Te conozco desde hace muchos años, sé perfectamente como eres, juntos paseábamos de la mano persiguiendo el carrito de nieves, tú eres todo y yo no soy nada, por ti yo me bañaba a diario, si supieras cual es mi esperanza solo pensaba en ti, tu linda cara no sale de mi mente, mientras que tú recorres los diferentes pasillos del inmenso castillo, sobresales de toda la gente, solo pienso en ti y esto se debe únicamente a que te amo con todo mi corazón.
Gran reino de Arendelle.
9:30 de la noche.
Totalmente ajeno a lo que se encontraba sucediendo ahora mismo en el misterioso imperio de Fiore, en las hermosas y nevadas tierras del oscurecido reino de Arendelle se podía percibir un ambiente repleto de completa tranquilidad, además de que en el tiempo actual una inmensa cantidad de brillantes estrellas se visualizaban brindando toda su majestuosa luz blanca sobre el solitario escenario cubierto de nieve, de esta simple manera pudiéndose otorgar un paisaje sumamente mágico cómo ya era normalmente de costumbre en la inigualable región.
Mientras tanto, en una de las tantas habitaciones pertenecientes al hermoso y tranquilo castillo del nevado reino de Arendelle, la bella princesa de inigualables ojos azul turquesa se podía visualizar completamente acostada sobre su cómoda cama real, misma fémina de intenso cabello rojizo que a su vez se lograba percibir con demasiada tristeza reflejada en su mirada.
Anna: ( Mi pequeño Owen, cómo...cómo estarás mi amor? ).
Se preguntaba mentalmente la hermosa joven pelirroja mientras que a su vez se visualizaba observando el oscurecido techo de aquélla respectiva habitación real, este simple hecho más que debido a que la flamante reina momentánea de la nevada región de Arendelle no podía dejar de pensar constantemente en todos sus queridos amigos, además de que en ése preciso momento una profunda e insoportable preocupación se encontraba apoderándose poco a poco de todo su cálido corazón.
Anna: Cómo estarán chicos, espero les esté yendo bien en ese misterioso imperio de Fiore, espero su regreso con demasiadas ansias.
Susurró la joven de inigualables ojos azul turquesa con una inmensa esperanza reflejada en sus palabras, ya que esta hermosa fémina lo que más deseaba en el mundo era volver a ver a todos sus queridos compañeros juntos, pues estos mismos se habían convertido completamente en lo más importante de toda su próspera vida.
Anna: Madre, padre, por favor ayuden a Elsa a salvar a su hijo...a su pequeño nieto, en esta ocasión ella los necesita más que nunca.
Pidió la joven de intenso cabello rojizo antes de proceder a cerrar lentamente sus encantadores y hermosos ojos azules, de esta simple manera la flamante reina momentánea de Arendelle decidiendo quedarse en un absoluto silencio por un pequeño lapso de tiempo, tratándose de una acción que además utilizó para intentar descansar al menos un poco.
Anna: ( Owen, Greige, Hanami...quiero...quiero verlos de nuevo ).
Volvió a pensar mentalmente mientras que a su vez continuaba con sus bellos ojos sumamente cerrados, siendo al final solo cuestión de minutos para que la hermosa pelirroja fuera quedándose profundamente dormida, pues esta misma joven ya tenía demasiado tiempo de no hacerlo con una suma tranquilidad.
Aunque lamentablemente tratándose de una apacible escena que fue destruida de manera sumamente abrupta debido a la inesperada intromisión de un joven de intenso cabello rubio y ojos cafeses, el cual se había infiltrado escandalosamente a la hermosa habitación real con una pequeña bandeja repleta de comida, recibiendo de una forma inmediata la mirada totalmente fulminante por parte de su encantadora esposa.
Anna: ¿No pudiste hacer mucho menos ruido al entrar?, finalmente había logrado conseguir quedarme sumamente dormida tonto.
Comentó la hermosa reina momentánea de Arendelle con un pequeño toque de disgusto en sus palabras mientras que al mismo tiempo tallava ligeramente sus cansados ojos azul turquesa, provocando con esta simple acción que su amado esposo de intenso cabello rubio no pudiera evitar en lo más mínimo poner una expresión de total nerviosismo en su mirada.
Kristoff: Lo lamento mucho mi amor, es solo que pensé que podrías tener algo de hambre.
Habló el joven pelirubio con un ligero toque de miedo en su voz antes de que este mismo procediera a sentarse lentamente sobre uno de los tantos bordes de la cómoda cama real, para después solo enfocar sus intensos ojos color café sobre la hermosa mujer de inigualable cabello rojizo que todavía se visualizaba totalmente recostada y que al parecer no contaba con las más claras intenciones de levantarse.
Anna: No...no tengo hambre.
Dijo la adormilada pelirroja con una expresión sumamente cansada en su hermosa mirada mientras que a su vez intentaba volver a quedarse totalmente dormida, tratándose de una simple acción que quedó completamente frustrada debido a que el joven ojicafé comenzó a hacerle cientos de cosquillas a su amada esposa por todo su bello cuerpo.
Anna: Kristoff detente...detente.
Pedía la joven de hermosos ojos azul turquesa con un poco de desesperación reflejada en sus palabras al momento de estar riéndose a carcajadas, pues su amado esposo de intensa cabellera rubia como el mismo sol no parecía tener las notorias intenciones de detenerse, aunque a su vez resultando en una escena sumamente íntima que los dos flamantes monarcas momentáneos de Arendelle se encontraban disfrutando demasiado.
Kristoff: Te amo.
Pronunció el pelirubio con un inmenso amor en su mirada antes de besar inesperadamente a su querida esposa de hermoso cabello rojizo, misma fémina que no dudó en lo más mínimo en corresponder a este amoroso y cálido contacto repleto de inimaginables emociones, siendo únicamente aquellos dos jóvenes amantes en esa respectiva habitación real del nevado e imponente castillo de Arendelle.
Anna: Yo también te amo y mucho.