El viaje de la lluvía
trajo dulces deseos de un café locura
cuando la brisa creció al oler nostalgía
escribiendo atardeceres de dulzura.
De pronto la noche vertió
papel y vida en cautivo soñador,
navegante hombre veraz que volvió
al camino inefable para pintar su dolor.
Óleo sobre el lienzo lírico
son las notas de un alma en silencio
provocando aferrarse en burbujas de amor.
Entonces,
si el lirio busca su fragancia
cómo le dirías a un adiós perfecto.