Punto de vista de Drake Helkar
Ahora entiendo a papá y mamá, por qué se enfocaron tanto en volver a Clifland, además del odio en sus palabras cuando hablaban de Boris.
Reflexivo por el breve relato de Zoe, me quedé en silencio mientras veía el oscuro techo de madera después de escuchar cómo Boris había matado a toda la familia de Kadian, y de cómo se había apoderado del Reino para poder matar a Kadian.
D-Debió de ser duro para Kadian perderlo casi todo. Seguí pensando hasta que Zoe nuevamente volvió a hablar.
“Drake, te conté todo esto por varias razones, para que sepas las motivaciones de nuestros padres, del por qué prefirieron mantenerte lejos del conflicto y peligro, para que entiendas los peligros y la importancia del Fragmento del Dios Dragón que llevas en tu interior, y en especial, porque confío en ti, y sé que harás lo mejor con esta información en un futuro.”
Sorprendido por las palabras de mi hermana, me quedé callado, ocultando levemente la mirada entre las sábanas por no poder corresponder esa sinceridad.
“G–gracias, Zoe, yo… yo también confío en ti.” Dije débilmente antes de darle la espalda, ocultando la frustración que empecé a sentir por todas las cosas que Zoe había hecho por mí, y por lo poco que había hecho por ella.
Después de ese incómodo momento en la cama, Zoe se sintió confundida por mi actuar y cambió rápidamente el tema de conversación, enfocándose en las cosas que haríamos durante el día.
…
“¿Estás listo, Drake?” Preguntó mi hermana después de asegurarse de que todas nuestras cosas estuvieran en nuestras mochilas.
“Sí… más o menos.” Susurré inseguro, buscando por quinta vez el anillo que nos habían dado el primer día del viaje en el carromato, ese que funcionaba como boleto y llave de la habitación.
¡Ahh! ¡No lo encuentro! Pensé desesperadamente mientras me agarraba la cabeza, con Zoe esperándome en la puerta para salir del carromato porque finalmente habíamos llegado a Brumenwent.
Había pasado casi un mes entero, o 77 días desde que Zoe me había contado el pasado de nuestra familia. En todo ese tiempo no ocurrió nada importante, salvo por algunos ataques de monstruos que aparecían de vez en cuando en distintas partes del camino, que, de hecho, fue lo más interesante de todo el viaje.
Recuerdo que en esos momentos llegué a ver monstruos nuevos, además del Oso Rocoso que había derrotado durante mi Augurio. Cuando vi a los nuevos monstruos me emocioné al querer salir y enfrentarme a ellos, pero siempre terminaba deteniéndome al ver cómo los aventureros y mercenarios contratados por el carromato los eliminaban, haciendo que todo se redujera a un simple espectáculo visual para mí. Esa impotencia me fue frustrando cada vez más a lo largo del viaje, una frustración que se mezclaba con mi indecisión de contarle más cosas de mí a Zoe, especialmente después de que dijera sinceramente que confiaba en mí aquella noche.
Ahh… es inútil, no lo encuentro por ningún lado. Pensé resignadamente después de buscar por toda la habitación nuevamente.
Saliendo de la habitación desanimado, le conté la verdad a Zoe, que terminó regañándome por perder algo que me pidió repetidamente que cuidara.
Dirigiéndonos a la salida, nos encontramos nuevamente con Markus, que, al vernos bajar por las escaleras, nos alcanzó, uniéndose a nosotros para devolver los anillos juntos.
Al igual que al principio, Markus no desaprovechó alguna oportunidad para apegarse a nosotros, algo que empezó a molestarme e incomodarme de cierta manera, pero por la relación de amistad que se fue formando con Zoe, no pude hacer mucho al respecto.
Entre las conversaciones que teníamos con Markus durante todo el viaje, nos enteramos de que su destino era Burden, la capital del Reino de Flok. Al parecer, iba a ir allí para hacerse aventurero, algo que llamó un poco mi atención, especialmente por las historias de aventuras que tenía en mente gracias a mi antigua vida, y por las ocasionales historias que Kadian contaba cuando aún vivíamos todos juntos.
Llegando a la caseta afuera del carromato, noté que el ambiente se sentía un poco más seco y caluroso, pero no tanto como había esperado para un viaje de casi 120 días.
Después de pagar los 700 Sunaris por el anillo perdido, decidimos seguir a Markus, que desde hace una semana nos contó que su familia tenía un amigo transportista en Brumenwent, que ayudaría a que nuestro viaje fuera más divertido y económico. Recuerdo que, cuando escuché su propuesta, quise rechazarla de inmediato, pero fui detenido por Zoe, que, hablando en privado conmigo, me convenció a la fuerza a considerarlo, por el fijo fondo de dinero que teníamos para nuestro viaje.
En el terminal de Brumenwent, seguimos a Markus por unos minutos, llegamos a una parte más céntrica del terminal. Entrando a una estructura de madera mucho más grande y elegante que la caseta que nos recibió, Markus mencionó que nos presentaría a Talyn Wayne, quien dirigía la sede sur de una de las compañías de transporte más importantes del Continente.
Revisando a detalle el lugar de espera en el que estábamos sentados, me sorprendí por los ligeros lujos que tenía la habitación, ya que nunca había considerado entrar en un lugar así de elegante en nuestro viaje, y menos en el comienzo del mismo.
Parece que la persona a la que conoceremos no es como cualquier otra, porque incluso Markus se ve un poco nervioso a pesar de ser de la nobleza.
Escuchando algunos pasos acercarse, me puse de pie junto a Zoe para mostrar un poco de respeto, pero al notar que Markus seguía con un perfil bajo, sentado y pensativo, sentí un poco de miedo por lo que podría venir.
¿¡Eh!? ¿Pero qué le pasa a Markus? Si él no es así.
"Ohh… Pero si es Markus Fleming. ¿Qué te trae por acá, muchacho?" Saludó Talyn Wayne con una sonrisa, después de atravesar una cortina de damasco y de observarnos a los tres. Al analizar al humano que tenía enfrente, deduje que tenía alrededor de 40 años, pelo castaño y una piel oscura, algo que me causó más curiosidad por saber la relación que tenían con Markus.