Frame [#3 Aberrantes]

Capítulo 25 - Es lo que él quiere

Desde el piso donde se encontraba Shixed podía escuchar los gritos incrementarse. Podía apostar que las personas que corrían por su seguridad corrían con más prisa.

Shixed comenzó a sentir lo que era la desesperación. No tenía como salir de allí, ni como enfrentar esto por su cuenta, solo podía confiar con que sus amigos podían con él, pero ¿podían?

Con el corazón en la garganta, Shixed vio de reojo como su hermana comenzaba a recuperar la fuerza para ponerse de pie. Shixed no podía moverse, aún sentía que sus músculos estaban dormidos.

Con Shixed en el suelo y Loshal ya de pie, Shixed no había notado la matiz atemorizante que era verla desde abajo. Sus cabellos rubios que caían sobre sus hombres bailaban con la canción del viento, creando ondas y sombras a través de su rostro, haciéndola ver como lo que realmente era, una demonio.

Sus ojos dorados tenían un brillo crepuscular. Shixed no podía hablar con ella, no importaba cuan contrita estaba, su hermana estaba decidida en hacer una cosa y era servir a su padre.

—Loshal —comenzó Shixed.

Loshal le interrumpió cuando la pateó en su estómago con una fuerza desproporcionada a su tamaño, haciéndola caer al otro lado de la habitación. Incluso se escuchó el crujir de la pared cuando Shixed aterrizó en ella para luego caer de nuevo al piso.

Shixed tosió sangre. Podía sentir como en su interior algo se desgarró, quizás un vaso sanguíneo. Estaba sangrando internamente. Esa patada le había quitado el oxígeno.

Los pasos de Loshal se acercaban a ella, el repiqueteo de sus tacones contra el suelo hizo estremecer a Shixed.

—Loshal —intentaba hablar con el poco aliento que le quedaba—, tienes que razonar. Por favor… Él… él no va a…

Loshal la levantó del cabello con una violencia que arrancó un grito mudo de su garganta. Shixed quedó suspendida, apenas sostenida por aquel puñado de cabellos que tiraban de su cuero cabelludo como si quisieran arrancarle la piel. Intentaba estirarse, buscando con desesperación el suelo, pero sus dedos apenas rozaban el aire. El ardor en su cabeza se volvió punzante, un fuego que bajaba por su cuello y le nublaba la vista.

Sentía el peso de su propio cuerpo jalando hacia abajo, mientras la mano de Loshal seguía firme, implacable, hundiendo las raíces de su cabello en un dolor insoportable.

—Es lo que él quiere… —Shixed peleaba porque las palabras salieran de su boca, evitando sentir este dolor que la estaba carcomiendo.

En un movimiento, Loshal la lanzó al otro extremo de la habitación como si se tratara de una partida de Lacrosse.

Shixed volvió a ser lanzada contra otra pared creando otra grieta. Este golpe fue tan fuerte que incluso el techo había vibrado dejando caer pequeñas partículas de polvo. O quizás era su padre caminando por la ciudad.

De nuevo, Shixed escupió más sangre. Podía sentir el sabor del óxido en su lengua. Era caliente.

—Sé que tú no me odias por cuenta propia —murmuró Shixed viendo los zapatos negros de su hermana caminando lentamente a su dirección—, sé que… sé que quieres a Rianuhn… Y te perdono por todo… todo esto…

Loshal no iba a parar esta vez. Estaba determinada en terminar esto.

Shixed tomó una bocanada de aire, no tenía las fuerzas para luchar y tampoco quería hacerlo. Escuchaba como su hermana se acercaba lentamente y su corazón no para de latir con la velocidad de un tambor.

El sonido de un trueno las desconcertó. Sabía que su hermana no era capaz de crear rayos. Así que abrió los ojos a tiempo solo para ver como un rayo azul entraba a través del hoyo del edificio.

La luz de la centella fue cegadora, pero logró ver como el rayo atravesaba a su hermana, impulsándola a caer al otro lado de la habitación.

Shixed no paraba de ver a Loshal, se percató de cómo su cuerpo cayó contra la pared con la misma velocidad de una bala. A pesar de estar lejos, Shixed se percató de que su hermana estaba agitándose, había sido electrocutada.

—¿Shixed?

Esa voz tan suave la reconocería donde fuera. Frente a ella estaba Blue Velvet con su despampanante traje azul con las botas que le cubrían gran parte de los muslos. Su coleta de cabello recogía sus cabellos celestes.

Verla era un alivio, pero no podía dejar de pensar en la Blue Velvet que había conocido estos días. Una Blue Velvet asesina que no sentía remordimiento, que no iba a parar hasta lograr la misión de Rianuhn.

Blue Velvet se puso de cuclillas para escudriñar a Shixed más de cerca. Iba acercando su mano para examinar el rostro de la chica demonio, pero incluso ella se apartó un poco.

Blue Velvet, al principio, sintió rechazo y un poco de duda hasta que logró recordar las cosas que había hecho mientras el dominio había acaparado su cuerpo.

—¿Eres tú? —preguntó Shixed entonando sus ojos.

Sin poderes, Shixed no lograba descifrar si aún quedaba un poco de oscuridad en ella, pero su mirada, los ojos azules de Blue Velvet llenos de ternura y preocupación, no se podía fingir.

—Lo siento, Shixed —dijo Blue Velvet y apartó la mirada.

Realmente estaba apenada, Shixed podía sentirlo aunque no tenía sus poderes.




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