"Llegarán en 3 minutos, prepárense." Dijo Lord Kadian al sentir la presencia del primer grupo no muy lejos de nosotros.
Los tres teníamos unas prendas de color amarillento, similar a la arena que nos cubría desde la cabeza hasta los pies, ayudándonos como camuflaje.
Mientras revisaba mis cosas, vi cómo Lord Kadian agarraba su lanza de su espalda, y la clavaba en la arena mientras nos esperaba a nosotros.
Por mi parte, saqué la espada que me regaló Lord Kadian hace algunas décadas. Mi espada tenía una piedra mágica de fuego incrustada en medio del pomo, que prendía en llamas a cualquier ser vivo siempre y cuando el filo lograba tocar alguna de sus venas de maná.
Mi esposa solo sacó una gran vara que llevaba con ella desde que la conocí. Además de eso, me di cuenta de que tenía una varita en su cintura, al mirarla más detenidamente, me di cuenta de que era la misma que siempre usaba cuando tenía que hacer hechizos rápidos pero menos potentes.
Mie*da, estoy muy nervioso, necesito calmarme, si dejo que mi esposa me vea así, ella también se pondrá nerviosa y eso nos jugará en contra en la batalla. Pensé mientras sentía cada vez más cerca a los enemigos.
Una vez terminamos de prepararnos, empezamos a ver a las primeras personas aparecer sobre una gran duna de arena a lo lejos. Mejorando mi visión con maná, me di cuenta de que el primer grupo estaba conformado principalmente por demonios y unos cuantos más de otras razas.
"Kurt, Aria." Dijo Lord Kadian mientras mostraba una sonrisa. "Ganemos esta batalla por el bien de nuestras familias."
"¡Sí!" Respondimos ambos al unísono antes sus palabras.
Como lo teníamos planeado, Aria levantó rápidamente su gran vara al aire con una mano, mientras que con la otra empezó a juntar una gran cantidad de maná.
"¡Tempestad!" Gritó después de concentrar el maná requerido en la gema de su vara.
Al instante, espesas nubes empezaron a formarse por encima de todo el desierto, y en solo un momento, todo el ambiente se volvió apagado y oscuro. Lo único que alumbraba eran los relámpagos que se mostraban en las nubes de vez en cuando.
"¡Hazlo Aria!" Grité al ver cómo nuestros enemigos ya estaban empezando a sacar sus armas y escudos.
En un parpadeo, comenzaron a caer millones de agujas de hielo del cielo en forma de lluvia. Como cada una de ellas caía a una impresionante velocidad, lograron atravesar sin dificultad a varios de nuestros enemigos.
Ante el masivo ataque, algunos lograron cubrirse con diferentes hechizos, pero mi esposa, al darse cuenta, balanceó su vara de un lado a otro haciendo que cayeran varios rayos sobre ellos.
Gracias al hechizo de mi esposa, 40 de nuestros enemigos murieron en pocos segundos.
Mejoró el poder de su hechizo, ¡Bien hecho Aria! Pensé alegremente al ver el progreso de mi esposa.
"E-ese es mi límite, necesitaré unos minutos para recomponerme" Dijo mientras se apoyaba en su vara para no caerse.
Cuando dejó de fluir maná en su vara, las agujas de hielo dejaron de caer y fueron reemplazadas por una simple lluvia.
"Lo hiciste bien Aria, descansa, ahora es nuestro turno." Dijo Lord Kadian antes de cubrirse con una densa capa de maná sobre todo su cuerpo.
Es mucho maná para el inicio de la batalla ¿Qué planeas Lord Kadian? Pensé ante su extraño movimiento.
Agarrando con fuerza su lanza, empezó a juntar una gran cantidad de maná en ella, a tal grado que se podían ver rayos dorados desprendiéndose a su alrededor.
Que increíble poder. Pensé al sentir la presión que emitía el maná de Lord Kadian.
Respirando hondo, balanceó su cuerpo hacia atrás mientras elevaba la lanza con una mano, para después lanzarla a una impresionante velocidad hacia nuestros enemigos.
Al hacerlo, intenté seguir su ataque con la mirada, pero apenas pude ver una luz, incluso con mi vista mejorada con maná. La lanza fue tan rápida que en un parpadeo impactó contra la arena, matando a varios de los hombres de Boris.
Cuando mi mirada volvió a Lord Kadian, él ya estaba elevándose en el aire junto a una pared de piedra que conjuró detrás de él. Juntó sus piernas, y se impulsó en su propio hechizo, destruyendo la gruesa pared por la fuerza del salto. A pesar de la distancia en la que se encontraban nuestros enemigos, Lord Kadian llegó a ellos en un par de segundos.
Cada vez me sorprendes más, Lord Kadian, quisiera ver que tan fuerte te volviste desde la última vez…. Pensé nostálgico.
Una gran explosión con rayos dorados apareció en el lugar en donde impactó Lord Kadian. Una vez el polvo de la arena se disipó por los vientos de la lluvia, pude ver a mi amo masacrando a varios de nuestros enemigos con una increíble precisión.
Como no se podía escuchar muy bien por la tormenta, tuve que gritar a Aria a pesar de que estaba cerca de mí.
"¡Es tiempo de irme!" Grité mirándola a los ojos. "¡Descansa y recuerda seguir el plan!"
"Está bien... ¡Cuídate Kurt!" Gritó en respuesta. Ella, al ver que me iba alejando, se sentó sobre la arena, para meditar y recuperar su maná lo más rápido posible.
"Igualmente..." Susurré para mí mismo ya a varios metros de ella.
Sacudiendo la cabeza, logré despojarme de los nervios por la batalla que iba a tener. Una vez listo mentalmente, aumenté mi velocidad hacia el frente.
Mientras corría sobre la arena mojada vi como varios enemigos evitaron pelear contra Lord Kadian, y pasaron por los costados hacia donde nos encontramos nosotros, algunos de ellos intentaron atacarme con magia desde lo lejos, pero con un movimiento de piernas y manos pude esquivar o desviar sus ataques sin mucha dificultad.
Para cuando me di cuenta, enfrente mío ya había varios mercenarios con espadas, dagas y mazos.
Son demasiados. Pensé un poco temeroso, dejando de lado mis dudas. Nuevamente, introduje maná a la piedra mágica de mi espada, y empecé a apuñalar y cortar a mis enemigos con movimientos muy precisos. No era tan rápido como Lord Kadian, pero sabía que al menos era más rápido y fuerte que estos simples mercenarios.