Tic-Toc.

Acabo de escuchar unas llaves caer, justo afuera de la puerta principal.

Siempre estoy muy cerca de la entrada, para escuchar con anticipación que alguien se acerca. El sonido de los pasos en el césped y luego en las escalas, me advierten que alguien se aproxima a la entrada. Sin embargo, cuando escuché las llaves, ningún sonido me advirtió de esto. Sucedió completamente espontáneo. Me quedé petrificado.

Sonaron justo detrás de la puerta de entrada. No cabe duda, el sonido fue seco, tan cerca que pude determinar el objeto que cayó. Así de cerca.

Vivo solo desde hace 5 años. Nunca le he dado la llave a otra persona. La idea de que alguien haya llegado hasta mi puerta, sin darme cuenta de ello, busque sus llaves e intente entrar me hace perder el juicio. Esperaré que intente abrir la puerta, no puedo hacer otra cosa, mi puerta no tiene ojo mágico. Si me acerco sabrá que estoy aquí, podría ver mi sombra. 

Nunca deje observar la puerta. Los segundos pasan y no se escucha ningún otro ruido. 

Ha pasado ya casi un minuto, ¿Cuánto puede demorarse alguien en recoger unas simples llaves? ¿Tal vez ese alguien se dió cuenta que estaba en la casa equivocada, y se marchó? No puede ser esto, habría escuchado sus pasos al retirarse. ¿Pude imaginar el sonido? No puedo creerlo, aún no pierdo mi cordura. Esperaré otro minuto más. 

Abriré la puerta. Después de tanto pensar, lo más lógico es que las hayan arrojado. Sí, eso es. Las arrojaron. Abriré la puerta.

Abrí la puerta. Noté rápidamente que no habían llaves, ahora recuerdo que es la quinta vez que abro la puerta en dos minutos.