Domingo 22 de Enero del 2051.
Leah
He tenido la noche más emocionante de mi vida.
Lo que tiene de loco, lo tiene de detallista.
Me desperté temprano en la mañana para ir a trabajar como todos los días de mi vida, eso ayudó a que disminuyera mi ansiedad.
No sé en qué estaba pensando en aceptar. Supongo que la soledad hace mella, pero no me arrepiento, al menos pasé un día divertido.
Raúl
Esta mujer será mi condena.
Su sonrisa, sus ojos. Esta vez pude apreciarla mejor, incluso pude notar algunas pecas.
Luego de terminar mi horario laboral tuve que correr a casa para bañarme, vestirme y alcanzar a comprar un ramo de flores, cosa que logré, pero transpire tanto que la ducha no sirvió de nada.
Apenas llegó mi cuerpo amenazaba con fallar de los nervios. Es bastante imponente para su altura, espero no cometer más errores.
La llevé al parque de diversiones, la mejor idea para una primera cita, idea acertada porque jamás había pisado uno. Supongo que el culpable es su sueldo.
Nos subimos a varios juegos; verla sonreír es el mejor regalo que he recibido, se veía preciosa con su atuendo negro con naranjo neón y sus excesiva joyería.
Para el último seleccioné una atracción que me permitiera conversar con ella, así que la rueda de la fortuna era la selección obvia. Cuando estábamos ahí le expresé mi interés y mis deseos. Y aunque su respuesta no fue la deseada, no fue una absoluta negativa. “No se si estoy lista para una relación”. Eso significa que si me esfuerzo puedo tener una leve oportunidad.