Frozen lll: Los Espíritus Oscuros.

64 - La batalla finaliza.

Gran imperio de Fiore.

Ciudad de Magnolia.

7:30 de la mañana. 

Una inmensa alegría continuaba inundando totalmente el corazón del joven espíritu guardián llamado Sasuke debido al hecho de poder tener a su pequeño hijo de inigualables ojos azules entre sus fuertes brazos después de muchísimo tiempo, mismo príncipe del nevado reino de Arendelle qué a su vez no podía estar más contento de poder estar nuevamente junto al hombre que más admiraba en todo el mundo y que actualmente se podía visualizar abrazandolo con demasiado amor paternal, tratándose de una conmovedora escena repleta de una enorme cantidad de cariño que además encontraba siendo en ese preciso momento observada de una forma sumamente alegre por aquélla pequeña fémina de bellísimo cabello castaño. 

En el tiempo actual, la terrible líder de los malignos espíritus oscuros de la región de Fiore continuaba en ese instante con su entristecida mirada totalmente en dirección al suelo del escenario y repleta de una gran cantidad de gruesas lágrimas, ya que el gigantesco arrepentimiento que aquélla misma poderosa fémina se encontraba padeciendo en ese momento todavía se encontraba introduciéndose cada vez más y más en las profundidades de su arrepentido corazón lleno de dolor. 

Por otra parte, tanto Iduna como Greige habían decidido acercarse rápidamente hacia él lastimado sexto espíritu guardián portador de aquél increíble elemento rayo, mismo joven de intenso cabello negro que todavía se podía visualizar cargando entre sus fuertes brazos a su pequeño y único hijo de increíbles ojos azules como el mar.

Greige: Tío Sasuke.

Comentó el pequeño infante de intenso cabello azul con una notable alegría reflejada en sus palabras una vez que logró ubicarse justo en frente de aquél lastimado joven portador del devastador elemento rayo, mismo espíritu guardián de aquélla lejana región de Althohalla qué rápidamente decidió enfocar sus cansados ojos negros como la noche en dirección al único hijo de sus dos queridos compañeros llamados Natsu y Juvia.

Sasuke: Greige...me da mucho gusto verte pequeño, dime, estas bien?. 

Preguntó el joven pelinegro con una suma duda reflejada en su voz al momento de decidir bajar de sus fuertes brazos al pequeño príncipe del nevado reino de Arendelle, para después únicamente proceder a acariciar con demasiada suavidad la intensa cabellera azul de aquél niño quién a su vez solo se dedicaba en disfrutar del reconfortante contacto.

Greige: Estoy muy bien, Iduna cuido de nosotros durante todo este largo tiempo.

Respondió el pequeño peliazul con una radiante sonrisa adornando su infantil mirada mientras continuaba disfrutando del cálido contacto por parte del flamante monarca del nevado reino de Arendelle, mismo que al parecer no había podido evitar quedar completamente sorprendido debido al nombre de aquélla hermosa niña que en ese momento se encontraba de pie justo a un costado del niño de ojos azules.

Owen: Iduna es una niña muy valiente, ya que arriesgó su propia vida para protegernos de los espíritus oscuros.

Habló el niño real portador del devastador elemento hielo y rayo con una notable alegría reflejada en sus palabras al estar observando felizmente a la hermosa fémina de intenso cabello castaño, misma infante de ojos azules como el mágico mar del norte que todavía se podía visualizar en ese preciso instante cargando entre sus cálidos brazos a la pequeña princesa de cabello rosa pastel llamada Hanami.

Sasuke: Qué casualidad, la madre de mi esposa portaba el mismo nombre que tu jovencita, es una enorme coincidencia.

Decía el actual rey de Arendelle con una suma suavidad reflejada en su imponente tono de voz al estar apreciando con una notable simpatía a la pequeña fémina que portaba el mismo nombre de la difunta madre de su esposa de lindo cabello rubio, jovencita de intenso cabello castaño que al parecer no había podido evitar en lo más mínimo sentirse ligeramente nerviosa debido a la comparación de su nombre con la progenitora de aquélla flamante quinta espíritu guardián de Althohalla.

Owen: Lo mismo le dije yo cuando la conocí en los terribles calabozos de aquél gigantesco palacio de Fiore.

Dijo el pequeño príncipe de Arendelle con una gran sonrisa adornando su infantil mirada al estar observando de una forma sumamente amigable a la hermosa niña de bellísimos ojos azules como el mar, misma jovencita de intenso cabello castaño que simplemente decidió regresarle la cálida sonrisa al niño que durante mucho tiempo cuido de las garras de los malignos espíritus oscuros de Fiore.

Sasuke: Te agradezco muchísimo por haber cuidado muy bien de los niños, te prometo que cuando todo este terrible asunto termine por completo, te recompensaré por tu arduo trabajo.

Pronunció el actual espíritu portador del devastador elemento rayo con un inmenso agradecimiento reflejado en sus palabras antes de proceder a realizar una ligera reverencia hacia la pequeña infante, misma niña de bellísimo cabello castaño que a su vez no había podido evitar sonrojarse ligeramente debido a lo caballeroso que aquél joven de ojos negros como la noche podía llegar a ser.

Iduna: No...no tiene que...agradecer absolutamente nada majestad, yo...yo cuide de estos niños con mucho gusto.

Mencionó la antigua reina de Arendelle con un tono sumamente entrecortado en su angelical tono de voz al estar observando de una forma un tanto nerviosa al gran sexto espíritu guardián, el cuál solo decidió darse la media vuelta para poder apreciar a la lastimada reina de Fiore quién al parecer todavía se podía visualizar en un absoluto mar de lágrimas mientras permanecía totalmente inmóvil.

Sasuke: Tenemos que irnos de este devastado lugar, debemos alejarnos lo más posible de aquélla espíritu oscuro.

Finalizó el joven pelinegro de una forma ligeramente seria antes de proceder a tomar tanto a Owen como a Greige de sus respectivas manos y comenzar a alejarse poco a poco de aquélla devastada zona urbana repleta de pesados escombros, siendo a su vez seguido de una forma sumamente inmediata por la pequeña jovencita de intenso cabello castaño e inigualables ojos azules a través de las casi iluminadas calles pertenecientes a la gigantesca ciudad llamada Magnolia, de esta manera dejando completamente detrás a la líder de los malignos espíritus oscuros quien además todavía se podía visualizar en ese preciso momento en un absoluto mar de gruesas lágrimas mientras se encontraba con su mirada en dirección al suelo del gran escenario.



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En el texto hay: para el amor no hay limites

Editado: 04.12.2023

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