Fria como el hielo

Capítulo 3: ¡OLIVIA, TERREMOTO!

Jade

Cuando llegamos a la casa, mi hermana, Olivia, está dormida en el sofá con una revista abierta sobre su pecho.

Liv y yo no nos parecemos en nada. Por un lado yo soy la copia exacta de papá. Gracias a su sangre latina tengo la piel olivácea, ojos oscuros y cabello oscuro y eso me encanta. Por otro lado, mamá tenía sangre europea y pues Olivia salió exactamente igual a ella. Rubia, con la piel blanca y unos hermosos ojos verdes. Probablemente en lo único que nos parecemos es en que ambas medimos un metro sesenta y tres.

Cuando estaba en la secundaria los chicos sólo se acercaban a mí porque querían conocer a Liv. Triste pero cierto.

— ¿La asustamos? —me susurra Angie en el oído.

Asiento, y a ambas se nos forma una sonrisa malvada en la cara. Desde que éramos pequeñas siempre nos ha gustado asustar a Liv. Cuando llegamos al sofá, Angie junto a los pies de Liv y yo junto a su cabeza, comenzamos a contar con los dedos. 3…2…1.

— ¡OLIVIA, TERREMOTO!—gritamos a unísono mientras agitamos el sofá lo más que podemos.

Mi pobre hermana pega un brinco en el sofá, con las manos en el pecho y cara de pánico. Luego se gira de nuevo hacia el sofá, donde Angie y yo hemos caído partiéndonos de la risa.

—Ustedes par de mocosas nunca van a cambiar—nos comienza a pegar, en broma, con la revista—. Casi me matan de un susto.

—Ay vamos Liv, tú misma dijiste que querías verme reír, y esta fue sin duda una gran forma de hacerlo—digo mientras me seco una lagrima que se me escapó de tanto reír.

—Pues me alegro entonces. Háganme un espacio—se sienta entre Angie y yo—. Ahora, cuéntenme. ¿Cómo les fue en su primer día de clases?

—Fantástico Liv, Jade conoció a un chico y yo también—le responde Angie con una gran sonrisa y ojos soñadores. Liv por otro lado se queda con la boca abierta, y claro, sé que es por la parte donde Angie dijo: “Jade conoció a un chico”.

— ¿Enserio conociste un chico?—me pregunta mi hermana aún sorprendida.

—No te hagas ilusiones, que lo conociera no quieres decir que me agrade. En cambio tu otra hermana, de otra madre, creo que ya anda súper enamorada. Con decirte que hasta se estuvo pasando notitas con su chico en toda la clase—por fin Liv quito su atención de mí y se fijó en una muy sonrojada Angie.

—Ay Liv, es que si lo hubieras visto. Él es muy guapo, se llama Samuel Tate y está como quiere. De piel blanca, ojos y cabello oscuros y con un gran carisma. Díselo Jade.

—Hm, no lo sé—me encojo de hombros—. Como dice el dicho, caras vemos, trastornos mentales no sabemos.

—Jade no seas cruel—me reprende Liv—. Sabes perfectamente que así no dice ese dicho.

—Pues así dice para mí—me levanto y me dirijo hacia la cocina, me muero de sed—. ¿Quieren algo de tomar?—les grito, pero claro ellas ya me han seguido hasta aquí.

—Vamos Jade dime la verdad—insiste Liv—. ¿Ese chico es guapo?

—Aishh, ¿Qué quieres que te diga?—Liv me mira con una ceja levantada y cruzada de brazos— Está bien, su nombre es Grayson Miller, piel blanca, ojos verdes grisáceos, cabello castaño, creo, y con una sonrisa ridículamente perfecta. Ah… y es un idiota.

— ¿Sonrisa ridículamente perfecta?—pregunta Liv.

— ¿Cómo dices?—me hago la desentendida. ¡Rayos, escuchó lo que dije!

—Dijiste que tiene una sonrisa ridículamente perfecta—repite Liv con picardía.

—Yo también lo escuché—asintió Angie.

—También dije que es un idiota—digo ignorando sus comentarios. Tomo un largo trago de agua para disimular mi falta de palabras.

— ¡Ja! Yo creo más bien, que dices que es un idiota, porque sabes que él es quien te puede conquistar—escupo el agua que tengo en la boca y fulmino a mi hermana y a mi mejor amiga, mejor dicho a mis dos hermanas, que me miran con picardía en sus ojos. 

—Ustedes dos, son las hermanas más insoportables que una chica puede tener.

— ¡Gracias!—dicen las dos al unísono. Por suerte tocan el timbre y puedo escapar de esta conversación. Cuando Olivia y Angie se juntan pueden ser una auténtica pesadilla.

—Yo voy—les grito a las dos locas que hablan sin parar en la cocina. Cuando abro la puerta no es nadie más que mi cuñado, Benjamín Reed, mejor conocido como Ben.

Ben fue el mejor amigo de mi hermana hasta hace cinco años, cuando él reunió el valor suficiente para declarársele. Él pensaba que mi hermana le podría decir que no, pero hasta un ciego podía ver que mi hermana estaba tan enamorada de él, como él de ella. Si sumamos sus años de amistad, más sus años de relación, tienen más o menos unos 12 años juntos.

Benjamín es muy guapo y hace una increíble pareja con Liv. Ben es de rasgos marcados, piel lechosa, cabello de un color rubio oscuro y ojos de color miel. Es muy cariñoso y atento. Es hijo único, por lo que es como un hermano mayor y sobreprotector con Angie y conmigo.

—Hola Ben—le sonrío.

—Hola peque—me sonríe y abraza antes de cerrar la puerta.

— ¡Ben!—grita Angie mientras correr por toda la sala hacia él.




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