Seguramente casi todos recordáis como terminó la primera historia, y sino os la resumo. Acabó conmigo padeciendo bulimia como fruto de las burlas recibidas hacia mi talla. Bien, pues ahora doy comienzo a la segunda historia, la cual está estrechamente relacionada con la primera.
Como consecuencia de la bulimia, me vi obligada a permancer ingresada en el hospital durante varios días, con el objetivo de recuperarme y recuperar fuerzas; pues había llegado a perder masa muscular. Eso me llenó de felicidad, pues llegué a pensar que así no os meteríais conmigo. Que ilusa fui al creer en algo así. Fui una niña inocente que creyó que las personas pueden cambiar de alguna manera.
La segunda historia comienza en mi segundo año de instituto, después de pasar por un horrible primer año y varios días en el hospital en mis vacaciones de verano. La causante en esta ocasión eres tú Miranda, la experta en informática. Si tú, Miranda, que a través de una fotografía retocada abriste otra brecha en mi alma.
Bien, después de mi regreso al instituto, en donde todos os percatasteis de mi rápida pérdida de peso, empezó a rular la hipótesis de que me había operado para perder peso de manera rápida. Hipótesis que fue creciendo por el hecho de que nunca me desvestía delante de nadie. Pero ¿Queréis saber la verdad? La verdad es que sino lo hacía era porque como fruto de vuestras burlas anteriores, me seguía sintiendo incómoda con mi cuerpo.
Luego, para empeorarlo todo, difundiste esa foto Miranda. Una foto en la que salgo con el torso desnudo cubierto unicamente por un sujetador de encaje rojo. Una foto retocada en la cual pusiste una cicatriz en mi estomágo. Foto que a continuación mandaste a tu grupo de informática, que a su vez mandaron a sus amigos y así sucesivamente, hasta que todo el instituto la vió. Realmente no comprendí el motivo que te llevó a hacer algo así; pero más tarde las piezas encajaron.
¿Cuál es el precio por la popularidad? ¿Merece la pena realmene arruinar la vida de otra persona solo por subir de estatus en esta sociedad? Para ti Miranda por lo visto si que merecía la oportunidad. Tu afán por estar en la cima, te hizo buscar una prueba inexistente a la hipótesis de mi operación; y ante la falta de una prueba la creaste. Aprovechaste ese instante después de gimnasia, en el cual suelo cambiarme a escondidas en un baño, para hacerme la foto y luego la modificaste. Espero que seas imensamente feliz con tu popularidad; pero la pregunta es ¿Cuánto te durará? ¿Cómo reaccionaría la gente al saber la verdad? Si nunca te he llegado a descubrir es porque a diferencia de ti no soy tan falsa y porque a decir verdad ¿Cuántos me creeríais?
Y es así como a través de una foto retocada, se reafirma una historia falsa, que esconde una triste verdad. Mi verdad. Una verdad que estoy revelando ahora. Enhorabuena Miranda, eres la causante de la segunda fractura en mi alma y tu foto deribó en la tercera.