Es cómo un sueño, al fin la tengo, ella me a dado un gran valor, me trata bien, había perdido la fuerza y llegaste tu, con tu luz, tu me das la alegría que habita en mí, mientras me brindes tu amor, la bondad que en tu pecho brilla, no habrá tristeza jamás, siempre yo buscaré lo mejor.
Eres del cielo la luz, contigo quiero seguir soñando, eres la flor que nació en la hermosa primavera, no te olvidaré jamás, con tu amor, me has dado el valor, por ti no caeré, eso te lo prometo mí reina de hielo.
Gran imperio de Fiore.
Bosque de cristales.
11:00 de la noche.
Poco tiempo después de haberse marchado de las inmensas instalaciones del abandonado palacio de Fiore, tanto Gaara cómo Yukino, además de los tres jóvenes portadores de la terrible oscuridad habían logrado introducirse totalmente en lo que parecía ser un hermoso bosque repleto de diversa vegetación, el cual a su vez se podía visualizar brillando en una ligera e intensa luz de inigualable color azul blanquecino, aunque este espectacular hecho más que debido a los pequeños cristales transparentes que se ubicaban esparcidos a lo largo de este mismo escenario boscoso.
Tratándose de un bellísimo acontecimiento que se debía completamente gracias al reflejo directo de la brillante luz lunar contra los múltiples y pequeños cristales, de esta simple manera logrando brindar un paisaje sumamente repleto de fantástica magia, incluso llegando a compararse con aquel lejano bosque encantado que se ubicaba en la remota región de Althohalla.
Yukino: A donde...a donde crees que nos lleven?.
Preguntó la hermosa peliplateada con un tono de voz bajo en sus palabras mientras se encontraba caminando lentamente a través del inmenso y bellísimo bosque cristal de Fiore, además de que esta misma fémina portadora de la brillante luz se podía distinguir ubicada justo a un costado de su amada pareja sentimental.
Gaara: Verdaderamente no lo sé, solo...solo nos queda esperar.
Respondió el joven de intenso cabello rojo al momento de estar observando detenidamente a los tres individuos repletos de una completa oscuridad que se visualizaban caminando a varios metros más adelante de ellos, mismos malignos seres que además se apreciaban siendo acompañados de una forma sumamente forzosa por los pequeños e inocentes niños reales secuestrados.
Yukino: Este lugar es demasiado hermoso, es una verdadera lástima que esta enorme belleza sea ensuciada por la terrible maldad de los espíritus oscuros.
Comentó la hermosa portadora de la brillante luz al estar observando de una forma sumamente detenida todo el mágico escenario boscoso, a su vez que su amada pareja sentimental de intenso cabello rojo e inigualables ojos color azul turquesa se visualizaba haciendo prácticamente lo mismo que ella.
Gaara: Nosotros jamás conocimos esta zona del bosque de Fiore, creo que nos faltó explorar mucho más está región cuando éramos solo unos niños.
Habló el joven poseedor del increíble elemento tierra mientras continuaba desplazándose lentamente a través de ese respectivo y hermoso bosque repleto de mágicos cristales, al mismo tiempo que también se apreciaba vigilando únicamente a los dos pequeños niños originarios del nevado reino de Arendelle, ya que la bebé de inigualable cabello rosa todavía se podía visualizar profundamente dormida sobre los fríos brazos pertenecientes a una de los terribles espíritus oscuros.
Yukino: Dime, crees...crees que realmente estamos haciendo lo correcto...liberar toda esa magia que se encuentra encerrada en las profundidades de la región.
Dijo la joven peliplateada con una notoria duda reflejada en aquéllas simples palabras, a su vez que esta hermosa fémina originaría de la bellísima ciudad de Magnolia simplemente se dedicaba en enfocar su mirada en dirección a la brillante luna llena, la cual se encontraba orbitando ahora mismo sobre todo el oscurecido cielo perteneciente al misterioso imperio de Fiore.
Gaara: No...no tenemos otra opción, si nosotros no lo hacemos, ellos lastimaran a los niños.
Decía el flamante espíritu portador de unos inigualables ojos color azul turquesa con una inmensa seriedad reflejada en su imponente voz, para después los dos jóvenes elementales de la lejana y hermosa región de Althohalla proceder a sumergirse en un profundo e incómodo silenció, al mismo tiempo que ambos todavía continuaban siguiendo a los tres poseedores de la terrible oscuridad a través del mágico bosque de cristales.
Por otra parte, completamente ajenos a lo que se encontraban conversando los dos actuales espíritus guardianes de Althohalla, los tres jóvenes poseedores de la terrible oscuridad se visualizaban charlando sobre sus propios y respectivos asuntos, además de que estos mismos se podían apreciar vigilando a todo momento a los dos pequeños niños originarios del nevado reino de Arendelle.
Ya que estos individuos lo que menos deseaban en ese preciso momento, era que los dos pequeños infantes reales pudieran escaparse en dirección a las espesas profundidades del hermoso y sumamente mágico bosque de Fiore, esto más que debido a que este simple acontecimiento podría arruinar absolutamente todos sus importantes planes de una forma inimaginable.
Hans: ¿Cuánto falta para poder llegar a ese dichoso templo eclipse?.
Mencionó el antiguo príncipe de las lejanas islas del sur con una notable curiosidad reflejada en su siniestra mirada, ocasionando a su vez con esta simple acción que la hermosa fémina de intenso cabello negro cómo la misma oscuridad de la noche solo procediera a observarlo inmediatamente de una forma sumamente penetrante a los ojos.
Ultear: No seas desesperado, muy pronto lo conocerás.
Pronunció la joven pelinegra poseedora del devastador elemento agua mientras continuaba desplazándose junto con sus demás compañeros a través del bellísimo y brillante escenario boscoso, al mismo tiempo que todavía llevaba cargada sobre sus fríos brazos a la durmiente princesa del lejano reino de Romalia.