Miércoles 23 de diciembre.
El reino de Arendelle es un hermoso lugar lleno de exuberantes bosques de pino y rodeado en su totalidad de grandes montañas, un lugar lleno de paz y tranquilidad ideal para la vida y gobernado por una reina muy particular llamada Elsa, ha transcurrido un año desde que ella perdiera el control de sus poderes en la celebración de su coronación y actualmente Arendelle se encuentra nuevamente en tiempos de invierno, pero no era un invierno provocado por accidente por su reina era un invierno totalmente natural ya que el reino se encontraba en vísperas de navidad, se supone que en esta celebración la mayor parte de la gente se encuentra feliz pasándola en familia pero lamentablemente no todos la pasan así y aùn que no lo crean una de esas personas es la misma reina de Arendelle, que desde temprano salio del reino diciendo que iría a pasear al bosque y aùn que su hermana Anna se ofreció en acompañarla Elsa se negó rotundamente y decidió ir completamente sola.
Hoy era un día completamente diferente a los demás, era un día gris y terriblemente nublado y amenazado con llover en cualquier momento, la nieve cubría las hermosas montañas y la copa de los pinos de casi todo el bosque y en una zona de este mismo se encontraba la reina sentada y con una mirada perdida y pensativa mientras que a su vez observaba el gran cielo nublado, Elsa llevaba aquí casi todo el día y es que ella había caminado un largo tramo desde el castillo hasta esta parte del bosque pero una vez el cansancio le empezó a ganar decidió parar un rato su caminata, muchos pensamientos inundaban su mente siendo pensamientos mayormente negativos y que muchas veces la atormentaban de una manera terrible.
Algunos de esos pensamientos eran, y si llegaba a congelar el reino por accidente una vez más o que tal si las personas no la aceptaban del todo y todavía la seguían considerando un monstruo, Elsa ella cubrió su rostro con sus manos mientras gruesas lágrimas empezaban a brotar sin control de sus bellos ojos, en muchas ocasiones se llegó a preguntó si el reino estaría mucho mejor si ella no existiera, incluso aún cuando ya tenía a su hermana junto a ella apoyándola siempre no se sentía del todo feliz.
Elsa: desearía dejar de tener estos horribles pensamientos, he tratado de evadirlos constantemente pero...solamente no puedo.
Se decía a sí misma la reina.
En ocasiones llegaba a envidiar un poco a su hermana, ya que ella tenía a su pareja Kristoff haciéndole compañía y brindándole todo su amor y apoyo incondicional, Por un momento un pensamiento pasó por su mente y se preguntó a sí misma si ella también tendría a alguien a quien amar y que la amara por igual pero nuevamente los malos pensamientos se apoderadan de Elsa, quién querría amar a alguien como ella de seguro vivirían con el temor de que pudiera congelarlo por accidente, incluso en diferentes ocasiones pensó en dejarle el puesto de reina a Anna ya que ese puesto exigía que algún día se casara y que de esa unión brindará un futuro heredero a la corona, algo que por el momento ella no podía brindar pero por otra parte su hermana si.
La joven mujer estaba tan sumida en sus pensamientos que no logró notar las pequeñas gotas de agua que empezaban a caer del cielo.
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Por otra parte cerca de donde se encontraba descansando Elsa un chico de la misma edad que ella de pelo negro largo hasta la altura del cuello piel blanca y unos ojos tan negros como la noche se acercaba a paso lento hacia su dirección, vestía un pantalón militar color negro y unas botas del mismo color además de llevar puesta una camisa de manga larga de color negro claro y sobre esta misma una chaqueta color blanca con dos detalles negros en la parte del cuello que al parecer lo cubrirá tontamente del frío, el joven parecía estar un poco desorientado ya que observaba para todos lados como buscando algo.
Sasuke: Maldición creo que en verdad estoy perdido, eso me pasa por pedirle indicaciones a cualquier persona.
Mencionó el joven ahora conocido como sasuke con molestia, pues al parecer había estado caminando por horas sin ver algún rastro de civilización.
Sasuke: Estoy agotado... desde hace horas que debí haber llegado a Arendelle y ahora lo peor es que está empezando a llover si no encuentro un refugio lo antes posible me ira muy mal.
Decía sasuke viendo las gotas que poco a poco empezaban a caer del cielo, El joven siguió caminando sin rumbo aparente cuando a unos cuantos metros más adelante le pareció ver a alguien, una gran emoción lo invadió de inmediato pues esa persona podría ayudarlo a llegar por fin a su destino así que sin pensarlo mucho decido acercarse despacio ya que la persona podría asustarse al pensar que se trataba de un bandido, entre más se acercaba Sasuke a esa persona empezó a distinguirla mejor era una chica de pelo rubio casi platinado vestida con un vestido azul con negro (autor, el mismo que Elsa había usado en su coronación) pero la pregunta era, que estaba haciendo una mujer sola en un bosque y en un día pésimo para salir a caminar, fue su pensamiento del pelinegro.
Mientras tanto con Elsa, ella parecía no haber notado que alguien se acercaba pues todavía se encontraba tan sumida en sus propios pensamientos, Pero tuvo que reaccionar cuando alguien la empezó a llamar levemente.
Sasuke: Mmm....Hola.
Elsa al escuchar eso voltio rápidamente para ver quien le llamaba topándose con unos ojos tan negros como la misma noche y quedándose sin decir ni una solo palabra, solo observando esos hermosos ojos oscuros.
Sasuke al no recibir respuesta pudo notar de inmediato que ella mostraba una clara mirada de triste, también pudo ver que tenía su pelo completamente mojado por la gran lluvia que apenas hace unos minutos había comenzado, pero no había sido todo ya que también pudo notar que al parecer había estado llorando ya que eso lo demostraban sus ojos azules y enrojecidos así que viendo el estado en el que se encontraba aquella joven decido preguntarle.