Ciudad de Magnolia.
Completamente ajeno a lo que se encontraba sucediendo ahora mismo en las devastadas tierras de aquél brillante bosque repleto de mágicos cristales, un pequeño infante de intenso cabello negro cómo la tétrica oscuridad de la noche todavía se podía visualizar en ese preciso momento expulsando una enorme cantidad de su impresionante energía mágica hacía diferentes direcciones de aquélla desolada y oscurecida ciudad llamada Magnolia, siendo un increíble hecho qué al parecer continuaba sorprendiendo de una tremenda medida a la flamante líder de los malignos espíritus oscuros debido al tremendo poder tanto gélido como eléctrico que el enfurecido e inocente hijo de la reina de Arendelle se apreciaba demostrando en ese instante.
Tratándose de un asunto que al parecer había sido totalmente provocado a causa de la lamentable escena que el pequeño príncipe de aquélla nevada región de Arendelle presenció con un poco de anterioridad entre su amado padre y la maligna reina del gran imperio de Fiore, misma escena en la cuál se pudo visualizar al sexto espíritu guardián perteneciente a la lejana región de Althohalla siendo ferozmente atravesado por su propia espada formada de electricidad a manos de la sanguinaria fémina portadora de la tétrica oscuridad.
Por su parte, tanto la antigua reina de Arendelle como él pequeño infante de intenso cabello azul habían tenido que alejarse notoriamente de aquél enfurecido príncipe que en ese preciso instante continuaba expulsando una tremenda cantidad de su increíble poder elemental, tratándose a su vez de un acontecimiento que ambos niños reales decidieron realizar para no salir sumamente lastimados a causa de la poderosa energía gélida combinada con electricidad que el único hijo de aquélla quinta espíritu guardián se podía visualizar portando en su cuerpo.
Iduna: No...no puedo creerlo, a pesar de ser un pequeño niño sin experiencia, tiene...tiene un poder impresionante.
Susurró la hermosa jovencita de bellísimos ojos azules con un tremendo asombro reflejado en sus palabras al estar observando cómo aquél pequeño príncipe del nevado reino de Arendelle continuaba expulsando toda su gran y enorme furia, mismo infante de intenso cabello negro cómo la tétrica oscuridad de la noche que además todavía se podía visualizar en ese preciso momento apreciando de una forma sumamente directa a la terrible reina del misterioso imperio de Fiore.
Kiyomi: Tus ojos son tan azules como los de la quinta espíritu de Althohalla, la única diferencia es que los tuyos están repletos totalmente de una incontrolable furia.
Comentó la líder de los terribles espíritus oscuros con un tono sumamente siniestro reflejado en su intimidante voz al estar apreciando cómo aquél pequeño infante de lindos orbes azules cómo el mar parecía estarla fulminando con la mirada, tratándose de una simple acción que en vez de estarle provocando una inmensa incomodidad a la flamante reina del misterioso imperio de Fiore se encontraba ocasionándole una tremenda diversión a esa misma fémina portadora del devastador Mangekyou Sharingan.
Owen: Haré...que...que te arrepientas, pagarás por todo...lo que has hecho.
Habló el pequeño príncipe perteneciente a la nevada región de Arendelle con una expresión sumamente fulminante adornando su enfurecida mirada al continuar posando sus ojos azules sobre la líder de los terribles espíritus oscuros, misma hermosa fémina de intenso cabello negro que al parecer no parecía estarle afectando en lo más mínimo la enfurecida acción que aquél infante portador de la impresionante magia elemental se encontraba otorgándole en ese instante.
Sasuke: Owen...debes...escapar...esa mujer es...demasiado poderosa.
Dijo el sexto espiritu guardián de Althohalla con un inmenso dolor reflejado en sus palabras mientras todavía se podía visualizar en ese instante completamente arrodillado sobre el devastado escenario ubicado en la ciudad de Magnolia, siendo además un joven de intensos orbes negros cómo la tétrica oscuridad de la noche que aún se podía apreciar sufriendo una notable pérdida de sangre a causa de la profunda herida que se visualizaba posicionada en la zona de su abdomen.
Kiyomi: Anda niño, intenta matarme, eso es lo que más deseas...o no?.
Exclamó la flamante reina del misterioso imperio de Fiore con un tono sumamente burlista y retador reflejado en su voz al estar observando fijamente al pequeño hijo de aquélla quinta espíritu guardián, mismo infante de cabello negro que simplemente parecía estar expulsando mucho más de su devastador poder mágico debido a las molestas provocaciones por parte de su adversaria repleta de un total rencor emocional.
Owen: Te destruiré...MISERABLE.
Gritó el flamante príncipe de intenso cabello negro e inigualables ojos azules con una expresión completamente enfurecida adornando su infantil mirada antes de que este mismo comenzará a expulsar todo su poder mágico de hielo y electricidad de una manera sumamente descontrolada, ocasionando a su vez con aquélla simple acción que las tierras pertenecientes a la devastada ciudad de Magnolia empezaran a tambalearse como si de un gran temblor sísmico se tratara mientras aquél pequeño niño del reino de Arendelle continuaba siendo envuelto totalmente por una gran aura elemental.
Kiyomi: No es de extrañarse que tú poseas un poder increíble, después de todo, eres el único hijo de Sasuke y Elsa.
Mencionó la hermosa fémina poseedora del terrible Mangekyou Sharingan con una notoria seriedad reflejada en sus palabras al momento de estar apreciando cómo el enfurecido príncipe de Arendelle seguía siendo envuelto totalmente por una gran aura formada de hielo y electricidad, siendo al final solo cuestión de unos cuantos segundos para que aquél mismo infante de inigualables ojos azules saliera velozmente disparado como si de una poderosa bala de cañón se tratará en dirección a la legendaria líder de los malignos espíritus oscuros de Fiore.