Friendzone

DÍA DE LLUVIA

 

         El día seguía su curso, decidí ya no entrar a ninguna clase a partir de la primera, que en realidad tampoco había tomado. El cielo se encontraba nublado y en ocasiones se oscurecía un poco más de lo habitual, el clima suspiraba y presagiaba que una lluvia tempranera se acercaba.

         El día era triste y confuso, quería que lloviera y que las gotas golpearan mi cabello y mi ropa quedara mojada, quería sentir frio para ver si estaba despierto o simplemente esto era un mal sueño.

“En mis 17 años, jamás he besado alguna chica, jamás me he dado la oportunidad de experimentar una relación, y siempre eh esperado que sea con Andrea, pero y si nunca es así”

         Mi pensamiento más que razonable, era irracional, quería tener a alguien a quien querer, pero, siempre en mi mente me ha dicho que debe ser Andrea, estoy perdidamente obsesionado con su sonrisa y no con cualquiera podía estar, así que en el momento en el que la amiga de Andrea me propuso eso, algo en mi ha hecho dudar de lo que realmente quiero o si simplemente su sonrisa de ella puede ser suficiente.

         No la he visto desde ese momento, pero debo decidir en si aceptar su oferta o rechazarla como aquella vez.

         Mientras en ese momento mi pensamiento estaba perdido y enredado, mi teléfono sonó, no conocía el número, la primera vez no conteste, la segunda me dio curiosidad pero aun no conteste, hasta que la tercera despertó por fin más mi interés y pensé que podría ser una emergencia.

         -Hola, ¿Quién habla?-

Una voz gruesa sonó a lo lejos - Ya contesto tu frienzonado – inmediatamente después se oyó como alguien tomo el celular y su voz suave y dulce se escuchó – Hola Diego, soy yo, Andrea, ¿no han preguntado por mí?- sentía felicidad pero quería demostrar que estaba enojado pero mis palabras me traicionaron – Hola, Andrea, me da gusto oírte, pues te extrañ…digo te extrañan todos y los profesores no han preguntado por ti, al parecer esta Karen ha dicho que has enfermado, pero, ¿Dónde estás? ¿Por qué no has venido hoy?- en ella se escuchó un suspiro de molestia- Estoy bien, estoy con mi novio, la verdad es que si llegue a la escuela, pero quede con verme con mi novio y pasar todo el día con él, así que no te preocupes por mí- por unos segundos un silencio surgió y después a pesar de que lo sabía no pude guardarme lo que mi mente pensaba- ¿Novio? Eso es imposible, sabes que siempre he intentado que me aceptes como novio, ¿Cómo pudiste hacerme esto? Yo siempre he estado ahí para ti, siempre te he ayudado y tú me dices que ya tienes un novio, ¿acaso tú crees que eso es justo para mí?¿ Acaso crees que yo estaré siempre ahí cuando tú lo necesites? Que siempre seré tu opción segura cuando ese te deje y tu salgas llorando, ¿Acaso crees que yo soy solo lo que tú quieres que sea? Sabes algo, me has abierto los ojos y a partir de hoy ya no seré más…-antes de que terminara ella término mi oración- ¿Un chico en la friendzone? ¿Era eso lo que ibas a decir? Te agradezco que hayas hecho todas esas cosas por mí, pero eso no te da derecho a reclamármelas, yo jamás te las he pedido, y si, si te soy sincera, a veces creo que tú eres un chico que siempre estará a mis pies haga lo que haga o diga lo que te diga, pero sabes algo, jamás podremos ser algo tu y yo, porque simplemente tú no eres suficiente para mí, así que por favor deja ya de seguirme y estar siempre como perrito atrás de mí, jamás serás algo mío, ni siquiera un amigo, así que dejemos eso y ya por favor no me hables, pero como se cómo eres, sé que mañana ahí estarás pidiendo perdón por todo lo que me dijiste, así que si eres muy amable, lleva mi tarea hecha y talvez podamos seguir como antes a esto- inmediatamente después de decirme esto ella colgó.

         Algunas lágrimas querían salir por mis ojos, había dicho cosas que hicieron que si en algún día podía tener algún oportunidad con ella, ahora se habían esfumado, había sido un tonto por contestarle así y hacer que se enojara.

Llegue a una banca y me quede mirando el cielo, empezaba a oscurecerse y después de unos minutos una gota cayó sobre mi frente, era fría pero refrescante, no quite secármela, la deje ahí y seguí mirando con mis ojos llorosos las nubes, ahora empezaban a escucharse unos relámpagos, la tormenta estaba cerca.

La hora de salida se acercaba y la lluvia empezaba a hacerse cada vez más densa, hasta que hubo un momento en que ya no solo eran unas gotas, si no era todo un diluvio, yo seguía ahí, en la banca, haciendo que las gotas cubrieran toda mi ropa, que me refrescaran mi mente y así poder pensar en cómo solucionar las cosas con Andrea, tenía que solucionarlas o jamás su sonrisa seria mía. Intente pensar en que podía hacer con ella o que decirle el día de mañana, pero a mi mente solo venían a mi mente sus palabras de que la dejara en paz y que jamás le volviera hablar. Recordaba eso y cada vez mis ojos se llenaban de lágrimas, cuando está completamente empapado, recordé que su amiga me había hecho una propuesta para que Andrea se fijara más en mí, así que tome mi mochila llena de agua y me apresure al salón, esperando aun encontrarla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.