Domingo 12 de Febrero 2051
Leah
Se lo dije.
Mi corazón se detuvo cuando llegó, se veía radiante con su buzo negro y su rulos cayendo por frente.
Esta vez llegué primero, la ansiedad me estaba comiendo viva; tengo que admitir que fue gratificante verlo llegar con un enorme paquete de papas fritas para mi, se nota que es lo único que conoce de mi.
Muy propio de él al romper el silencio apenas llegó. La conversación no fue tan larga, sólo le comenté sobre el miedo que tenía, que no me sentía segura confiando en él y que me sentía a salvo en la coraza que había formado. ¿Su respuesta? “¿Y qué hago para romperla?
La verdad, me dejó sin palabras y como la gran cobarde que soy, sólo me marché dejándolo atrás.
No me atrevía, no podía confiar en un hombre otra vez.
Raúl.
Tengo el leve presentimiento de que debo acabar con alguien.
¿Qué tan rota está para alejarse así?
Me dolió verla caminar lejos de mi, no lo negaré, pero no pienso renunciar tan fácil a ella; ya pensaré en algún plan para que abra su corazón a mí, aunque no se como si sólo tengo su IDD y no se donde vive o trabaja.