Fragmentos de un Mundo Roto - La Ciudad Perdida

Episodio 14 - Las Historias son Contadas en Boca en Boca

—Pues por eso estoy aquí.

—¡Sí! Empecemos, quiero decir, Perfecto, eh, esto, jeje, mira, practique un montón, pero siempre me pongo nerviosa para hablar.

—Tranquila.

—Ay es que… —Resolló—. Bueno, ahora sí, seriedad, que me tienes que entender.

—Lo estoy haciendo.

Ella a pesar de intentar mantener la emoción que estaba sintiendo, se puso a hablarme a toda velocidad y casi sin tomar pausas.

—Genial, bien, sígueme, aquí, en esta biblioteca tenemos tantos libros literarios como libros de historia y matemáticas, también tenemos manuales de distintas profesiones. Algunos de los manuales estaban en el piso de arriba y estuvimos moviéndolos aquí abajo así que vas a tener que disculpar el desorden de este lugar.

—Tome aire, bibliotecaria.

—¡Lo hago lo hago! Solo que mientras hablo respiro en las pequeñas pausas, por eso no se nota mucho, es un buen truco que adquieres cuando lees en voz alta. —Levanta el dedo índice, se acomoda sus lentes y me responde esta vez con calma—. Y mi nombre es Sali, no «bibliotecaria».

—Cierto, me he olvidado presentarme, soy-

—Sí, Roto para siempre, me dijeron tu nombre y la verdad es que esperaba otra cosa, pero me sorprendiste, en el buen sentido, claro.

Le iba a preguntar, pero sí, ya me imagino lo que se podía dilucidar con un nombre así.

—Así que hablas el mismo idioma que nosotros.

—Qué suerte, ¿No?

—Sí y… ¿Eres de leer? —Me inquiere mientras se acerca a una estantería a buscar algo.

—Sí, justo mis libros favoritos son los de literatura, historia y matemáticas, aunque no sé si te pasa que a veces no sabes lo que es ficción y realidad.

—Ah sí, pasa bastante y más en tiempos como estos. Mira, toma.

Al sostener un libro, veo que no puedo reconocer el título, portada tiene una extraña letra.

—¿Qué se supone que es esto?

Sonríe mientras mira al libro y luego me mira a mí.

—Es Frances ¿No lo conoces?

—Nunca vi algo así.

—En la biblioteca hay varios idiomas así, lo leemos, pero no lo hablamos, bueno, no es como si a todos les importase aprender dos idiomas. Probemos con este otro.

Busca otra estantería y me pasa el libro.

—No, este tampoco.

—Es inglés, vaya, creo que va ser complicado, la mitad de estos libros están en otros idiomas, por suerte tenemos un diccionario para traducir las palabras.

—¿Y nada en Nigerocongolesa?

—Lo que hablamos nosotros es una mezcla entre varias de ellas, pero no es un idioma, sino que es como una rama de idiomas, como el Latín por poner un ejemplo. Antes querían que el idioma oficial sea el Suajili pero como era de esperar aquellos que no les gustaba o directamente no lo sabían hablar se negaron.

—Ya veo, creo que entiendo. De hecho, eso explicaría porque algunas personas no las entiendo del todo.

—Pues claro, hay palabras que tal vez no las conozcas o reglas idiomáticas, ¿Alguna otra lengua que conozcas?

—Intente estudiar Árabe, pero solo entiendo algunas cosas por escrito y muy pocas, tampoco conocí gente que lo hablara, por lo menos por lo que recuerdo, que no es mucho.

—Según un diccionario que encontré de antiguos Surafricanos que llegaron a la ciudad, sugerían que el Afrikáans y el Esperanto eran los mejores idiomas para aprender otros idiomas más, suena raro, pero por experiencia te puedo decir que funciona.

—Pero ¿Por qué tantos idiomas en esta ciudad?

—Esta ciudad fue construida en base a todo lo que llegara a este lugar, cuando más cultura, mejor iba ser.

—Hablas en pasado ¿Acaso sabes que fue hecha con ese propósito?

—¡Sí! ¡Por supuesto sí! Justamente mi rol es enseñar la historia de esta ciudad.

—¿La historia de la ciudad? ¿El cómo se fundó o más que nada todo a favor del misericordioso?

Resopla por la boca y con júbilo.

—Por favor, esta ciudad tiene muchas más generaciones que el rey, él ni había nacido todavía cuando esta ciudad surgió del trabajo y esfuerzo de sus habitantes.

—¿Y por qué tienen un rey en primer lugar?

—Al principio no teníamos lideres, él es lo primero que tuvimos que se puede asemejar a alguien que de ordenes más allá de los científicos.

—¿Científicos?

—Los científicos antes tenían bastante opinión, ahora son más reservados, ah espera ¿Me estoy adelantando?

—Solo vi granjeros en esta ciudad.

—Normal, casi no salen.

—Mira, Sali, me gustaría que me cuentes la historia de este lugar, desde que llegue nadie me pudo explicar absolutamente nada más allá de que todos tienen una rutina y con suerte una o dos personas conocen el término «forastero».

—Ya llegaremos a eso, el problema es que estamos lejos de esa estantería y además pensé que eras de los que la historia te parecía aburrida.

—Para nada, si desde que llegue a la ciudad lo que estoy buscando es saber que rayos es este lugar.

Oigo que se ríe discretamente.

—¿Qué te resulta gracioso?

—No sé, no, no es que sea algo gracioso, sino que me parece curioso que hables de este lugar como un completo misterio cuando yo y todos nosotros vivimos aquí mismo desde siempre ¿Sabes?

—No quise ofenderá.

—No no no no, no me ofendes, eres buen mozo yo… quiero decir, eres amable.

—Me suena buen mozo, pero nunca encontré su definición en los diccionarios que tenía de pequeño.

—Ay, esto… No es nada, eres amable.

—Sí es algo bueno supongo que me sentiré alagado.

Sus mejillas no dejaban de brillar y cada vez eran más coloradas, no sé qué signifique, supongo que está muy feliz de estar charlando conmigo en esta visita guiada.

—Aunque bueno, lo de «desde siempre» es una metáfora, estamos aquí desde que nacimos ¿Sabes lo qué es una metáfora? ¿Verdad?

—Claro, es como… Una forma de decir, lo opuesto a lo literal.

—Ajam, va por ahí. Entonces… ¿Cuál era tu cuento favorito?

—Mi cuento favorito era uno que se llamaba «El hombre que calculaba», era mi mayor fascinación de pequeño y me hizo explorar más libros aparte de la literatura, ya que me hizo ver que podían albergar conocimiento.




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