Fragil

Extra

- Es una pena, en verdad la queria.
- Nunca podras estar con ella si piensas en mi.
- Ya no lo hacía, lo intente, en verdad lo intente.
- Cosita... La mitad de tu alma siempre sera mía.
- Y la otra mitad le estaba dando a ella.
- Idiota.
- Grosera.
- ¿Vas a seguir con lo nuestro?
- Si, ya no tengo nada mas que perder.
*******
-Feliz cumpleaños
Enojada pero emocionada le responde.
- Gracias, pero fue hace tres dias.
- Pido disculpas mi querida, no lo sabia con certeza.
- No me digas asi, te recuerdo que no somos nada.
-Chamadre, ya te pedi disculpas, ten tu regalo.

Observaba como abría su caja, son todas las fotos que había coleccionado desde que empezamos a salir. Ella con lagrimas me dice.
- Alexander, no dijiste que habias borrado todo.
-No, dije que con el tiempo he estado borrando todo. Me detuve y guarde lo que era nuestro mundo.

O lo poco que no podía borrar pensaba mientras me respondió.
-Tu lo destruiste y te fuiste.
- Si, pero aqui hay semillas y pruebas de que existió ese mundo y las semillas es para plantarlo en este nuevo mundo.
- A veces me da curiosidad de como puedes ser tan romantico y a la vez tan idiota.
- Es lo natural, entiendo que las heridas o traumas esten ahi, no te culpo, fue toda mi responsabilidad, es por eso que te estoy dejando impreso en fotos lo que eramos y aqui va una nueva.

Saco de mi mochila un estuche con una cámara.

- Sonríe, es nuestra primera foto juntos. Solo los dos, empezamos de cero. De aqui esta camara será testigo que este mundo no será destruido, ya no más.
Me mira con desden y curiosidad mientras veo cómo salió la foto en la nueva cámara. Mientras ella dice.

- Siempre te sento el color rojo.

Observando como salí en la foto con mi buzo favorito. O bueno, al menos uno de ellos.

- Gracias, por eso mi armario la mitad solo son busos y chompas rojas. Digo mientras con tono de burla me responde.
- ¿Puedo cogerlas?
- Aunque te diga que no, desde que llegas a mi casa te sacas tu ropa y andas con la mía.
- Es que es cómoda.
- En eso tienes razón. Pero si alguien nos ve, pensara que somos unos viejos esposos.
- Y?
- No que la doña no queria casarse.
- No digo que nos casemos, a lo que me refiero es que no me importa si me dicen que estoy casada contigo.
- Entonces casate conmigo.
- Ternura.
Me mira con ternura, estaba todo rojo, me agarra la mano, sabe que estoy nervioso, es la primera vez que le propongo matrimonio luego de tener tanto tiempo juntos.
- Es un no.
El le regresa a ver, ella lo mira con burla, el sonrie.
Me levanto de la cama, abro una cajita roja que siempre que me preguntan que es, yo nunca a respondido. Me acerco a ella, mientras se me hacía un nudo en la garganta me arrodillo, la tomo de la mano y digo..
- Jaz, hemos pasado por todo, me conociste desde que era un joven puberto, nuestros caminos a pesar de separarse por un tiempo, nosotros hemos logrado volver a encontrarnos. No sé lo que me prepara el futuro, no tengo planes, no tengo ideas, he improvisado contigo desde que te pregunte si podia ver tu ojo. Ahora quiero que tu y tu ojos vivan y esten Siempre aqui, conmigo. ¿Seras capaz de darme la oportunidad de bailar en silencio toda una vida?
Entre lagrimas ella me responde.
- Alex, claro que sí.
Sonríen y lloran al mismo tiempo, no puedes imaginar lo que ellos sienten en esa habitación, el solo le faltaba ponerle el anillo, nunca lo hizo, despues de haberlo hecho en la cama, ella jamás volvió.
Hasta el dia que el se caso, fue invitada. Antes de eso bailaron su último baile en silencio. Es una pena señores, en verdad se amaban.

Pero son el ejemplo claro de que el primer amor nunca se olvida, así como también nunca se queda.




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