Fria como el hielo

Capítulo 17: Te amo Grayson.

Jade

Ni siquiera dejo que termine.

— ¡¿Qué?! —le grito exasperada—Por supuesto que no. Si, estuve deprimida por la muerte de mis padres, pero nunca se me paso por la cabeza quitarme la vida. 

—Oh. Entonces, ¿qué es esa cicatriz?—Grayson me mira interrogante, pero al menos está más relajado.

—Cuando…—pensé que hablar de esto sería fácil después de tanto tiempo, pero la muerte de mis padres es algo que nunca será fácil de hablar—. Cuando mis padres y yo tuvimos el accidente—trago saliva, para ver si así baja el nudo que tengo en la garganta—, la camioneta en la que íbamos giró como un balón y, cuando los vidrios se rompieron, uno de los cristales se incrustó aquí—toco mi cicatriz—, cerca de mi muñeca. Esto es un recordatorio constante de que todo lo que pasó fue mi culpa. Si yo hubiera obedecido, si no hubiera ido a esa estúpida fiesta con Aarón y Sarah, tal vez mis padres aún estuvieran aquí.

—Tal vez, pero nadie puede saber qué habría pasado si ese accidente no hubiera ocurrido. No puedes volver el tiempo atrás para averiguarlo—Grayson se sube a la cama, a mi lado, y me toma entre sus brazos. El que haga eso me da fuerzas para contarle todo—, solo debes aprender a vivir con ello.

—Pero, todo fue mi culpa…

—No, no lo fue. ¿Por qué te defines por tu pasado? Lo que ocurrió fue sólo una lección, no una sentencia de por vida. La vida quita, pero también da.

—Tienes razón. La vida te trajo a mi lado—lo miro y él me está sonriendo—. Te quiero.

—Y yo a ti, Elsa. ¿Me vas a contar lo que querías?

—Sí. Tienes que saberlo todo. En especial, por qué odio mi cumpleaños.

—Ok. Te escucho.

—Todos estos eventos que me pasaron, que siempre recuerdo, esos que me hacen sufrir y tener estas pesadillas, ocurrieron el veinte de noviembre. El día de mi cumpleaños—tomo aire para comenzar mi relato. Esto va a durar un rato—. El veinte de noviembre de dos mil nueve fue mi cumpleaños número dieciséis. 

»Antes de Angie, pensaba que Sarah Nicole Evans era mi mejor amiga; una completa mentira, claro está. Desde pequeña sufrí de bullying; era callada, poco sociable y destacaba en mis clases, por lo tanto, un blanco fácil. Luego estaba el hecho de que todos los chicos que me gustaban, y se acercaban a mí, lo hacían únicamente para conocer a Olivia; así que cuando llego Aarón, y se mostró interesado sólo en mí, creí haberme enamorado. Aunque por culpa suya, baje mis notas y me comportaba rebelde con mis padres.

 

Aarón: Vamos, nena. Sarah y yo organizamos esta fiesta para ti. No es justo que no vengas.

Yo: Lo sé, peromis padres me castigaron. Vieron mis notas y no están para nada contentos. Dicen que es tu culpa y de Sarah.

Aarón: ¿Tú crees eso?

Yo: Por supuesto que no. Eres lo mejor que me ha pasado y Sarah es mi mejor amiga, no creo que ninguno haga algo para perjudicarme. Confío en ustedes.

Y eso es cierto. Los chicos sólo me buscaban por Liv; pero Aarón es diferente, él de verdad me quiere. Era el chico nuevo y nadie sabía de él. Cuando llegó, todas las chicas babearon por él, incluyéndome, pero él se fijó sólo en mí. Desde que estoy con él, nadie me molesta, nadie se burla de mí. Somos Sarah, Aarón y yo contra el mundo. 

Aunque una parte de mí extraña profundamente a Angie. Antes éramos sólo nosotras dos, pero ahora ella no puede entender el cariño que me tienen Sarah y Aarón. Angie alega que es un cariño falso, Sarah dice que es envidia; yo pienso que son sólo celos. 

Al final, sé que, desde que estoy con Aarón y Sarah, Angie se alejó completamente de mí; y eso duele.

Aarón: Entonces ven a la fiesta, nena. ¿Te paso buscando?

Yo: De acuerdo. Espérame en la esquina.

Aarón: Esa es mi chica ;)

Bueno, esta será la primera vez que me escapo. Mis padres lo entenderán; es mi cumpleaños, y quiero estar con mi novio y mi mejor amiga. Es probable que se molesten, pero ya lo superaran.

 

La música está tan alta que ensordece, y las luces de colores parpadean tanto que marean. 

Me encuentro en la sala bailando con Aarón, o por lo menos eso tratamos. Hay tanta que gente que nos cuesta encontrar un espacio para bailar con libertad.

Voy por una bebidale grito a Aarón por encima de la música, con la esperanza de que logre escucharme—, ¿me acompañas?

Milagrosamente me escucha, porque asiente. Toma mi mano e intentamos pasar a través de la marea sudorosa de gente. Asqueroso.

Nos dirigimos a la cocina; está llena de personas jugando y apostando a quien bebe más bebidas en menor tiempo. 

Vamos a un lugar más privado, ¿sí?me dice Aarón al oído, haciendo que se me erice el vello del cuello.

Está biensusurro en aceptación, aunque por alguna extraña razón siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, y aún más raro es que me parece ser signo de un mal presagio. Espero estar equivocada.




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