Frías intenciones

Capítulo 2: Mi turno de jugar

—Oliver ¿es cierto que esta niña es su hija? ¿Usted sabía de su existencia? ¿Quién es la madre de la pequeña? —me interrogan los paparazzi , yo tomo a la niña en brazos y mi patrocinador se acerca y me hala hacia uno de los autos. 

—¿Qué es todo esto Oliver? ¿Quién es esta niña? —cuestiona mientras desajusto un poco el nudo de mi corbata porque siento que me comienzo a asfixiar. 

—No lo sé. 

—Soy Angy y él es mi papá—responde la niña y Jason Stam que es mi patrocinador me mira con ganas de matarme. 

—Oliver hasta esta niña sabe más que tú ¿cómo diablos piensas ganar ahora las elecciones? . 

—Papá tengo hambre—lo interrumpe la niña. 

—Aguanta un poco, ya estamos llegando a casa. —respondo lo más tranquilamente posible que lo permite la situación. 

—¿Ahora viviré contigo? —pregunta mientras el teléfono de Jason comienza a sonar y lo toma. 

—¡Que no! ¡No sé quién diablos es esa niña! —grita enfadado colgando su teléfono. 

—Me llamo Angy—le dice la niña que al parecer está atenta a absolutamente todo. 

—No puede ser—reclama Jason mientras comienza a sonar su teléfono y lo lanza contra el asiento delantero que está al lado del conductor. 

—Dice mi mamá que no debemos lanzar las cosas. —dice la niña y sonrío mientras Jason aprieta su cabello de tanta incomodidad. 

—Sabes cuanto dinero ha invertido nuestra cámara de representantes en tu candidatura, ¿lo sabes verdad? —me reclama Jason. 

—Angy —me dirijo a la niña ignorándolo—¿Quién es tu mamá? 

—Eva Martínez Flovier 

—Lo supuse. —reprocho 

—Es tu hija entonces—cuestiona Jason y me quedo en silencio—¿Conoces a esa chica? 

—Hace cinco años tenía una novia que se llamaba Eva, era una chica bonita pero humilde y cuando comencé a tener aspiraciones políticas terminé con ella porque sabía que debía buscar una novia cuya familia me ayudara a cumplir mis objetivos. 

—Crees que pudo quedar embarazada de ti—pregunto y miro a la pequeña que escucha todo atentamente.. 

—Mejor hablamos luego sobre ese tema. —respondo para no tratar un asunto tan delicado frente a una niña tan inteligente. Saco entonces mi teléfono que está en silencio y tengo 35 llamadas perdidas y la mayoría son de mi madre. Pero guardo el teléfono nuevamente sin llamarla, es mejor hablar con ella cara a cara, sé que va a reaccionar de manera exagera y no la juzgo, todo esto es demasiado.  

—¿Sabes donde está tu mamá Angy? —le pregunto a la niña cuando el auto se detiene. 

—No, ella dijo que mi papá me cuidaría hoy. 

—No te preocupes linda—digo poniendo la mano sobre su cabello castaño —encontraré a tu mamá sea donde sea que esté, no te quedarás sola. 

—Mamá no me dejó sola—responde y la miro con atención. 

—Entonces ¿dónde está? 

—Ella volverá, me lo prometió —responde inocentemente. 

—Se fue y te dejó a la niña, ahora qué haremos con ella, esa... —reclama Jason 

—Mi mamá nunca me dejaría—responde la niña—mi mamá es la mejor—dice y le doy un golpe con el codo a Jason y lo miro con seriedad para que deje de hacer esos comentarios tan feos fuera de lugar frente a la pequeña.  

—Ya encontraremos a tu mami— le digo. 

—Ojala y encuentres también una forma de no perder las elecciones después del espectáculo que has hecho. —reprocha él. 

El auto se detiene frente a la casa, cargo a la niña y bajo, quedando absolutamente sorprendido al entrar a la casa y ver a Eva allí, sentada con una copa de alguna bebida en la mano, conversando con mis padres que ni siquiera me explico cómo llegaron allí antes que yo. Mi corazón se paraliza un segundo. La Eva que conocía ha cambiado demasiado, no es la chica delgada y frágil a la que abandoné llorando porque me quedara, su cuerpo es distinto, más acentuado, más entrenado, su rostro y su pelo han cambiado, pero incluso su mirada es diferente, ya no es esa mirada tierna llena de sueños, quizás ahora era un poco más fría, más cruel, más manipuladora. 

—¿Eva?—me atrevo a preguntar aún con la niña en brazos, quedando plasmado ante su presencia. Ella me mira con frivolidad y sonríe con cierto grado de sarcasmo. 

—Oliver, cuanto tiempo. 

—Esta niña es... 

—Es tu hija—responde con seguridad y me daja pasmado su confesión tan abierta y directa—sí es tu hija, si te has dado cuenta no me hizo falta el collar que me diste para venderlo y pagarme un aborto y vine a devolverlo. 

—Eva tenemos muchas cosas de que hablar. —confieso mientras ella se acerca y toma a la niña abrazándola y besando su mejilla. 

—Angi él es tu papá y a partir de ahora será el mejor papá del mundo o habrá unas elecciones a alcaldes que serán un show si le contamos a la prensa algunos pequeños secretos. 

—¿Me estás amenazando? 

—Incapaz mi querido Oliver, solo vine aquí a advertirte de lo que pasará si no asumes tu papel como padre y a dejarte claro como serán las cosas a partir de este momento, porque ahora es mi turno de jugar.
 

 



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En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 01.12.2022

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