El silencio que escucho ahora, el silencio de este departamento, no lo se. Se siente horrible después de haber escuchado el ruido por años de la persona que amas y de la nada, nada. Silencio.
Extrañar no sirve de nada si no lo supiste valorar cuando lo tenías, justificado si esa persona se va, pero todo lo contrario si tú hiciste que se fuera o peor aún que la hayas dejado ir sin luchar.
Esta casa es un desastre, botellas de licor y fundas de frituras por todo lado. Otra vez han cortado el agua, la luz ni la ocupo más que para un foco en mi sillón, ahí me quedó hasta caer inconsciente ya sea por la falta de sueño o falta de entusiasmo de llegar a mi cama a descansar. No puedo descansar, me repito mil y una veces. Al cerrar los ojos apareces y aparecen los recuerdos. Es horrible pensar que solo eso queda en esta casa que era nuestra casa.
O querida Laura, ¿donde estarás?
Lamentablemente solo soy un escritor roto, mañana viene la que me satisface de vez en cuando, al parecer se le hace atractivo mi aspecto de vagabundo y se muere por alguien como yo. Infinitamente roto, sin solución, la pobre dice que me ama, pero Laura decía lo mismo y miren cómo quede.
En fin, tengo mil poemas que acabar para esta semana y la carta mil hacia mi primer amor que jamás pude o tuve el valor de quedarme, además tengo que traer más cerveza.
Ella odiaba a los borrachos, que ironía, desde que me conoció sabía lo que era y escogí el amor a final de cuentas.
Amo la cerveza y sobretodo amo estar hasta el fondo de borracho. Asi jamás tendré que pensar.
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Exhausto por el trabajo, Alexander abre la puerta sin hacer mucho ruido, ya que sabe que su esposa está un poco sensible, sin llamar mucho la atención pronuncia algunas palabras de alivio para su familia.
- Ya estoy en casa.
Se acerca a la cocina, mira a su esposa sentada esperándolo, con la comida caliente.
Sonriente mientras le da un beso a su esposa en la mejilla, ella al recibir su beso responde.
- Bienvenido cariño,cómo te fue?
- Cansado, me hacen trabajar como negro y me pagan como chino, pero bien. ¿Como te ha ido a ti?
Con la cara de ironía y entre risas le dice
- Eso sonó muy racista y clasista de tu parte. Me ha ido bien, el niño pesa, no paro de ir al baño a cada rato y mis cambios de humor son extremadamente altos, pero bien.
Alexander se para detrás de donde está sentada su esposa y acaricia su estómago, lo alza un poco para que Laura descanse un poco.
- Haaa!! Que bien se siente eso.
Decía su esposa mientras Alexander observaba en silencio su vientre.
- ¿Estas nervioso?
Pregunta Laura mientras pone sus manos con las de él.
- Será el primero, no se que haré después de esto, estoy cagado del miedo, pero aún quiero hacerlo.
Responde serio mientras ella con tono de burla le dice.
- Cariño, tampoco es que tengas opciones ahora que va a nacer en una semana.
- Lo sé.
Mientras soltaba risas, ella sabia como manejarlo.
- Vamos a la cama, es tarde, no deberías de estar despierta.
- Cariño, debemos comer.
- Voy a comer otra cosa.
Entre risas y morboseo van a su habitación. Una noche más de pasión entre esta linda pareja.
Viven su sueño, o al menos vive su sueño Alexander.