Un día entero había transcurrido lentamente desde que la nueva espíritu de la luz reveló lo que muy pronto sucedería, de esta manera llenando a todos los demás jóvenes elementales con una profunda preocupación, pues una nueva y terrible amenaza se acercaba rápidamente a las nevadas tierras del inmenso reino de Arendelle.
Gran pueblo de Arendelle.
12:30 de la noche.
Por otra parte, la profunda oscuridad de la noche había caído totalmente sobre todo el hermoso y tranquilo pueblo de la región, provocando a su vez que ahora mismo todos sus buenos habitantes descansarán tranquilamente en sus respectivos hogares, aunque esto no parecía estar siendo el caso para dos misteriosos jóvenes encapuchados, los cuales simplemente se desplazaban con una suma lentitud por toda la calle principal del nevado reino de Arendelle.
?: Vaya, debo de admitir que este pueblo en verdad es muy hermoso.
Comentó la bella mujer de cabello púrpura con una ligera sonrisa en su mirada, ocasionado que su compañero masculino simplemente mostrará una clara expresión de molestia.
?: Yo lo aborrezco, este reino no es más que una completa basura.
Dijo el hombre pelirrojo mientras apreciaba a todo el oscurecido pueblo con una notable expresión de ascón, ya que este mismo pueblo solía traerle muy malos recuerdos.
?: Sólamente dices eso porque no lograste convertirte en el rey de este patético reino, tan difícil te era enamorar a la reina o a la princesa?.
Preguntó la pelipurpura con una enorme burla en sus palabras, provocando que el pelirrojo solo sintiera una inmensa furia recorrer completamente todo su cuerpo.
?: Esas malditas hermanas, pagarán terriblemente la humillación que me hicieron vivir durante mucho tiempo.
Pronunció en voz alta el hombre de cabello rojizo con un enorme odio en sus palabras.
?: Oye tranquilízate, lo que menos queremos en este preciso momento es llamar la atención de todos los guardias reales.
Advirtió la hermosa mujer de intensos ojos negros con un poco de molestia en su mirada, logrando hacer que el pelirrojo lentamente fuera tranquilizado su inmensa furia.
?: Sólamente recuerda nuestro objetivo.
Habló la pelipurpura al estar todavía caminando por el oscurecido y actualmente desolado pueblo de Arendelle.
?: Nuestros objetivo son, el pequeño príncipe Owen y el niño llamado Greige...los haremos sufrir de una manera inimaginable.
Fue lo último que dijo aquél hombre de cabello rojizo con un inmenso odio reflejado en su mirada, para después simplemente continuar caminando junto con su compañera por el oscurecido reino de Arendelle, aunque a su vez sin dejar de pensar en el plan que ambos jóvenes ejecundarian muy pronto contra la hermosa reina de las nieves.
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Martes 28 de Diciembre.
Gran reino de Romalia.
9:00 de la mañana.
Un nuevo y brillante día llegaba pero a las tierras de un reino completamente diferente al de Arendelle, mismo reino que a su vez se encontraba rodeado casi en su totalidad por una enorme y muy gruesa muralla construida de concreto, además de contar también con una inmensa cantidad de altos edificios al estilo oriental, los cuáles se apreciaban repletos completamente de un gran número de buenos habitantes.
En este mismo y hermoso reino se podía visualizar una inmensa montaña rocosa, en la cual se podían apreciar los rostros tallados en piedras de algunos de los antiguos reyes de Romalia, además de notarse también un rostro que al parecer no tenían demasiado tiempo de haber sido tallado, a su vez tratándose más que nada del nuevo y flamante rey de toda la enorme región.
Mientras tanto, en el inigualable y bello palacio de Romalia, siendo una gigantesca estructura que se encontraba ubicada muy cerca de la montaña que contenía grabado en su superficie los rostros reales, una hermosa mujer de cabello rosa pastel se desplazaba tranquilamente por uno de los tantos y largos pasillos, además de estar cargando también de una manera cuidadosa sobre sus brazos lo que parecía ser un pequeño bultito envuelto en una ligera manta.
Sakura: Veamos si tu papi está cumpliendo con sus deberes o está de flojo como siempre.
Decía la pelirosa con un gran cariño en sus palabras mientras apreciaba al pequeño bultito entre sus brazos, el cual ahora mismo se visualizaba completamente dormido.
La actual reina de Romalia simplemente continuó caminando por el largo pasillo durante algunos cuántos minutos más, hasta que por fin pudo llegar a la gran oficina real, así que sin perder mucho más tiempo sólamente decidió entrará de una manera lenta y tranquila, encontrándose inmediatamente con su amado esposo de intensa cabellera rubia.
Naruto: Sakura.
Saludó el joven pelirubio con una gran felicidad al momento de notar como su esposa entraba lentamente a la inmensa oficina real, mismo que a su vez se encontraba cómodamente sentado sobre su mediano escritorio de madera.
Sakura: No puedo creerlo, en verdad estás trabajando.
Comentó la joven de ojos color esmeralda con impresión al posicionarse justo enfrente del gran escritorio, provocando con estas simples palabras que el actual rey de Romalia comenzará a reír de una manera sumamente divertida.
Naruto: Sabes que cuando me lo propongo puedo trabajar como nunca.
Habló el pelirubio con alegría en su voz antes de levantarse de su silla y empezar a caminar hacía su bella esposa, para una vez enfrente de ella proceder a abrazarla cariñosamente de la cintura, aunque al mismo tiempo sin aplastar en los más mínimo al pequeño bultito que la pelirosa cargaba cuidadosamente entre su brazos.
Naruto: Te amo.
Susurró el espíritu del viento para después solo besar con un inmenso amor a su amada esposa de ojos color esmeralda, la cual no dudo en corresponder de una manera inmediata al tierno beso, de esta simple forma brindando una escena repleta de un completo amor puro.