Cinco meses habían pasado desde el regreso de Biel. Durante ese tiempo, había entrenado, fortalecido sus habilidades y reflexionado sobre todo lo sucedido. Pero una inquietud persistente se alojaba en su pecho: necesitaba respuestas.
Ahora, junto a su grupo, se encontraban en las afueras de una pequeña ciudad de aventureros cercana a Marciler. Biel había tomado una decisión clara: unirse a un gremio de aventureros.
—Escuchen, amigos —dijo Biel, reuniendo a todos a su alrededor—. Mi plan es ir a la ciudad de Lunarys, una pequeña ciudad de aventureros. Quiero convertirme en uno de ellos, hacer misiones, subir de rango y, al mismo tiempo, recopilar información sobre cómo entrar a Marciler.
Acalia cruzó los brazos, esbozando una media sonrisa.
—Vaya, suena como un plan interesante.
Charlotte, emocionada, acercándose con energía.
—Oh, esto me recuerda a esos animes en nuestro mundo donde el protagonista llegaba a otro mundo, se unía a un gremio y con el tiempo obtenía un poder abrumador para derrotar al Rey Demonio. Pero en este caso —lo miró con picardía—, creo que tú, hermanito, lo haces más por diversión, ¿verdad?
Biel sintió un leve rubor en las mejillas y desvió la mirada.
—Bueno... en parte sí. No voy a negar que la idea suena emocionante —se encogió de hombros—, pero también quiero descubrir la verdad sobre por qué nos enviaron a las Tierras Oscuras.
El caballero oscuro Ylfur, siempre imperturbable, inclinó levemente la cabeza.
—Yo iré donde vaya mi amo.
Sarah, Xanthe y Raizel intercambiaron miradas y, casi al unísono, declararon:
—Nosotras también iremos donde tú vayas.
Ryder sorprendentemente y dio un golpe amistoso en la espalda de Biel.
—Me parece una gran idea. Además, si vamos a un gremio, podemos mejorar nuestras habilidades en combate y conseguir buenos contactos.
Easton se acercó con aire pensativo.
—Y si encontramos aventureros que hayan viajado por Marciler, tal vez nos den pistas sobre sus sistemas de seguridad.
Biel los observó a todos y sintió una calidez en su pecho. Tener un grupo tan unido le daba confianza para seguir adelante. Aun así, no podía evitar cierta inquietud.
—Entonces, estamos todos de acuerdo. Partiremos hacia Lunarys al amanecer.
Charlotte se estiró con energía.
—Espero que el gremio tenga una taberna decente. Me vendría bien una buena comida después de tanto viaje.
—Si te interesa la comida, entonces no esperes convertirte en una aventurera de alto rango —bromeó Ryder.
—¡Oye! — exclamó Charlotte, fingiendo indignación.
El grupo soltó algunas risas, disfrutando el momento antes de la próxima etapa de su viaje. Biel miró al horizonte y sintió que, aunque el camino estaba lleno de incertidumbre, no había nada que temer mientras estaban juntos.
Al día siguiente, Biel y los demás partieron hacia Lunarys, la ciudad de los aventureros. La emoción flotaba en el aire mientras caminaban por el sendero polvoriento que los llevaría a su nuevo destino.
—Bueno, amigos, es hora de una nueva aventura —dijo Biel con una sonrisa confiada mientras ajustaba su capa.
—¡Eso es lo que quería escuchar! —exclamó Charlotte, levantando un puño al aire.
Después de tres horas de viaje, finalmente llegaron a Lunarys. Desde la distancia, la ciudad se alzaba con majestuosas murallas de piedra que rodeaban todo su perímetro. Su arquitectura era robusta y práctica, pensada claramente para la defensa, pero aún así tenía un aire acogedor que invitaba a los viajeros y aventureros.
Charlotte observó la estructura con ojos brillantes.
—¡Vaya, es igual que en los animes! —dijo emocionada.
Biel ascendió, también impresionado.
—Es verdad, se parece mucho. Aunque en persona impone mucho más.
Se acercaron lentamente a la gran puerta de la ciudad, donde un par de guardias vestidos con armaduras de cuero y metal revisaban a quienes entraban y salían. Antes de dar un paso más, Biel se giró hacia su grupo y le explicó el plan.
—Escuchen, primero nos registraremos en el gremio de aventureros. Luego tomaremos una misión o varias, ya que necesitamos dinero para hospedarnos en una posada. Como somos muchos, tendremos que hacer una misión de rango C o B, así que espero que nos den placas de ese nivel.
—Tiene sentido —dijo Easton, asintiendo pensativo—. Si nos dan rangos bajos, nos costará más conseguir buenas recompensas.
—Yo digo que nos dejen demostrar nuestras habilidades en una prueba —comentó Ryder con una sonrisa desafiante—. Así nos aseguramos de empezar con buen pie.
—¡Eso suena divertido! —exclamó Raizel, frotándose las manos con entusiasmo.
Biel destacando ante la determinación de todos.
—Entonces, manos a la obra. ¡Vamos al gremio y empecemos nuestra vida como aventureros!
El grupo atravesó las imponentes puertas de Lunarys, adentrándose en la bulliciosa ciudad de los aventureros. Las calles estaban repletas de comerciantes, herreros y taberneros que ofrecían sus productos a los transeúntes. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la reacción de los aventureros que, poco a poco, dejaron de lado sus actividades para fijar su mirada en el grupo recién llegado.
—¡Vaya! ¿Viste cuantos hijo? —murmuró un hombre con una gran cicatriz en la mejilla.
—Parecen experimentados... o al menos, bien equipados —comentó otro mientras examinaba las armas y vestimentas del grupo.
—¡Las chicas están hermosas! —susurró un joven de pelo enmarañado, recibiendo un codazo de su compañero.
—Oye, pero ese chico del fragmento en el cuello... es bastante guapo, ¿no? —dijo una aventurera de cabello corto, provocando risas y murmullos entre su grupo.
Biel suspir, ignorando los comentarios mientras segua avanzando con el mismo aire de determinacin. Charlotte, sin embargo, no pudo evitar reírse y darle un codazo.
—Mira, hermanito, ya tienes club de fans.
Editado: 02.08.2025