Luna, tú que todo lo ves,
cuéntame si alguna vez
has sentido esta agonía
de amar en silencio… cada día.
Yo lo quiero, luna mía,
como se quiere sin razón,
como se guarda el alma fría
cuando arde entera el corazón.
Lejos de ti, le digo al viento,
pero su nombre vive en mí,
y aunque calle mi sentimiento,
mi amor lo grita… sin fin.
Tú que lo rozas con tu luz,
tú que lo abrazas sin temor,
dile que yo seré su cruz,
pero también su eterno amor.
Y si el destino no me oye,
si siempre lo tengo que soñar,
haz que en sus noches me recuerde…
aunque nunca me pueda amar.