Qué escandaloso.
Comenté en mi mente al ver al joven humano reclamando continuamente al aventurero que hacía de guardia en la puerta.
Volviendo a centrarme en Zoe, me explicó algunas cosas que la señora de hace rato le dijo del carromato, porque además de las 8 habitaciones que había en el primer y segundo nivel, había una puerta trasera. Esa puerta te sacaba del espacio expandido que tenía el interior del carromato, llevándote a un lugar parecido a una alcoba en el exterior, siendo el lugar perfecto para tomar aire.
Mientras veía con un bostezo como al humano escandaloso de hace rato le daban un nuevo anillo que servía como ticket, Zoe siguió hablando, comentando que cada 5 días el carromato se detenía medio día para que los pasajeros pudieran salir afuera, haciendo que el largo viaje fuera menos estresante para algunas razas.
¿Nos dejarán salir? Pensé sorprendido por la nueva información. Supongo que es algo normal para un viaje de 120 días como este.
Con una cara pensativa, mi mirada se centró en el humano llamado Markus nuevamente, porque mientras este pasaba por el comedor, empezó a mirarnos fijamente. ¿Qué? ¿Qué se trae este?
Sintiéndome un poco molesto e incómodo por su falta de discreción, Markus siguió por su camino hacia una de las habitaciones de la planta de abajo.
Con sentimientos negativos, cerré mis ojos mientras pensaba en aquel humano, porque a pesar de que nunca antes había visto su rostro, su nombre me parecía conocido de cierta forma, como si lo hubiera escuchado en algún lugar.
Markus…
“Aquí tienen sus platos.” Dijo una joven camarera, separándome de mis pensamientos. “Gracias.” Respondió Zoe, recibiendo los dos platos que traía para luego entregarme uno de ellos.
Creo que no hace falta darle importancia a alguien que no conozco. Dije en mi cabeza mientras observaba lo que Zoe había pedido.
Wow, no esperaba que tuvieran carne de Lagarto Rojo. Pensé al ver los platos, porque entre las verduras cocidas y la pasta que llevaba, destacaban varios trozos de carne roja cortada en cubos. Al verlo más detalladamente, era obvio que la pasta se había hecho recientemente a base de una masa, haciéndolo el complemento perfecto para la salsa amarillenta con la que había sido bañada y revuelta.
Si siguen dando platillos similares a este, quedará completamente justificado el precio de los boletos. Pensé alegremente, probando el dulce y picante sabor que tenía el Saltado Carmesí, el nombre del plato que tenía enfrente.
Tanto Zoe como yo disfrutábamos de la comida, hasta que, después de un par de minutos, alguien repentinamente se sentó en una de las sillas que había enfrente de nosotros. Al levantar la mirada con una sospecha de quién era, confirmé que esta persona era el humano de hace ratos, Markus.
“Mucho gusto, espero que no les importe que los acompañe.” Fueron sus palabras mientras mostraba una sonrisa con los ojos cerrados que me hizo que me molestara aún más. Al tenerlo más cerca, noté que el humano estaba cerca de los 30 años, y que por su ropa tan llamativa con un sello incrustado en ella, debía de ser algún tipo de noble.
“Me presento, mi nombre es Markus de la casa Fleming, soy el tercer hijo del noble encargado de Birton.” Dijo agraciadamente, haciendo que recordara una antigua conversación que tuve hace varios años con Angelica, poco después de que entrara a la Universidad de Birton.
“¿Puedes creerlo? ¡Gracias a él pude salvarme de esa clase!”
“Entiendo, pero, ¿no estás muy animada por haberlo conocido?”
“Por supuesto, porque hace poco me enteré de que era uno de los hijos de Yataco Fleming, el noble encargado de la ciudad de Birton. Imagínate si logro entablar una amistad con él, eso sería un gran contacto para un futuro.”
Así que es él…. Dije en mi mente mientras lo veía fijamente. “Un gusto Markus, mi nombre es Zoe, y la persona que está a mi costado se llama Drake.” Contestó de forma amable mi hermana, después de ver que aún seguía comiendo con la misma lentitud de siempre.
“Mientras entraba a este carromato, me llenó de sorpresa el ver a dos jóvenes Dragontinos por estas tierras. ¿Acaso estáis de paso?”
Sin saber a qué se refería exactamente, me molestó aún más la forma en él que hablaba, y que se refería a nosotros como ‘jovencitos’, porque estaba seguro de que era su mayor.
“Así es.” Contestó Zoe, asintiendo de forma natural antes de que yo pudiera decir una sola palabra. Haciendo que me quedara callado mientras observaba la conversación que se formaba alrededor de ellos.
“Me lo suponía, porque si bien es raro encontrar a Dragontinos por todo el planeta, es aún más raro verlos por este continente, ¿acaso son del Reino de Clifland?” Preguntó viendo de reojo la cocina, de donde salían los platos de comida para todos en el carromato.
“No, claro que no, nosotros somos una joven pareja que viene del norte del Reino de Mitian. Ahora estamos volviendo a nuestro lugar natal después de un par de años de viaje por estas hermosas tierras.”
“Oh, entiendo, perdón por preguntar tanto, solo quería estar seguro.” Dijo sonriendo, justo antes de que llegara un plato de comida para él.
¿¡Qué acaba de decir Zoe!? ¿¡Qué somos una pareja!? ¿¡Acaso se volvió loca!?
Alterado y confundido por las palabras de mi hermana, me puse a verla directamente mientras Markus hablaba con la camarera.
“Z—” Antes de decir algo, Zoe me miró de una forma que conocía perfectamente, una que siempre ponía cuando quería que yo guardara silencio, o más específicamente, cuando me amenazaba con hacerlo.
¡No entiendo nada!
Mientras mi cabeza daba vueltas intentando procesar todo lo que estaba pasando, Zoe contraatacó con preguntas hacia Markus.
“Por cierto Markus, noté que llevabas un tipo de arma diferente para alguien de tu estatus, ¿acaso eres un aventurero?” Preguntó mi hermana, haciendo reír a Markus por lo directa que era Zoe.