20 - El ritual del dios de la muerte.

Región de Althohalla.

Bosque encantado.

4:10 de la tarde.

A diferencia de lo que estaba ocurriendo con Elsa en el gran templo de Althohalla, las cosas en la tribu de los Northuldrans se habían tornado un tanto movidas, ya que muchos de los miembros iban de un lado a otro como si estuvieran preparando algo de suma importancia.

Kristoff: Que ocurre, porque de repente hay muchas personas movilizándose?.

Preguntó el pelirubio con gran duda.

Anna: Algo está apunto de suceder, tengo el presentimiento.

Respondió la princesa de Arendelle con voz seria.

Ambos jóvenes solamente se dedicaban en ver cómo las personas llevaban ciertos objetos en sus brazos, al parecer con la única finalidad de utilizarlos muy pronto.

Los dos se encontraban tan concertados en lo que veían, que no pudieron notar a la mujer de cabellera blanca que se había posicionado justamente a un lado de ellos.

Yelena: Anna...prepárate, ya casi todo está listo.

Al escuchar esa inconfundible voz, ambos jóvenes rápidamente voltearon a ver a la actual líder Northuldran.

Kristoff: Listo...que está listo?.

Anna: No te preocupes, no es nada de importancia.

Fue lo único que dijo la princesa antes de caminar unos cuantos metros lejos de su esposo, para después solo darse la vuelta y mirarlo de una manera verdaderamente triste.

Anna: Muchas gracias por haberme hecho muy feliz en todo este tiempo que estuvimos juntos, quiero que sepas que te amaré por siempre...y esperó que algún día puedas perdonarme por lo que voy a hacer.

Por alguna extraña razón el pelirubio sintió claramente cómo su corazón se contaría en gran medida al escuchar eso, ya que a su parecer todo esto se sentía como una triste y cruda despedida.

Kristoff: Porque...porque me dices eso Anna?.

Pronunció Kristoff al momento de intentar acercarse a la joven pelirroja, cosa que al final le resultó totalmente imposible debido al fuerte agarre de Yelena, la cual solamente se dedicaba en sostenerlo del brazo.

Kristoff: Yelena qué es lo que sucede.

Preguntó el pelirubio realmente confundido.

Yelena: Yo y Anna tenemos algo muy importante que realizar, pero lamentablemente no podemos dejar que tu estés presente.

Antes de que Kristoff pudiera tan siquiera decir algo más, este mismo cayó completamente inconsciente al duro suelo del bosque, y esto más que debido a un fuerte golpe en la cabeza por parte de la princesa pelirroja.

Anna: Lo...lo lamentó amor.

Comentó Anna mientras sostenía entre sus manos un largo y grueso bastón hecho de madera.

Yelena: Estás realmente segura de hacer esto, aún podemos retroceder si lo deseas.

Mencionó la líder Northuldran al ver la clara mirada triste de la princesa.

Anna: No...no cambiaré de opinión, realizaremos ese ritual.

Demandó Anna con un tono real en su voz, tratándose de algo que muy rara vez en su vida como princesa, utilizó.

Yelena: Bien, entonces continuemos con el plan.

Al terminar esta breve plática, unos cuántos miembros de la tribu se encargaron de trasladar con sumo cuidado el cuerpo inconsciente de Kristoff hacía su respectivo refugió, donde una vez en este mismo solo fue recostado nuevamente con suavidad sobre unas cálidas mantas.

A los pocos minutos la princesa entró de manera lenta al refugio que compartía con su esposo, para después solo arrodillarse a un costado del inconsciente pelirubio.

Anna: Kristoff...en verdad lo lamento.

Habló la pelirroja al momento de acariciar con amor la mejilla de su esposo.

Anna: Pero lo que tengo planeado hacer es muy necesario, Sasuke debe regresar...esperó algún día puedas entenderlo.

La pelirroja solamente le brindó un pequeño beso en los labios a Kristoff al terminar de decir eso, ya que con este leve gesto Anna quiso transmitirle completamente todo el amor que ella sentía por él.

Anna: Adiós...mi amor.

Fue lo último que dijo Anna antes de salir de nueva cuenta del pequeño refugio.

El fuerte sol todavía se encontraba orbitando completamente el despejado cielo de Althohalla, al mismo tiempo brindando un escenario verdaderamente hermoso para toda la vista, misma hermosura que se complementaba aún más con la gran belleza del inmenso bosque encantado.

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Limbo.

Zona oscura.

Mientras tanto, Mikoto y Sasuke aún continuaban conversando en medio de las oscuras profundidades del inmenso limbo, únicamente siendo iluminados por la leve luz que desprendía la pequeña fogata, la cual pareciera que en cualquier momento se apagaria por completo.

Mikoto: Tienes que dejar de culparte por todos tus errores, eso es algo que ya está en el pasado.

Comentó la pelinegra con voz suave.

Sasuke: Lo he intentado, pero siempre que trato de iniciar una nueva vida, algo de mi pasado regresa para arrebatarmelo.

Mencionó el ojinegro al momento de bajar su mirada.

Mikoto: Ese es un enorme riesgo que tendrás que tomar, nadie dijo que la vida sería fácil, siempre habrá algo que quiera quitarte todo lo que amas.

Sasuke: El...el reino de Arendelle fue casi devastado por mi culpa, es por eso que yo tomé la decisión de marcharme, para que todas esas inocentes personas no resultarán heridas.

Mikoto: Y porque no te quedaste a enfrentar esos futuros restos, abandonaste a esa joven reina para que ella lidiará sola con los problemas posteriores, creo que eso no fue muy bueno de tu parte.

Al escuchar las duras palabras de su madre, Sasuke no pudo evitar poner una expresión de total tristeza, ya que esto lo había hecho sentir horriblemente mal de una forma emocional.

Sasuke: Tienes razón, abandoné a Elsa cuándo ella más me necesitaba, fui un completo cobarde al preferir escapar de mis problemas.

Unas pequeñas lágrimas empezaron a formarse levemente en sus ojos negros, al mismo tiempo que con un tono de voz totalmente trizte decía.