Fria como el hielo

Capítulo 32: ¿Cómo podemos volver al principio?

Grayson

—¡Aaahhh, maldita sea!—grito, cerrando de golpe la puerta del coche, apenas estaciono al frente de mi casa.

¿Cómo pude ser tan estúpido? ¿Cómo no fui capaz de reconocer a Sarah? Era tal cual me la describió Jade.

Dios, Jade. Sarah la rompió nuevamente, lo vi en sus ojos, la vi derrumbarse en pedazos, y aun así no hice nada. Me quedé como un maldito imbécilen shock y no hice nada para ayudarla. Su mirada de decepción al verme con Sarah quedará grabada en mi memoria para siempre, no  hay manera que olvide lo idiota que fui.

Y Angie. Le doy toda la razónsi me odia en este momento. No hice nada, y como ella dijo, ese fue el problema. Jade se vio sola, indefensa, sin nadie quien la apoyara en ese momento.

—Mierda—seco una lágrima que no tenía ni idea que había derramado y me dirijo a la casa.

Apenas abro la puerta veo a mis padres y a Lily, sentados en el sofá, pero mirandojusto en mi dirección.

—Tesoro, ¿ocurrió algo? —pregunta mi madre, preocupada.

—Acabo de perder a Jade para siempre porque fui un imbécil que no estuvo para ella en un momento en el que me necesitaba—digo, sin siquiera verlos, pues mi mirada está perdida en algún punto de la pared—. Ahora, si me disculpan, quiero estar solo en mi habitación.

Lo sé. Debo parecer un zombi, caminando sin vida a mi habitación, y tumbándome en mi cama apenas llego.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pues mi mente solo puede reproducir una y otra vez a Jade sufriendo aquel ataque de pánico. Solo vuelvo en mí cuando escucho que tocan la puerta. Lo cual es ridículo porque está abierta.

—Hermano, ¿estás bien? —es la voz de Sam. 

Me siento en la cama para mirar hacia la puerta. Y allí está él, junto a Lily.

—¿Cómo esta Jade? —pregunto. Es lo único que me importa.

—Mejor de lo que crees—dice Sam con una pequeña sonrisa—. Es más fuerte de lo que imaginas.

—Lily, ¿podrías dejarme a solas con Sam, por favor?—ella me mira con enojo.

—No—dice con firmeza.

—¿No? —repetimos Sam y yo al unísono.

—No. Ustedes dos son unos tontos, los amo, pero acepten que lo son—dice rodando los ojos—. Tú, por no decirle la verdad—dice señalando a Sam. Entonces su dedo me apunta—. Y tú por lastimar a Jade. Así que, ya que ustedes no hacen nada bien y mis papás tienen temor de decirte la verdad, lo haré yo.

No séquiéntiene la boca más abierta, si Sam o yo, pero me siento como un niño siendo reprendido, y aquí la niña es Lily. Además, ¿de qué verdad habla?

—¿De qué verdad estás hablando?—miro confundido a Sam, pero este rehúye de mi mirada.

—Sam, siéntate, por favor—a veces me da miedo cuando mi hermanita actúa como adulta—. Bien, primero debo pedirle perdón a Dios por estar diciendo algo que era un secreto, pero sé que él no estará molesto porque lo hago por el bien tuyo y el de Jade, hermanito—me mira con un sonrisita en la cara—. Además, tú ya estas mejor del accidente, y prometí guardar el secreto para que te recuperaras, y ya estas mejor así que creo que puedo decir todo y no pasará nada…

—Lily…—corto su parloteo—Ve al punto.

—Ok…—rueda lo ojos. De nuevo—Todos te hemos ocultado que Jade siempre estuvo contigo en el hospital, es mentira que ella se fue apenas se recuperó y no quiso verte. Al contrario, Jade se quedó contigo todas esas horas que estuviste dormido, ella nunca se separó de ti y siempre ayudo a las enfermeras a cuidarte. Cuando despertaste, ella me dijo que hizo su magia en ti para que despertaras, pero que la únicaforma de que te mejoras por completo era que ella se fuera y tú nunca supieras que estuvo allí contigo, así que todos guardamos el secreto y funcionó. 

Así que no fue producto de mi imaginación. Cuando creí sentirla a mi lado, en realidad sí estuvo allí, siempre lo estuvo. Dios, sí que soy un completo imbécil.

De seguro Jade se sintió culpable por mi accidente y creyó que lo mejor para mí era estar sin ella. Cuando en realidad, desde que Jade entró a mi vida se convirtió en parte de ella, y el no tenerla cerca ya me hace mal porque estoy incompleto.

—Sí que soy un idiota—digo tumbándome nuevamente en la cama.

—Sip—afirma Lily—, ojala nunca crezca como un adulto igual de complicado que ustedes. Bueno, adiós—esto último lo dice cerrando la puerta tras ella.

Genial, mi hermanita entiende más de la vida que yo.

—¿Cómo rayos, siendo mi mejor amigo y hermano, no me dijiste todo esto? —le pregunto a Sam sin siquiera mirarlo.

—De acuerdo, no tengo justificación. Pero Jade nos lo pidió con tanta desesperación que no pudimos negarnos.

—Claro… ¿pero sí soportaron viéndonossufrir a ambos?—lo miro con reproche.

—Lo siento…

—Ya no importa. De todas formas, a estas alturas Jade debe odiarme por no hacer nada en la fiesta, y saberlo estámatándomepor dentro.

—Hermano, eso no es verdad. Jade está mejor, créeme. Dejé a las chicas en casa de Jade y ella me prestó su coche para venir y entregarte esto—dice tendiéndome un pequeño papel doblado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.