No fue tristeza.
Fue fractura.
Fue desgarrarme desde adentro sin bisturí, sin anestesia, sin aviso.
No me doliste. Me rompiste.
Me partiste la voz cuando intenté decir que aún te quería.
Me partiste la fe cuando te vi irte sin mirar atrás.
Me partiste el cuerpo cuando no volviste y yo
seguí esperándote como si eso bastara.
No fue abandono.
Fue demolición.
Me quedé entre los escombros de lo que fuimos.
Recogiendo pedazos que ya no encajaban.
Intentando armarme con lo que dejaste sin nombre,
sin forma, sin sentido.
Y aún así, te escribo.
No para que vuelvas.
No para que entiendas.
Sino para que sepas que sobreviví.
Que sigo aquí.
Con las manos temblando.
Con el pecho abierto.
Con la voz rota. Pero viva.
Porque no me doliste. Me rompiste.
Y aún así, no me quedé rota.
#2194 en Otros
#509 en Relatos cortos
#5628 en Novela romántica
#1531 en Chick lit
Editado: 07.08.2025