Los árboles susurran a la brisa
pequeños instantes,
dulces recuerdos
pintados en un cielo paz
observando el horizonte
tan fugaz y tan distante
soñando infinitos ocasos
huelo el mar
murmurando secretos al silencio
al abrazo de la cálida voz
que a lo lejos
me miraba con su tierna luz
un farol que ilumina
el sendero silencio
dibujando siluetas extrañas
el caminar de esmeralda
se cruzó ante mi;
la miraba
mientras ella no lo notaba,
sonreía
trazando aquel liviano cielo
la noche lo cubrió
arropándole en sabanas turquesa,
miraba las nubes
imaginando que las pintaba,
el bolígrafo comenzó a trazar melodías
el día se esfumó como el humo
llagando las heridas,
tallando anhelos brillantes
en el arrebol de una mirada
esperanza,
tus cabellos aceleran el tiempo
tu mirada lo para,
provocas mariposas,
pétalos e instantes
pegadizos al alma.