Capitulo 1 (Cumpleaños De Un Toro Sádico)

-Muchas gracias- Un joven hombre de cabellos amarillos, gran altura y un cuerpo algo musculoso, agradece el detalle que sus compañeros de armas hicieron por su cumpleaños.

-Ja, ja, ja, de nada amigo- El Caballero de Cáncer, sonriente, colocando en la mesa un plato, repletos de momos de diferentes sabores.

-Espero que con esto compensemos lo que te hicimos en mi cumpleaños- Un apenado Aries baja la mirada, sonriente.

-No pasa nada- Rebosando una ferviente sonrisa –Fue culpa de Hakurei en todo caso-

-¿Cuantas veces me debo disculpar?- Altar por su parte, sentado en una silla junto al peliblanco, pero algo fastidiado por la situación antes mencionada.

-No se debe despertar a nadie- Mirándolo con cierto enojo –Y más a las seis de la mañana-

-Quería ser el primero en felicitar a mi borreguito- Declaro alzando la voz.

-Solo por eso no me desquite usando mis mejores ataques- Sonríe, cruzado de brazos, cerrando sus ojos tan orgulloso.

-Pero… ¡¡¡ME ARROJASTE UNA PIEDRA EN LA CABEZA!!!- Con el ceño fruncido, con una vena saltando.

Pues más que nada, que el cumpleañero de este día, le arruino el momento romántico al pelilila Lemuriano.

-Hakurei…- Una pequeña sonrisa se forma en el rostro del ariano, tomando la mano de este por debajo de la mesa.

-Está bien…- Suspira, sonriendo y sonrojándose un poco, pues solo Avenir es capaz de calmarlo.

-Como sea, hoy es un buen día- Sonriendo mostrando sus blancos dientes y mirando a cada uno con sus grandes y amarillos ojos –Me están festejando mi cumpleaños y eso es muy lindo de su parte-

-Ja, ja, ja, te lo mereces- Cáncer, palmeando el hombro de Tauro.

-En verdad gracias- mirando la mesa preparada con diferentes alimentos –Es la primera vez que pruebo estas cosas que ustedes hacen- Levantando un momo, apretándolo, pues le parece curiosa la forma.

-Están rellenos de carne, espero los disfrutas- El Lemuriano de cabellos sueltos, también comenzando a comer, junto al festejado.

-Pues gracias, y Hakurei estas perdonado- Volviendo reír a carcajadas.

-Qué bueno… Porque luego no me dejas pasar por tu templo, sin que me quieras destazarme- Suspira, para comenzar a comer también, parte del banquete que hizo su hermano menor.

Mas el peliblanco se quedó pensativo, mirando los momos que Sage ha hecho para Francisca por su cumpleaños.

Recordando lo que paso en propio

-Sage…- Llama a cáncer algo dudoso.

-¿Si?- Girándose para ver a su cuñado, bueno… Para Sage lo es, pues el mayor está decidido a volver a Aries en su novio.

-Si le preparaste esta comida a Fráncica, quiere decir que… ¿También le darás el beso de cumpleaños especial de los Lemurianos?- Dijo esto como si fuera la cosa más natural del mundo.

Sage de inmediato escupe el bocado hacia la cara del caballero de Tauro por la sorpresa, que casi de ahoga por esta pregunta.

A su vez Hakurei se quedó sorprendido por las inocentes palabras de su borreguito, y de seguro esperando un fuerte golpe de parte de Tauro.

-Ni en mi cumpleaños me respetan ustedes dos- Pareciendo bastante enojado, quitándose los restos de comida mojada de su rostro.

Como si no le importara lo que el peliblanco acaba de decir, pues de hecho le da igual.

Tosiendo, porque se ha atragantado por este comentario, intentando recuperarse como puede –Pero… Avenir… ¿De dónde… Sacaste eso?- Se gira para verlo bastante sonrojado por las palabra, aunque en sí, no existe ese tipo de sentimientos entre ambos caballeros.

-Hakurei…- Bajando la mirada, jugando con sus manos –Me dijo el día de mi cumpleaños que esa es una tradición de los Lemurianos, dar un beso a la persona festejada, solo si te gusta- Sonriendo tan inocentemente a los tres presentes –Pensé que al hacer esto para nuestro buen amigo Tauro, eso significa-

Francisca solo se quedó mirando a Sage, y se alejó un poco con todo y silla, demostrándole que no comparte los mismos sentimientos si es así el tema, de paso limpiándose los restos de comida de su rostro.

-¡¡¡HAKUREI!!!- Alza la voz, levantándose de golpe de la mesa, tirando la silla.

Mira sonriente a su hermano menor, tratando de desviar el tema –Bueno… Creo que ya se está haciendo tarde y debo llevar a Avenir a su templo… Antes del toque de queda y…-

-¡¡¡¿CÓMO SE TE OCURRE DECIRLE ESO A AVENIR?!!! ¡¡¡¿NO VES LO INOCENTE QUE ES?!!!- Por la vergüenza que acaba de pasar, va a darle una lección sin importar el respeto que le tenga al otro.

-Ja, ja, ja, bueno debía intentar lo que sea para ganarme el corazón de mi borreguito y…- Apenas si pudo reaccionar, para esquivar un ataque de Cáncer –Sage… Por favor… Es solo un pequeño malentendido… Mi borreguito no…-

-Por eso te ataco a ti, Avenir no diría semejante cosa- Y acto seguido Sage comienza a perseguir a Hakurei, el cual se dirigió fuera del templo de Tauro, intentando escapar de la cólera del menor.

El peliblanco se quedó algo avergonzado, pues cree que hablo de más, pero su intención nunca fue apenar o hacer sentir mal a nadie.

-Franciscas… Lo siento…- Baja la mirada, pues siente que ha metido la pata –Por mi culpa…-

-No te preocupes- Después de limpiarse, sigue comiendo como si nada –Esos gemelos siempre están haciendo desastres juntos, aunque…- Mirando como regresan de nueva cuenta intentando evitar morir el mayor –Usualmente quien se descontrola es Hakurei y Sage se mantiene tranquilo-

-Se van hacer daño por mi culpa- Preocupado por el caballero de Altar.

-No, fue culpa de Hakurei por decirte eso, pero…- Sonriendo mirando al apenado peliblanco –Es normal, a esos dos les vuelven locos los Aries- Una risita cómplice se refleja en la boca del segundo guardián.

-¿Cómo dices?- Incrédulo por las palabras del mayor.

-Hakurei está enamorado de ti esponjoso Aries, y Sage estuvo… O…- Pensativo, con un momo entre sus manos –Bueno, aún está enamorado del anterior Aires, de Gateguard, pero esa es una historia algo trágica- Suspira resignado ante recordar esa situación.