Todos nosotros hemos caminado solos a través de la profunda oscuridad de este inmenso mundo, es por eso que somos completamente capaces de ver incluso una pequeña partícula de luz.
Hemos luchado terribles guerras por nuestras propias naciones, por nuestros propios hogares, incluso nos hemos herido mutuamente, nos hemos odiado unos a otros, ese odio engendró una lujuria por el poder y esa misma lujuria por el poder me creó a mí.
Gran imperio de Fiore.
Bosque de cristales.
Poco tiempo había transcurrido desde qué dos de los flamantes espíritus guardianes habían decidido escaparse junto con los tres pequeños infantes reales a través de las hermosas profundidades del brillante bosque de cristales, mismos individuos portadores de la increíble magia elemental que actualmente se podían visualizar desplazándose con una notoria desesperación reflejada en sus respectivas miradas, siendo este hecho más que debido a las terribles y lamentables circunstancias en las que se encontraban todos involucrados.
Ya que dos de los malignos individuos oscuros se apreciaban ahora mismo persiguiendo a nuestros queridos protagonistas con las más claras intenciones de asesinarlos, tratándose a su vez de una inminente orden que ambos jóvenes repletos de una enorme maldad habían recibido por parte de la hermosa fémina poseedora del impresionante y devastador elemento agua.
Gaara: Rápido...rápido, tenemos que salir lo antes posible de este miserable bosque.
Decía el joven de intensos ojos azul turquesa con una notable desesperación reflejada en sus palabras mientras se encontraba desplazándose velozmente a través del hermoso escenario boscoso, al mismo tiempo que también se visualizaba sosteniendo fuertemente a los dos pequeños niños originarios del nevado reino de Arendelle de sus respectivas manos infantiles.
Yukino: Esta zona es verdaderamente confusa, esos malditos sujetos nos alcanzarán antes de que todos nosotros logremos salir de este inmenso bosque.
Habló la hermosa fémina de intenso cabello plateado con un ligero toque de desesperación reflejada en su angelical mirada, a su vez que todavía continuaba sosteniendo cuidadosamente a la pequeña bebé de linda cabellera rosa e inigualables ojos azules sobre sus cálidos brazos, misma princesa del lejano reino de Romalia que simplemente se apreciaba observando de una manera sumamente curiosa a la flamante mujer portadora de la brillante luz elemental.
Owen: Queremos pedirles una enorme disculpa, ya que si no hubiera sido por nuestra culpa.
Greige: Ustedes dos no hubieran tenido que abrir obligatoriamente esa misteriosa puerta eclipse.
Dijeron los dos pequeños niños originarios del nevado reino de Arendelle con una enorme tristeza reflejada en sus respectivas palabras, ya que ambos infantes reales no podían evitar sentir una profunda y dolorosa culpa recorrer de una forma sumamente terrible sus cálidos corazones.
Gaara: No digan eso, ustedes dos no tienen la culpa de absolutamente nada, simplemente fueron utilizados por esos malditos espíritus oscuros.
Comentó el joven pelirrojo con un tono ligeramente tranquilo en su intimidante voz al momento de estar observando únicamente al frente del camino, el cual se podía visualizar ahora mismo repleto de una inmensa cantidad de exuberante vegetación, tratándose a su vez de un escenario verdaderamente desesperante para el poderoso y respetado portador del devastador elemento tierra.
Yukino: Hablaremos de esto después, ya que esos dos malditos sujetos se ubican cada vez más cerca de nosotros.
Exclamó la fémina de hermosos ojos cafés con un pequeño toque de temor en su mirada antes de seguir desplazándose velozmente a través del brillante bosque de Fiore, de esta desesperada forma tratando de alejarse lo más que se pudiera de los dos malignos individuos poseedores de la terrible oscuridad, mismos jóvenes que además se podían visualizar a la distancia mientras que a su vez portaban un tremendo odio reflejado en sus respectivas expresiones.
Por otra parte, a tan solo unos cuantos metros de distancia de los dos actuales espíritus guardianes de Althohalla, tanto Kagura cómo Hans se visualizaban desplazándose a una increíble velocidad a través de las hermosas y brillantes profundidades pertenecientes al inigualable bosque repleto de una inmensa cantidad de cristales, además de que ambos jóvenes portadores de la terrible oscuridad se apreciaban desprendiendo una tremenda aura totalmente siniestra.
Kagura: Rápido, no hay que dejarlos escapar.
Pronunció la hermosa fémina de lindo cabello púrpura con una notable seriedad en sus palabras mientras continuaba movilizándose a una tremenda velocidad, aunque al mismo tiempo siendo seguida a todo momento por el antiguo príncipe de las lejanas y bellísimas islas del sur, el cual a su vez se podía visualizar respirando de una manera completamente agitada.
Hans: Esto es totalmente fastidioso, pudimos haberlos eliminado en el mismísimo templo eclipse, pero Ultear decidió brindarles una pequeña oportunidad de escapar, es una mujer verdaderamente estúpida.
Mencionó el joven de intenso cabello rojizo con una enorme molestia reflejada en su voz al momento de estar desplazándose rápidamente justo a un costado de su hermosa compañera, misma espíritu portadora del impresionante elemento viento que solo podía permanecer con un semblante realmente serio adornando su intimidante y siniestra mirada.
Kagura: Ella hace esto sólamente para poder divertirse un poco, aunque lamentablemente no piensa en las terribles consecuencias.
Contó la joven de hermosos ojos color púrpura con una suma molestia reflejada en aquellas simples palabras, ocasionando a su vez que el antiguo príncipe de las lejanas islas del sur procediera a demostrar una pequeña sonrisa repleta de completo nerviosismo en su siniestro y maligno rostro.
Hans: Esperó que la reina Kiyomi no se enfurezca demasiado cuando se entere de esto, de lo contrario, nos irá realmente mal a los dos.