“¡A las doce en punto!” Grité rápidamente a los demás, montado sobre la espalda de Mork sobrevolando el mar de Cuerda que unía el continente Central y el Antiguo. ¡Maldita sea! Aún no entiendo cómo diablos se enteraron de nuestra llegada.
Con Perception activo, identifiqué a más de 80 barcos a pocos kilómetros de donde estábamos volando, causándome un conflicto interno por las decisiones que había tomado hace unas horas.
Habían pasado varias semanas desde que partimos del Continente Central, y varios meses desde que nos separamos de Drake y Zoe.
En todo este tiempo lejos de Birton, me había reunido con el equipo que había formado los últimos 35 años para recuperar el Reino de Clifland, y tras mucha planificación, partimos desde Sornova, en el Reino de Mitian para llegar a las playas de Barton, al suroeste de Clifland.
Todo el viaje iba bien, normal para lo que se esperaba, pero estando a un par de días de llegar a tierra y nuestro destino, me di cuenta de que estábamos siendo perseguidos por algunos Dragones tripulados, que al confirmar nuestra identidad, no dudaron en atacarnos con varios proyectiles mágicos, y hechizos de larga distancia. Estaba oscureciendo, y tras acelerar el paso y burlarlos en el aire, logramos escapar por poco de sus ataques hasta perderlos entre las nubes.
Ya salvos, nos mantuvimos en el aire, y tras varias opiniones escogimos qué hacer esa misma noche.
“Seguiremos, pero nos desviaremos un poco de nuestro destino original.” Terminé diciendo al tener en cuenta el tiempo y los recursos que nos tomó llegar hasta el punto en el que estábamos, porque, tras analizarlo no podíamos simplemente esperar varios meses o incluso años más para intentar entrar por otro punto al continente.
Apretando los puños en la actualidad, empecé a cuestionar esa decisión por el escenario en el que nos habíamos metido. Activando Perception en su máximo esplendor, pude identificar cómo las tropas marinas del Reino se empezaban a mover por el océano para interceptarnos a pesar de los cambios de ruta que hacíamos en ese momento.
Esto es muy extraño, se siente como si supieran en dónde estamos a cada rato. Reflexioné, notando a unos 12 kilómetros cómo más barcos y bestias aéreas se acercaban por nuestra espalda y costados.
Mierda, nunca imaginé que pondrían a tantos hombres en este punto solo para eliminarnos. Dije arrepentido por dentro, al notar cómo ahora éramos completamente rodeados como si fuéramos una amenaza para el Reino y estas personas.
“¡Lord Kadian! ¡Me encargaré de abrir paso para que pasemos la línea de enfrente! ¡Pero como estamos en el aire, mi hechizo tomará unos cuantos minutos en conjurarse! ¡Así que necesitaré que alguien me cubra hasta entonces!” Gritó Jacoby desde su Ziz, un ave legendaria que tenía como mascota.
“¡Yo me encargo! ¡Pero apúrate! ¡Porque ya empezarán a atacar en unos pocos segundos!” Gritó Lucio a un lado mío, montado en los lomos de Ness.
“¡Bien! ¡Jacoby! ¡Encárgate de abrir el paso! ¡Mientras tanto yo, Irisha, Loniet, Stuart y los demás los distraeremos para que no se centren en ustedes!” Dije a todos, dejando entrever que teníamos que actuar rápidamente para abrir el paso y evitar que la situación escalara.
En el grupo, en total éramos más de 15 personas las que habíamos emprendido este viaje para derrotar a Boris y recuperar la antigua felicidad que vivía el Reino. Entre ellos, amigos y familiares que contacté en estos últimos años.
“¡Aquí vienen! ¡Dispérsense!” Ordené, al notar cómo giraban sus cañones en nuestra dirección.
“Magia de nivel Leyenda: Lumora.” Conjuró rápidamente Irisha, que iba conmigo en la espalda de Mork.
En un parpadeo, varios orbes de luz rodearon a Mork para después salir disparados en forma lineal sobre los barcos, logrando impactar directamente sobre unos cuantos, hundiéndolos, antes de que estos comenzaran a atacarnos con cañones mágicos y otros hechizos.
El caos no tardó en llegar sobre todo el ambiente, explosiones y disparos mágicos se dejaban ver por dondequiera que miraras, sea mar o aire. Esquivando proyectil tras proyectil en el aire por varios segundos, Mork fue alcanzado en un ala por cinco flechas de luz que nos seguían a pesar de las vueltas y movimientos bruscos que dábamos en el aire para esquivarlos. ¡Mierda! ¿¡Quién está conjurando eso!?
Rastreando los ataques, noté que venían de un barco azul que estaba resguardado por otros cuantos. Al acercarnos hacia ellos lo suficiente para destruirlo, retrocedimos a tiempo tras esquivar una poderosa llamarada blanca que vino de otro lado. ¿Qué? Espera, ¿ese fue Burni__…?
Girando nuevamente, aumenté mi visión con maná identificando con frustración el rostro de una de mis primas en la popa de un barco.
¿Qué? ¿Tú también, Yumi? Pensé molesto antes de ascender nuevamente al nivel de las nubes. Será completamente inútil intentar destruirlos a todos, lo mejor será solo esperar a que Jacoby acabe los preparativos de su hechizo mientras los atacamos desde arriba.
Esquivando y atacando a los dragones que desplegaron, Jacoby dio una señal de maná para que nos preparáramos. Excelente, aquí viene.
Juntándonos, formamos una barrera que nos cubrió temporalmente mientras Jacoby conjuraba por fin su hechizo, que lo hizo mientras se ponía de pie sobre su Ziz, mirando el ambiente a su alrededor antes de chocar fuertemente su palma y puño causando una intensa onda de maná, que se expandió hasta llegar a lo profundo del océano.
“Magia de nivel Semi-Dios, Terremoto.” Pronunció, seguido de un estruendo ensordecedor que vino del océano debajo de nosotros.
El océano completo vibró, se sacudió y partió provocando gigantescas olas que hundieron a decenas de barcos y dejaron un camino enfrente de nosotros.