La dama de negro
"La felicidad y el sufrimiento están tan unidos que, a veces, lloramos de alegría"
-Anónimo.
Desperté, todo era nubloso, me dolía terriblemente la cabeza, lo primero que observé fue una inmensa oscuridad que cubría aquel lugar en donde me encontraba, me levanté, creo que estaba recostada en una pequeña cama, observé que una luz brillaba en el fondo del cuarto, y me dirigí sigilosamente a descubrir de dónde provenía, al parecer esta venía de una pequeña ventana por la cual una chica vestida de negro observaba melancólicamente algo.
Ella era algo extraña, tenía un largo vestido y un velo que cubría sus hombros, ambos eran totalmente negros, como si aquella mujer estuviera de luto.
Su piel era pálida, sus labios eran pequeños, de un color rojizo no muy intenso, su cabello era de un color tan oscuro como su atuendo, pero a contra luz se tornaba de un color verdoso. Lo más increíble de ella, era que tenía unos ojos sorprendentemente relucientes.
Al parecer no se había percatado de mi existencia y de que ahora estaba despierta y la miraba con curiosidad.
-Bienvenida, veo que has despertado, espero y te sientas mejor – dijo sin voltear a verme-
-¿Quién eres tú? Acaso eres… - pensé unos segundos en lo que había ocurrido y exclamé: “¡Oh Dios mío eres la muerte!”
-¿Disculpa? – Dijo con indignación-
-¡Estoy muerta y has venido por mí! ¿Cierto? , ¡Todo esto es por la maldita culpa de Zyanya!
- ¿Te sientes bien? – Preguntó extrañada y me miró con sus impactantes ojos verdes-
- ¿Sentirme bien? ¿Cómo quieres que me sienta bien?, Estoy muerta. – comencé a llorar-
-No llores, por favor.- intentó calmarme-
- Debes mantener la calma, no estás muerta, eso es absurdo, bueno no lo es, pero, calmate por favor- oí la voz de Zyanya desde alguna parte de la habitación, pero no podía observarle. –
- ¡Oh genial! ¿Tú igual moriste?- dije con tristeza-
-¿Morir? Te he dicho que estoy viva. - se escuchó resonar el eco-
- ¡Todo esto es tu culpa! ¡Ambas estamos muertas! ¡Tienes que aceptarlo!, esta mujer nos llevara al cielo o talvez al infierno y nunca saldremos de ahí. – continúe llorando-
- ¿Qué?¿Cielo? ¿Infierno? quiza eso seria mejor que este lugar. Yo no estoy muerta, te lo repito por última vez o… por lo menos eso es lo que creo.- Surgió de la oscuridad, luciendo muy diferente a la última vez que la vi, vestía de negro al igual que la otra chica, pero, su vestido era diferente, este era un poco más corto y la tela era más delgada y no era completamente negro, ya que tenía algunas flores bordadas con alegres colores. -
- ¿Porque estas vestida de esa manera? y ¿Porque me abandonaste en medio de la nada?
- Me siento cómoda con este atuendo y te deje porque… -Justo antes de que ella dijera algo la dama de negro interrumpió-
-Gracias por traerla Zyanya, nunca la habría reconocido sin tu ayuda, ha cambiado demasiado.
-No tienes nada que agradecer, sabes que me hiciste un gran favor además sigue siendo la misma, espero que pronto se mejore –respondió-
-¿Qué? ¿Cómo que cambie demasiado? Me debes una explicación –ambas me ignoraron-
- Sus ojos son los que más han cambiado, antes eran del color del mar y ahora simplemente son cafés, como los tuyos, su piel sigue siendo de un tono claro, pero, no tanto como antes y su cabello es café con las puntas teñidas de color rosa, ugh se volvio rara.
-¿Rara? Maldita Zyanya, me traicionaste, yo te quería mucho, eras como una hermana para mi ¿porque lo hiciste?
-Le debía un favor, desde hace más de un siglo, debía hacerlo, creo que era tiempo de ayudarla, es más un agradecimiento, en verdad lo siento, solo quiero que estes bien.
-¿Qué? ¿Más de un siglo? pues ¿qué edad tienes?
-Tengo más de los años que imaginas... –La miré sorprendida.-
No podía creer lo que estaba ocurriendo la persona que creía mi mejor amiga era una anciana que me había mentido y entregado a una bruja que seguro mantendría mi alma cautiva - pensé en voz alta.-
- No me mires así Brishen, tengo tu misma edad pero es algo complicado de explicar y no soy una bruja… por cierto deberías mantener tus pensamientos en silencio, no todos deberían escucharlos.
-¿Desde cuándo se volvió una chica llorona e insolente?- preguntó la dama de negro-
-No lo sé, siempre lo ha sido, pero, después trata de ser mejor y cubre sus inseguridades tratando de ser valiente. Tienes que tolerarla, es grandiosa pero esta confundida.
-Ok lo intentare, no prometo nada.
-Bueno, me tengo que ir, cuida de Ro…- no terminó la oración- perdón de Brishen, siempre me confundo.
-Está bien, avísame si tienes noticias de Daniel o de Adriel por favor.
-¿Me dejaras aquí con ella?, ¡mínimo explícame que sucede aquí!
-Claro, te informare si sé algo de ellos. – Abrió la puerta-
-Zyanya, espera, creo que tiene razón, debes hablar con ella, conociendola intentara escapar y hara un drama que nos llevaria al fin.
- ¿Ok? lo que digas, ven Brishen, sígueme.- La seguí hacia la puerta ya abierta, en donde había un enorme y elegante cuarto.-
- ¿Por qué querría hablar contigo traidora?- fruncí el ceño-
- Porque si no lo haces no podrás ser libre.
- No te entiendo, sácame de este maldito lugar, quiero irme a casa.
- No hasta que sepas que...
-¿Qué? ¿Acaso Este es el momento en el que me dices que soy una bruja y voy a vivir grandes aventuras con ustedes?- dije sarcásticamente -
-No, esto no es tan fácil, como lo crees Brishen, deja de comportarte como una niña caprichosa, esto es serio.
Editado: 24.12.2020