Fragmentos de un Mundo Roto - La Ciudad Perdida

Episodio 23 - La Advertencia

Andaba revisando todas las hojas de mi diario para acomodarlas mejor, obviando las que había anotado mis cosas, el resto de las hojas estaban en blanco, listas para ser rellenada, algunos papeles estaban más manchados o teñidos de amarillo por el tiempo.

Pero había una que tenía algo anotado de antes;

«No uses diente para lo que puedes usar un alicate».

Voy a sincerarme conmigo mismo, a veces me cuesta entender a la gente, en el diario los escribo de la forma en la que lo interprete, pero entre tantos sinónimos a veces el verdadero significado de las palabras se puede perder.

De ejemplo esta frase que tengo anotado aquí, probablemente cuando lleve hojas en blanco sin saber que una estaba usada antes de atravesar la esfera de humo contaminado que cubre este lugar.

Veamos, la frase puede ser algo simple como «No te comas las uñas», pero también alicate se dice tenaza.

La tenacidad es oponer resistencia, tenacidad es lo que noto en la gente de esta ciudad, no importa que tan altos sean los tributos, ni que tan oscuro este el cielo, los granjeros no dejan de arder bajo el fragor del sol y sus científicos siguen manteniéndonos iluminados con sus inventos, como los faroles eléctricos o la maquina purificadora.

Me gustaría poder decir lo mismo de mí.

Pero lo intento, debo verme fuerte. No, debo ser fuerte.

Y espero también estar dando esa imagen…

Porque lo que pasara en estos días no es para débiles.

Un día estaba en el almacén de subsuelo, cuando llego una carta con que iba a ser transferido, mi trabajo sería aquí mismo, pero iba a tener una habitación propia. Que espere instrucciones del guardia que va a venir a verme.

Al abrir la puerta me tope con el mismo guardia morado que había recibido un codazo cuando estaba respondiendo el asunto de las jerarquías.

—¿Has leído la carta?

—Sí, lo estaba esperando, ¿A dónde me llevan?

—¡¿Es qué no dejas de hacer preguntas nunca?!

—¿Cómo?

—Olvídalo, sígueme.

La gente de la plaza central me veía más que nunca, incluso si no tenía mi sobretodo, por primera vez sentía la sensación de que en este momento ellos tenían más dudas que yo de ellos.

Cruzamos a una esquina donde había menos personas.

—Qué raro que ahora no hables.

—Pensé que es lo que querían los guardias.

—Y yo esperando a que me hicieras la pregunta… —Se acomoda la armadura—. Ahora vivirás en el bloque de vivienda número dos.

—¿La casa comunal?

—No, esas son más pequeñas, en los bloques de vivienda tendrás una habitación propia, para ti solo, ¿Es lo que querías? Muchos mueren por vivir ahí.

—¿Y qué te hace pensar que sabes lo que quiero?

—No sé, solo veló por tu cuenta.

El lugar es enorme, se trata de un edificio de piedra, con varias ventanas cada una dando a lo que parecía ser una vivienda distinta.

Al entrar al lugar, había un patio en el centro con una fuente vacía, unos pocos árboles, varios arbustos y bancas, mientras que el resto eran viviendas.

Subo las escaleras, en el segundo piso y era lo mismo que la planta baja, habitaciones del lado izquierdo y del lado derecho tenía el patio o digamos “jardín” del lugar.

En los pasillos veo a uno de los terratenientes, siempre lo veía de reojo por las calles, tiene mucha importancia para varios de los granjeros que trabajan para él.

Parece que aquí está la gente más importante de la plaza central. Incluso él me miro confundido de verme en este lugar.

El guardia me abre la puerta y me da las llaves.

—¿Y? ¿Qué te parece?

—Está un poco oscuro.

Click.

Una luz se prende, veo al guardia y había presionado un botón que estaba en la pared cerca de la puerta para que se encendiera.

Nunca vi algo así, ¿Este lugar tiene energía propia como en los laboratorios o las minas? Parece que sí.

—Bueno, aquí vas a dormir, este lugar son varios pasillos con dormitorios y baños individuales, supongo que más allá de su nombre recuerdas como usar un inodoro.

—Sí, digamos que sí.

—Lo que sí tal vez no sepas es que una vez utilizado, no debas tirar los residuos por la ventana hacía afuera ni tampoco tirar porquería al lado adentro, compórtate adecuadamente y este será tu nuevo hogar en adelante, ¿Se entiende?

—Sí, lo entiendo.

—Oh, y quería decirle una cosa más.

—¿Qué?

—Veras, la cuestión es que muchas veces crees que… Lo que personalmente uno hace es lo correcto, pero la realidad es que debes escuchar la otra parte. Ser considerado y entender que no hay nada de que preocuparse. Las personas actúan y buscan lo mejor para todos, esperamos que usted comprenda y encuentre la manera de hacer lo mismo. —Acomoda un poco las sábanas con una sola mano y pone sus muñecas detrás de su espalda—. ¿Comprendes? Bien. Adiós, cuídese.

El guardia estaba a punto de irse hasta que decido dar un paso al frente;

—Creo que te voy a pedir que seas más claro, por favor.

Él se dio vuelta y me respondió;

—Lo que estés pensando, déjalo de lado, deja de hacer muchas preguntas, estás empezando a fastidiar a la comunidad y lo que es más importante; Al rey.

—¿Así que esto es otra advertencia como lo de la ropa? ¿Verdad?

Hace un gesto con las dos manos abiertas como si quisiera que saque mis propias conclusiones por más evidente que fuese.

Ahí estaba yo, solo, escribiendo en mi diario, pensando lo que debía hacer.

Hasta hace poco había quedado más tranquilo, la ansiedad se había detenido hasta que me di cuenta que sigo estando bajo la lupa del rey.

Debo tener cuidado con lo que escribo en este diario, solo escribiré lo que todo el mundo sabe.

Si llegan a entender mi letra (Que es lo más seguro), estaré en problemas.

Solo puedo decir algo si alguien ve esto; Los guardias hicieron esto personal.

Y sabiendo que hablan en nombre del rey, dudo que el misericordioso este exento de lo que está sucediendo.




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