Fragmento de lo Infinito

Capítulo 44: Hermandad

El viento soplaba con suavidad sobre la pradera iluminada por la luna. Biel, agotado tras superar su prueba, descansaba en un profundo letargo, sintiendo por primera vez en mucho tiempo la tranquilidad de la victoria. Pero mientras él dormía, en otro dominio, la historia tomaba un rumbo diferente.

En el dominio de Varael, una ciudad resplandeciente se extendía como un tapiz de luces doradas y estructuras de una belleza etérea. Las calles parecían estar esculpidas en jade y obsidiana, y las torres se alzaban como colosos que desafiaban el firmamento. La atmósfera vibraba con una energía antigua, un poder latente que aguardaba a ser reclamado.

Varael, con su porte imponente y su presencia majestuosa, guio a los hermanos Xanthe y Easton a la entrada de la ciudad. Su voz, firme como el eco de una tormenta en la lejanía, resonó en el aire nocturno.

—Aquí, en esta ciudad de guerreros, ustedes se fortalecerán —anunció Varael, su mirada fulgurante reflejando la intensidad del fuego divino.

Xanthe, con el corazón ardiendo de determinación, apretó los puños. Su mirada se elevó hacia la inmensidad de la ciudad, sintiendo la grandeza del destino que la llamaba.

—Haré lo que sea necesario —declaró, su voz rebosante de pasión—. Debemos ser más fuertes. No solo por nosotros, sino por Biel. Por la ciudad de Lunarys.

Easton asintió, su rostro reflejaba un temple de acero, una convicción inquebrantable.

—No permitiré que Lunarys caiga en las manos de Domia —afirmó con voz firme. —Si hemos sido traídos aquí, entonces demostraremos que somos dignos de este poder.

Varael esbozó una leve sonrisa, un destello de orgullo en sus ojos.

—Entonces es hora de comenzar su entrenamiento.

Antes de que los hermanos pudieran responder, un destello de luz envolvió sus cuerpos. En un parpadeo, la ciudad desapareció de su vista y, cuando la luz se disipó, se encontraron en un vasto desierto blanco, donde el horizonte se extendía sin fin y el cielo adoptaba tonos de un crepúsculo eterno.

El silencio era absoluto. No había nadie más. Solo ellos, el viento silbando con un canto etéreo y la presencia de Varael, cuya figura flotaba con una serenidad imponente.

—Este lugar está apartado de la realidad —explicó Varael, extendiendo los brazos—. Aquí no hay distracciones. No hay escapatoria. Solo ustedes y su verdadero poder.

Xanthe sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.

—Nuestro... verdadero poder —susurró, sintiendo un cosquilleo en sus venas, como si la esencia misma de su ser estuviera despertando.

Varael asintió.

—El primer entrenamiento consistirá en descubrir sus habilidades únicas. ¡Muestren de qué están hechos!

El aire se volvió denso, cargado de energía. La arena bajo sus pies comenzó a vibrar, respondiendo a la tensión de lo que estaba por desatarse. Xanthe y Easton se miraron. En sus ojos danzaba la misma convicción: no había vuelta atrás.

—Estoy lista —declaró Xanthe, con un destello de fuego reflejándose en sus pupilas.

—Vamos a descubrir lo que realmente podemos hacer —agregó Easton, sintiendo su propia energía resonar con el mundo a su alrededor.

La batalla por su propio destino había comenzado.

Varael cruzó los brazos sobre su pecho y fijó su mirada en los hermanos. La luz de la aurora boreal que danzaba en el horizonte reflejaba su figura imponente, como un coloso tallado por los mismísimos dioses.

—Ahora, muéstrenme sus habilidades únicas —ordenó con un tono sereno pero cargado de expectativa.

Xanthe y Easton intercambiaron una mirada de duda. La brisa helada que recorría el desierto blanco agitó sus ropajes, como si la misma naturaleza contuviera la respiración en espera de su respuesta.

—Lo siento, pero… no sé cuál es mi habilidad única —admitió Xanthe con un atisbo de frustración en su voz. —Siempre he usado magia, he lanzado hechizos en combate, pero nunca me he detenido a pensar en qué me hace diferente.

Easton asintió, apretando los puños.

—Igual que yo. Puedo usar magia de hielo con facilidad, pero no tengo idea de cuál es mi verdadera esencia.

Varael sonrió con comprensión. Sus ojos dorados brillaban con una chispa de paciencia infinita.

—Ya veo. Ustedes han empuñado la magia sin conocer su verdadera identidad. Pero no se preocupen, hoy lo averiguaremos. Ahora, lancen su mejor hechizo hacia mí. No se contengan.

Xanthe parpadeó, insegura.

—¿Seguros? No queremos hacerle daño.

—¿Y si sale lastimado? —añadió Easton, con un dejo de preocupación en su voz.

Varael soltó una carcajada grave, como el retumbar de una tormenta en la lejanía. Su sonrisa irradiaba una confianza inquebrantable.

—No se preocupen por mí. Un maestro debe conocer la fuerza de sus alumnos para guiarlos adecuadamente. Debo soportar su poder, así que denme todo lo que tienen.

Las palabras de Varael encendieron algo dentro de los hermanos. Xanthe cerró los ojos por un instante, dejando que la energía se encendiera en su interior. Su pecho se elevó con un profundo suspiro, y cuando abrió los ojos nuevamente, un resplandor estelar los cubría como si un fragmento del cosmos habitara en su alma.

—Entonces, que así sea —murmuró, alzando las manos al cielo.

Desde el firmamento, las estrellas respondieron a su llamado. El cielo tembló y de su vastedad comenzaron a caer meteoritos incandescentes, cada uno marcado por una estela de luz dorada. El aire silbó con el peso de los fragmentos celestiales descendiendo con precisión letal. Su hechizo: "Juicio Estelar", una danza de destrucción y belleza a la vez.

Por su parte, Easton inspiró hondo y extendió ambas manos. La temperatura cayó de inmediato. Un vaho gélido se desprendió de su aliento y la tierra bajo sus pies crujía al congelarse instantáneamente. Con un movimiento decidido, canalizó su magia y el tiempo mismo pareció rendirse ante su voluntad.

—Hibernación Eterna —susurró, y una ola de energía azulada se expandió desde su cuerpo.



#1197 en Fantasía
#1829 en Otros
#341 en Acción

En el texto hay: juvenil, magia, fantasia sobrenatural

Editado: 02.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.