Fragmentos de Vladimir

Capítulo 3: La voz que no era mía

🖍️ No era que no supiera hablar… era que nadie quería escucharme

Siempre supe que había cosas que no debía decir. No porque fueran cosas malas, sino porque no encajaban. Desde niño entendí que había momentos para decir las cosas, pero casi nunca eran míos.

Mi maestra lo confirmaba. Tenía una voz firme, de esas que parecen rebotar en las paredes. Era como si solo pudiera existir su forma de ver el mundo, y todos teníamos que seguir sin desviarnos. Nos tenía formados como soldados. Nos hablaba y nosotros nos quedabamos callados. Mandaba y nosotros obedeciamos.

Me gustaba dibujar y colorear, eran de las cosas que más me gustaba. Dibujaba paisajes que solo existían en mi cabeza, en mi imaginación. Árboles con hojas moradas, soles con lentes o con caras chistosas, cosas con alas. Un día, se me ocurrió pintar el mar de rojo.

Ella lo vio y dijo:

—Así no luce el mar.

—Es mi mar —le dije, sin pensarlo. Me miro. No con enojo. Con decepcion. Y eso me dolio mas.

Me hizo borrar el dibujo. Y empezar de nuevo. Esta vez con el color correcto.

Ese día me sentí avergonzado por pensar diferente. No por tener un error, sino por haber imaginado algo que nadie más parecía verlo.

Desde entonces, empecé a dudar. De mis manos, de mis palabras, de lo que veía. Me volvi mas callado aun. No quería respuestas, porque no quería equivocarme. No quería ser regañado. Solo quería pasar desapercibido.

Una tarde, sin decirle a nadie, guardé un crayón rojo en mi mochila. Era el color que más me gustaba, aunque ya no lo usaba. Lo escondí en el fondo de mi mochila, entre los demás materiales que llevaba ahí.

Nunca se lo enseñe a nadie. Pero a veces, cuando la clase se hacía muy larga o cuando me sentía muy pequeño, lo sacaba despacito y lo sostenía. Como si ese pedazo de cera pudiera recordarme quien era antes de que me dijera cómo debía ser.

No era que no supiera hablar. Es que, en ese salon, mi voz no era bienvenida. Y aprendí a esconderla. Cómo escondía el crayón. Como esconder mi tristeza.



#924 en Joven Adulto
#3104 en Otros
#201 en No ficción

En el texto hay: reflexion, infancia, poetico

Editado: 06.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.