“Los que pueden renunciar a la libertad para obtener una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.”
Benjamín Franklin.
Intentó dormir pues al siguiente día tendría que estar lo más despierta posible, sin embargo no podía lograrlo, algo le preocupaba y no sabía que era, sentía miedo, pero no un miedo común, no aquel miedo que se tiene cuando se ve un asqueroso insecto o cuando se ve por primera vez algo que desconocemos, más bien era como miedo de perder alguien que ha sido importante ,ese sentir era más o menos lo que sintió aquella noche que la abuela enfermo gravemente mientras ella estaba de viaje en un lejano país y no podía regresar fácilmente; hizo lo posible para regresar rápidamente aunque esto fue en vano pues minutos antes de que llegara, la abuela falleció sola en esa fría habitación sin nadie a su lado.
Poco a poco gotas de lluvia comenzaron a caer y su suave sonido hizo que se tranquilizara y relajara, arrullándola lentamente hasta que así pudo quedar profundamente dormida.
Al llegar la madrugada despertó sin motivo alguno, ya no sentía ese extraño sentimiento de pérdida, más bien ahora la invadía la sensación de que alguien la observaba desde la gran puerta de cristal que se encontraba en la esquina de la habitación y daba hacia el balcón.
Se sentó en un borde de la cama, aún estaba dormitando un poco y se quedó mirando por unos segundos a la nada, en seguida decidió levantarse y acercarse más al lugar, del cual provenía una penetrante mirada. Conforme se acercaba se notó que una sombra se proyectaba en la pared no obstante cuando estuvo más cerca se dio cuenta que solo era un montón de sabanas que alguien había puesto sobre alguna silla.
Se acercó al balcón al parecer la lluvia había parado y se podía sentir la refrescante brisa de la noche, miro hacia el cielo y volvió a observar nuevamente tal y como cuando regresaba a casa la resplandeciente luna que parecía hipnotizarla con su brillo y belleza.
Estaba segura de que ya no podría dormir durante esa noche y se dirigió a la sala en donde se encontraba el piano, después de todo debía estar preparada para el día siguiente y no había practicado lo suficiente como para estarlo.
Pasó el resto de la noche ahí sin que nadie lo notara, no quiso regresar a su habitación a pesar de que presentía que alguien la miraba .No podía observar quien era, más alguien estaba allí en algún lugar de la habitación sin motivo alguno.
No se percató de cuánto tiempo paso allí dentro, la madrugada pasó demasiado rápido, creo que no hubiera salido de ese lugar si no fuera porque escuchó el movimiento de la servidumbre que preparaba todo para el desayuno. Era demasiado tarde para regresar a su habitación sin que nadie la viera salir de ese lugar, de seguro Bianca, Catherine o incluso Bastián les dirían a sus padres lo que había hecho y estos la reprenderían severamente.
Salió de la estancia, afortunadamente no había nadie en el pasillo, ni tampoco en el jardín, pero, como era de esperarse alguien la descubrió subiendo las escaleras que daban hacia su habitación.
-¿Qué hace fuera de su habitación? – Le dijo en tono molesto la igual de insoportable dama de compañía de Catherine, “Mrs. Flora” o mejor conocida por Roselyn como “ The witch devour souls"
- Creo que no le debería importarle eso, usted está al servicio de mi hermana no mío, así que ocúpese de los asuntos de Catherine no de mi.-continúo subiendo.-
-Le he preguntado que está haciendo fuera de su habitación, señorita mal educada ¿o acaso no es capaz de comprender lo que he dicho? y ¿Qué hace vestida así?, Póngase algo apropiado, ese vestuario es indecente, no puede salir solo en camisón eso es demasiado impuro.
- Disculpe - paró de subir y agachó la mirada.- estaba a fuera porque quería buscar algo por mi cuenta.
-Vamos suba ya, en lugar de inventar falsos pretextos, hoy yo me hare cargo de usted. Debe visitar a su tía y no queremos que ocurra el mismo incidente de ayer, tiene que vestirse y tomar el desayuno, lo antes posible.
-¿Dónde está Bianca? Ella es mi dama de compañía, no usted. – Dijo bostezando-
-Ella se hará cargo de su hermana, sólo por el día de hoy. –Igual bostezó al mirar a Roselyn.- Deje de bostezar me contagia su flojera, ¿acaso no ha dormido bien?
-Dormí perfectamente ¿acaso no se me nota? –Dijo sarcásticamente y volvió a bostezar.-
Su rutina fue la misma que el día anterior, excepto que esta vez fue menos la presión de estar lista a tiempo y aun pudo saborear su delicioso desayuno que constaba de bizcochos, tocino, huevo, papas hash Brown y fruta. Tardó mucho tiempo en comer toda esa comida lo único bueno de ese instante fue que durante ese momento ideó un plan para escapar de la feroz dama de compañía que la vigilaría a donde quiera que fuese.
El desayuno terminó y se le dio la orden de subir al carruaje, era el momento perfecto para comenzar su plan.
-Es hora de irse, no volverá a llegar tarde el día de hoy, así que apresúrese.
-Oh, Mrs. Flora estoy tan entusiasmada de ir a visitar a mi tía, me alegro de que no me haya castigado por lo que hice esta mañana -dijo en un tono dulce y entusiasmado para que así pudiera creer su actuación.-
-Espere, antes de que me lo agradezca tiene absoluta razón, debería recibir algún tipo de castigo.
-¡Oh! ¿Pero qué piensa hacer?
-Creo que usted no visitara a su tía, el día de hoy.
-¿Qué? ¿Por qué? Ahora ¿Qué hare durante el resto día? – dijo fingiendo exaltación.
-Debe recibir un castigo, se quedara todo el día en su habitación.
-¡Por favor déjeme ir a visitarla! , hace mucho que no la veo y es mi tía favorita – En verdad nunca fue su tía favorita, de hecho le caía mal porque pensaba que era un mal ejemplo para su hija Yannel, pero mínimo debía ser convincente y fingir bien.-
Editado: 24.12.2020