Ayer caí sobre la tarde
y se aferró a mi
bajo el vestido y su inocencia
mi dilatada frecuencia,
los gritos de mi alma
se endurecen,
melancólica sed
de un abrazo y el alba
resultó difícil
caer en esa tarde,
la piel de su cuerpo se endozaba en mi mente
color del cielo dulce
la ventana y el verde.
Caí, realmente caí,
pero que bonito caer en la tarde