Frozen lll: Los Espíritus Oscuros.

67 - Un espíritu arrepentido.

Gran imperio de Fiore.

Ciudad de Magnolia. 

9:30 de la mañana. 

El ambiente de felicidad y armonía había desaparecido de una forma sumamente rotunda debido a la inesperada aparición de aquélla gran reina del imperio de Fiore, misma fémina de cabello negro como la profunda oscuridad de la noche que solo se podía visualizar manteniendo un semblante totalmente serio en su mirada, tratándose de una intimidante mirada que al parecer portaba de nueva cuenta aquéllos terribles ojos como la sangre llamados Mangekyou Sharingan. 

Mismos terribles orbes qué a su vez no habían hecho otra cosa más que aterrorizar a todos los jóvenes presentes en aquélla devastada zona de Magnolia, pero aún más al monarca del nevado reino de Arendelle quién además se encontraba temblando ligeramente debido a la descomunal desconfianza que le provocaba aquélla poderosa mujer.

Naruto: ¿Quién...quién es esa...mujer?.

Sakura: Desprende...una enorme energía mágica...realmente poderosa.

Preguntaron los dos flamantes monarcas de Romalia con una notoria duda reflejada en sus respectivas palabras al momento de que ambos se encontraban observando fijamente a la aterradora mujer de ojos rojos, misma líder de aquéllos malignos espíritus oscuros de la región de Fiore que solo se podía visualizar en ese preciso instante de pie y sin realizar ningún solo movimiento físico ante la mirada sería de todos los presentes en la zona urbana.

Natsu: Esa mujer...posee en sus ojos.

Juvia: Él...Mangekyou Sharingan. 

Dijeron los dos actuales espíritus guardianes de Althohalla con un inmenso temor reflejado en sus respectivas miradas al estar apreciando aquéllos aterradores ojos rojos como la sangre, jóvenes portadores de la impresionante e inigualable magia elemental que rápidamente decidieron resguardar a su pequeño y único hijo de intenso cabello azul como el mar justo detrás de ellos.

Elsa: No puede ser...es ella...de nuevo.

Susurró la flamante reina de Arendelle con una notoria incredulidad reflejada en su angelical mirada mientras mantenía posados sus bellísimos ojos azules sobre la líder de los terribles espíritus oscuros, misma fémina de intenso cabello negro como la profunda oscuridad de la noche y terribles orbes rojos cómo la sangre humana que solo se mantenía observando hacia cierto punto en específico.

Siendo aquél mismo punto en específico el cansado joven portador del devastador e increíble elemento rayo llamado Sasuke, el cuál todavía se encontraba en ese preciso momento de pié justo a un costado de su amada esposa pelirubia y de ojos azules.

Sasuke: Tengo...que hablar con ella.

Declaró el sexto espíritu guardián de Althohalla con una suma seriedad en sus palabras antes de comenzar a caminar en dirección a la poderosa reina de Fiore, mismo joven de profundos ojos negros como la oscuridad de las tinieblas qué rápidamente fue detenido por su amada esposa portadora del elemento hielo, fémina de intenso cabello rubio platinado que aún se podía apreciar en ese instante cargando entre sus cálidos brazos a su pequeño y amado hijo llamado Owen.

Elsa: Espera...que...que tienes pensado hacer?, no...no puedes enfrentarla nuevamente tu solo...dejame ayudarte.

Dijo la flamante reina de Arendelle con un notorio temor reflejado en su angelical tono de voz al haber apreciado cómo su pareja sentimental detenía su trayecto, joven pelinegro qué debido a las palabras por parte de su esposa simplemente había decidido darse la media vuelta y proceder a observar aquéllos hermosos ojos azules como el gélido mar que tanto amaba.

Sasuke: Sabes algo, perderme en el bosque de Arendelle en aquélla ocasión...fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, ya que gracias a ese hecho...pude conocerte mi amor.

Habló el joven pelinegro con una pequeña sonrisa adornando su cansada mirada mientras se encontraba observando cariñosamente a su amada pareja sentimental de bellísimos ojos azules, hermosa mujer portadora de aquél congelante elemento hielo que al parecer no pudo evitar en lo más mínimo que sus inigualables orbes se humedecieran ligeramente debido a las bonitas palabras recibidas por parte de su querido esposo.

Elsa: Te amo Sasuke.

Exclamó la hermosa reina de Arendelle con un inmenso amor reflejado en sus palabras al momento de estar observando al cansado joven de intenso cabello negro a los ojos, mismo sexto espíritu guardián de Althohalla qué simplemente continuaba apreciando con demasiado amor a la gran mujer que más amaba en todo el mundo.

Sasuke: Yo también te amo, ustedes dos son lo más importante para mi. 

Pronunció el flamante rey de Arendelle con un notable cariño en su voz al estar apreciando tanto a su amada esposa como a su pequeño hijo de intenso cabello negro, infante de inigualables ojos azules como el gélido mar del norte que todavía se podía visualizar posado entre los cálidos y reconfortantes brazos de su encantadora madre llamada Elsa. 

Sin decir ni una sola palabra más, aquél joven de profundos ojos negros como la noche decidió retomar su camino en dirección a la terrible reina de Fiore, tratándose de un acontecimiento que a su vez se podía visualizar siendo apreciado de una forma sumamente expectante por parte de todos sus amigos elementales.

Iduna: ( Joven Sasuke). 

Pensó mentalmente la antigua reina de Arendelle al mantener sus bellísimos ojos azules enfocados sobre aquél joven que en ese preciso momento se encontraba dirigiéndose hacia la líder de los terribles espíritus oscuros de la región de Fiore, misma lastimada monarca portadora del devastador Mangekyou Sharingan que aún se apreciaba completamente de pié y sin realizar ningún solo movimiento físico mientras mantenía una expresión sumamente sería en su cansada mirada.

Sasuke: La batalla ha terminado, ya no tenemos porque seguir combatiendo.

Pronunció el flamante monarca del nevado reino de Arendelle con una notoria seriedad reflejada en su intimidante mirada una vez que logró estar justo en frente de aquélla mujer de ojos rojos, fémina portadora de aquél terrible Mangekyou Sharingan que únicamente se mantenía en un absoluto silencio mientras todavía continuaba en ese instante sin realizar ningún solo movimiento físico. 



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En el texto hay: para el amor no hay limites

Editado: 04.12.2023

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