la oportunidad de conocer al guapo héroe y me despido de Nicolás.
Centro mi atención en el diario de mi abuela, deseosa de descubrir algo nuevo.
04/09 Me fue entregado un pequeño equipo para la elaboración de fragancias, madre dejó algunas muestras de sus propias creaciones y me instó a crear algo nuevo, algo mejor. Se rió de mí cuando vio con cuánta dedicación pretendo llegar a tonos agradables a la vista. Dice que de fallar, ella no va a entregarme nuevos ingredientes para ser malgastados. Tengo miedo, pero sé que para esto nací, este es mi destino y la manera en la que justificaré mi existencia. Madre me dejó muy claro que los perfumes solo serán utilizados por nosotras, no estarán a la venta ni a disposición de nadie ya que se trata de magia muy poderosa y que no requiere que vierta sangre para ser utilizada en nuestros cuerpos. Será un respiro para mis manos. Pude acercarme a los diarios, pero aún no encuentro referencia alguna a aquellos seres.
—Así que aquí comenzó todo... —susurro dando vuelta la página.
13/09 ¡Lo conseguí! Creé un perfume que acelera la recuperación del cuerpo, es de una vibrante tonalidad roja. Creí que madre se alegraría, pero en vez de eso, al ver el color, su disgusto fue tal que tiró el pequeño frasco a la basura sin siquiera probarlo, una gota de este perfume podría reemplazar fácilmente a dos o tres puestas de su ungüento curativo, nuestras manos se recuperarían de los cortes a mayor velocidad, pero se niega a oír. Aún sigo pensando en aquél joven de ojos brujos, ¿podré crear un perfume que lo haga sentir de la misma forma que yo?
22/09 Hoy madre me abrazó, luego acarició la mejilla que tantas veces ha golpeado y me miró de una forma extraña en ella. Pensé haberlo logrado, pero no... al menos no completamente. Este perfume consiguió que madre sintiera una especie de embrujo, pero no es lo que yo siento en totalidad. Porque, sí, quiero acariciarlo y abrazarlo, pero algo falta, esta presión bajo mi ombligo no se explica solamente con eso. Debo seguir experimentando, los efectos del perfume rosado se evaporaron muy rápido, quizá la concentración fue muy leve o madre es tan ajena a la sensación que provoca, que no puede permanecer presa de ella por mucho tiempo.
01/10 Paso los días buscando el aroma indicado para el nuevo perfume, algo que sea reconfortante pero salvaje a la vez, algo que desboque mi corazón, pero que no anule el sentir del resto de mi cuerpo. Madre no sabe lo que intento crear, tampoco quiero que lo sepa. Este es mi secreto, algo que quiero guardar en el fondo de mi alma y que quiero disfrutar en mis momentos más íntimos. Ella jamás lo entendería. Sigo sin saber qué son «descendientes de Sekhmet», pero no me doy por vencida, sé que en algún lugar debe haber algo que me sea de ayuda.
03/10 Volví a verlo, todas esas sensaciones que intenté mantener a raya se liberaron de la forma más estúpida posible: derramé la esencia de lavanda que estaba añadiendo a un perfume en cuanto sus ojos brujos se posaron en mí. Madre me abofeteó frente a él, fue vergonzoso. No lloré, solo me quedé en silencio con la vista fija en el suelo, esforzándome por no sentir que mi mundo acababa de desmoronarse. Él al fin me vio, por primera vez, y lo único que hice fue demostrar mi ineptitud; la tristeza cubrió cualquier sensación que pudiese surgir con un nuevo encuentro, me siento miserable. Madre le dio un ungüento, según oí hubo un accidente en la granja vecina y su patrón está herido. Sonaba preocupado, ya no siento miedo por su embrujo, solo vergüenza por no ser capaz de hacer las cosas bien frente a él.
Salí a respirar un poco de aire nocturno a través de la pestilencia del perfume que me protege, siempre bajo la vigilante mirada de madre, abrazada a mi estómago me preguntaba si algún día la vergüenza dejaría de empañar el recuerdo de su embrujo. Fue así como me encontró, a punto de llorar nuevamente, y alivió mi alma rozando su cuerpo contra mis piernas. De cuclillas, acariciando el lomo de ese gato, comprendí que con cada roce, con cada movimiento de su cabeza en búsqueda de la palma de mi mano y de más afecto, la tristeza abandonaba poco a poco mi pecho. Ya no me siento ahogada, es la magia del sentir que une a cada ser vivo en el planeta. Ese animal no necesitó palabras para liberarme del dolor, solo estar allí, recibiendo y dando cariño, obsequiándome paz con cada ronroneo que llega a mis oídos, con el tacto de su pelo deslizándose por mis dedos. La opresiva piedra que tenía oprimiendo mis pulmones se desgastó con los roces del pelaje de un gato igual de húerfano que yo, ambos buscábamos un respiro de la realidad para seguir adelante y nos encontramos. Sé que madre no permitirá que le dé un hogar, en este lugar no hay nada que no tenga un propósito claro, incluso a veces creo que solo existo como una bolsa de sangre de la que puede disponer a voluntad, solo soy un ingrediente más de su taller. Ya en mi habitación, recostada en el frío suelo, miro fijamente el techo hasta que mi mente comienza a jugar, los colores obscuros pronto se transforman en movimiento, en aromas, y se arremolinan, dando voz a mi camaleónica personalidad, a los colores que quisiera vestir, vivir, respirar, pero que es imposible. Los movimientos de esos trazos imaginarios pronto toman formas, animales que solo he visto en recortes de diarios se visten de la manera más alocada: una jirafa de un rosa pálido corretea en medio de la oscuridad con calcetines rojos a rayas negras, dando un sorpresivo traspiés se convierte en un elefante amarillo que en dos patas camina levantándose un sombrero verde a modo de saludo y se aleja hasta convertirse en un pequeño punto de luz blanquecina que gradualmente vuelve a mí. Aquel pequeño gato blanco corretea a una mariposa, la atrapa entre sus patas que crecen desproporcionadamente hasta que tapa completamente su cuerpo. Una elegante tigresa de bengala de un blanco impoluto y unas franjas de brillantes colores reaparece detrás de sus zarpas y camina peligrosamente hacia mí, acercándose paso a paso, deslumbrándome con su luz hasta estallar en miles de estrellas que alumbran mi soledad. Quisiera cerrar mis ojos y que al abrirlos me descubra salvaje, valiente, una tigresa de bengala sin colores, una poderosa sultana de tierras lejanas y de corazón libre.
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secretos y traiciones, corazones rotos y perdidas, mujer fuerte y empoderada
Editado: 06.06.2025