Sentía que el día me comía
mientras permanecía estático,
observaba por doquier
intentando olvidar el rato
Ojeaba las miradas
al son de la melodía de aquella tarde
soñando instantes de locura
que escribieran el amanecer
La vista cruzó un ángel
con señales de dulce conciencia,
se esparcía como aire frente a mí
dejando el anhelo de querer volar
El erizante frío intentaba arropar,
pero el cielo pintó esas hojas de color luz,
intentando humedecer el mundo
con rocío de querer vivir