Grayson
Jade se queda fría de repente. Literalmente, clavada en el piso. No se mueve por nada del mundo. Lily y yo la miramos extrañados. Hasta que ella susurra un nombre.
—Aarón.
Ese nombre que tanto me intriga. Ese nombre que le pertenece a un ser que le hizo mucho daño a Jade. No sé con exactitud qué fue lo que le hizo, solo sé que tuvo que haber sido malo. Muy malo.
Me atrevo a seguir la mirada de Jade, para ver qué es lo que la ha descolocado. Cuando por fin miro hacia el frente, allí esta, un chico que está igual de inmóvil que Jade. Va vestido con una camisa, de rayas blancas y azules con cuello en “v”, vaqueros y zapatos nike.
Cuando me giro hacia Jade ella tiene lagrimas acumuladas, sin derramar, en sus ojos; y eso empeora cuando se da cuenta que Aarón comienza a acercarse a ella.
—Jade—dice Aarón, cuando ya se encuentra a solo un par de metros de nosotros.
— ¿Qué haces aquí?—dice Jade, pero su voz se quiebra al final.
Dios, me siento tan incómodo, no sé qué hacer. Lily no se da cuenta de la tensión que hay en el aire, ya que ella está en su mundo, saltando de aquí para allá.
—Yo…—Aarón carraspea—. Yo, volví y pues… quería verte.
— ¿Por qué? ¿Querías ver si aún estaba destrozada por lo que tú y Sarah me hicieron?
— ¡No!—Dice Aarón escandalizado—Yo sólo…
—Tú nada, Aarón. No puedes venir y pretender que nada pasó, que me olvide de todo lo ocurrido.
—Lo sé, y de verdad lo siento mucho—bueno, debo reconocer que el chico suena arrepentido. Pero eso no significa nada. Eso no me hace olvidar que hizo sufrir a alguien tan especial—. Yo me dejé envolver por Sarah. Ella me manipuló a tal grado de llegar a hacerte daño.
— ¿En serio? ¿O sea que ella también te manipulo para que fingieras un intento de violación mientras ella, escondida en el closet, lo grababa todo?—le recrimina Jade llena de rabia.
Un segundo. ¡¿Qué él hizo qué?! ¿Ese desgraciado de verdad hizo algo tan inhumano como eso? Dios, voy a matarlo.
— ¡Tu, hijo de puta! ¡¿Cómo te atreviste a hacer algo así?!—Digo, lazándome hacia él y agarrándolo por el cuello de su camisa—. Te juro que te mataré—digo con la mandíbula apretada, tan fuerte, que creo que romperé mis dientes. Este desgraciado necesita una lección y yo, que ahora tengo tanta rabia dentro de mí, se la daré.
— ¿Quién demonios eres tú?—pregunta el idiota.
—Yo soy el novio de Jade. Y te juro por lo más sagrado que vas a pagar lo que le hiciste—lo suelto.
Y antes de que le dé tiempo de reaccionar conecto mi puño derecho con su mandíbula, haciéndolo retroceder un poco. Pero no me quedo con eso, lo sigo y conecto mi puño izquierdo, con toda la fuerza que tengo, contra su nariz, rompiéndosela y haciéndolo sangrar. Ja, eso es poco para lo que merece. Estoy viendo rojo, así que me preparó para arremeter de nuevo contra él. Hasta que unos gritos me detienen y me hacen reaccionar.
— ¡¿Grayson?!—esa es Lily y por lo que escucho en su voz está llorando. Eso me paraliza.
— ¡Grayson, basta! No más por favor—esta vez es Jade quien habla.
Dios, ¿qué hice? Nunca permití que Lily me viera pelear. Ni siquiera alzo la voz cerca de ella si estoy molesto, y mucho menos me gusta que mi hermanita llore. Verla llorar me rompe el corazón. Y Jade, Dios, ¿qué pensará de mí ahora?
Cuando me giro para enfrentarlas, Lily está en los brazos de Jade, llorando, con su carita escondida en el cuello de ella. Y Jade, por Dios, ella también tiene lágrimas derramadas. ¿Cómo pude ser tan idiota? He hecho llorar a dos de mis mujeres favoritas. Que me clavarán un puñal dolería menos.
—Lo siento tanto—me comienzo a acercar a ellas. Por suerte no retroceden—. No saben cuánto lo siento.
Lily retira la cara de su escondite y se gira a mirarme, al hacerlo se abalanza hacia mí para que la tome en brazos. Tenerla en mis brazos me llena un poco de tranquilidad. Miro a Jade y ella aún me ve. Tiene una extraña mirada en la cara, pero no sé qué quiere decirme con ella.
— ¿Me perdonas?—me atrevo a preguntarle. La sonrisa que me regala me lo dice todo.
—Dios, claro que sí. No sabes cuánto te quiero—se lanza abrazarme y, al envolver mi brazo libre alrededor de ella, al tener a mis dos chicas en mis brazos; no hay nada que pueda hacerme más feliz. Además, el escuchar a Jade decirme que me quiere me hace el hombre más afortunado.
— ¿Nos vamos?—le pregunto.
—Sí. Sácame de aquí.
—Jade, por favor, necesitamos hablar—la voz de Aarón nos detiene. ¿Es que no aprendió con lo que le hice?
Comienzo a caminar hacia él, pero dos cosas me detienen. La primera es que tengo a Lily en brazos; y la segunda es que Jade pone su mano en mi pecho para detenerme.
—Déjame a mí, ¿sí?—me dice Jade. Mirándome con ojos suplicantes.
—Pero…
—Gracias por lo que hiciste. Probablemente el único que logro darle una lección fue Ben, pero ustedes no siempre podrán librar mis batallas. Déjame hacer esto, ¿ok?— ¿Cómo decirle que no? Supongo que ella necesita esto. Un cierre. Mi chica es fuerte, así que la dejaré, pero NUNCA me separaré de ella.
—Está bien, ve, pero estaré justo aquí.
—No esperaba menos de ti—se inclina y deposita un pequeño beso en mis labios. Luego comienza a caminar los pocos metros que nos separa de Aarón.
— ¿Quién es eso chico, Grayson? ¿Por qué lo golpeaste?—pregunta Lily de repente, más calmada pero más curiosa.
—Ese pinki, es Aarón, el ex novio de Jade. Una persona cruel, que la lastimó mucho—la cara de mi hermanita me dice que está meditando lo que le dije.
— ¿Podrías bajarme?—me pregunta, pero está viendo fijamente a Aarón con el ceño fruncido. Sé lo que significa esa mirada; y, por primera vez, no pienso ni detener ni reprender a Lily.
Así que la dejo en el suelo. Lily al sentir el piso contra sus pies sale corriendo en dirección de Jade y Aarón. Yo, por otro lado, camino tranquilamente detrás de mi hermanita. Claro, no me esperaba lo que mis ojos ven.