Fruto del destino

Capítulo 29: Destino, Los Angeles

Olivia

—Listo—dije mientras cerraba la maleta—Ya podemos irnos—dije mientras me levantaba y miraba a Lily y a Becca.

Fuimos hasta el taxi que nos recogía en la puerta, pero no antes sin despedirme de mis padres por si el casting salía bien.

Mi madre soltó una lágrima—Estoy orgullosa de ti hija—se limpió la lágrima—No sé si podré estar tanto tiempo sin tenerte cerca.

—Mamá, no me voy para toda la vida.

—Pero vas a cumplir uno de tus sueños, ¿no es eso maravilloso?

—En el mejor de los casos solamente será un año.

—Sigue siendo mucho tiempo, ahora la casa estará vacía, sin ti y sin tu hermana esto será diferente...

—Volveré tranquila, puede que dentro de una semana—encogí los hombros—Tengo que irme ya, os quiero a los dos—abracé a mis padres.

Me dirigí al taxi donde estaban esperándome Becca y Lily, bajé la ventanilla del coche y me despedí de mis padres con un saludo.

Después de esto me sentí bien y el aire fresco llegaba hasta mi cara y cerré los ojos mientras apoyaba mi cabeza.

Viento...

Llegamos hasta el aeropuerto y bajamos todo el equipaje para poder pasar los controles y poder volar.

Nos agarramos de la mano las tres mientras mirábamos el cartel que ponía Los Ángeles y suspiré.

—En este viaje prometo pasármelo bien—sonreí —Pasárnoslo—remarqué esa palabra.

Pasamos todos los controles y llegamos hasta el avión, cada paso que daba me sentía un poco más libre y dejaba un alivio en mí que era inexplicable. Miré hacia el cielo y sonreí. Iba a cumplir un sueño.

Me monté en el avión y dejé la maleta en la parte superior de los asientos, me senté en el mío y simplemente esperamos a que el avión despegara.

En el despegue agarré la mano de Becca y ella la de Lily mientras yo tenía agarrado el collar con la izquierda y miraba hacia la ventana. En ese momento mi corazón se paralizó cuando el avión comenzó a moverse, pero el despegue casi ni se notó, eso hizo que me llenase de alivio por completo.

Suspiré—Ahora solo toca esperar—las miré mientras ellas sonreían y asentían con la cabeza.

Pasaron algunas horas y yo me las pasé leyendo, alcé la cabeza y mi mirada se quedó en la ventana, estábamos tan alto que se podía observar todo, las ciudades eran diminutas y apenas se podía observar con claridad, la altura era tanta que incluso estábamos por encima de las nubes, podía ver las nubes debajo de nosotros decorando todo el precioso paisaje.

Se podría decir que en ese momento estaba feliz y tenía paz plena.

Becca y Lily habían caído rendidas y yo cerré el libro para acurrucarme con ellas e intentar descansar un poco.

—Queridos pasajeros y pasajeras, el avión está a punto de aterrizar—sonó por megafonía.

Esto hizo que me despertase y me colocase para el aterrizaje.

—Becca, Lily—las llamé mientras las movía para despertarlas—El avión va a aterrizar.

Cuando el avión aterrizó bajamos con las maletas por las escaleras y nada más salí pude notar que el aire era diferente, era más cálido, el día estaba soleado y todo parecía maravilloso.

Nick vino con nosotras y nos llevó hasta el hotel para poder dejar las maletas.

—Este es el hotel—dijo dejándonos justo enfrente de un hotel lujoso—Luego os recogeré para enseñaros toda la ciudad—dijo mientras nos bajábamos.

—Wow—dije—Nunca había estado en un hotel tan... lujoso.

Dos botones aparecieron ante nosotras.

—Buenos días, permítenos que les llevemos las maletas a su correspondiente habitación—dijeron mientras agarraban nuestras maletas.

Llegamos hasta la recepción y nos dieron la llave para poder entrar.

—Tercera planta habitación número 10—dijo la recepcionista.

Subimos hasta la habitación y era enorme, tenía un ventanal gigante en el que las vistas daban a toda la ciudad y era simplemente hermoso todo. Era una habitación muy elegante y sutil a la vez, toques blancos que aportaban claridad y toques dorados que transmitían calidez.

Me tumbé en la gran cama dejando caer todo mi peso en ella.

—¿No os parece increíble? Estamos en Los Ángeles, nunca creí que vendría hasta aquí.

—Te lo mereces Olivia, has pasado por mucho.

—Si...—suspiré mientras recordaba todo y alguien llamaba a mi teléfono.

Me levanté a por mí móvil y era Nick.

—¿Estáis listas? —dijo.

Yo las miré y sonreí.

—Más que listas.

Llevábamos ya tres días y era como vivir en un completo sueño, todo era tan maravilloso y perfecto, tanto que ni siquiera podía creérmelo.

—Es lo mejor que hemos podido hacer en la vida—dijo Lily.

—Esto sí que se pueden llamar vacaciones—dije mientras agarraba un poco de patatas de la bolsa que tenía Becca en las manos.

—¡Estamos en la maldita playa de Los Ángeles!, ¿qué más se puede pedir?

Yo me acomodé las gafas mientras tomaba el sol para ponerme más bronceada.

—Olivia—apareció Nick—¿Puedo hablar contigo un momento?

Yo asentí y me levanté para alejarme y hablar tranquilamente con él.

—¿Qué ocurre? —pregunté confusa.

—¿Te viene bien hacer hoy el casting? —preguntó directo.

—No lo sé...—dudé—Creo que sí, pero me da miedo, nunca he hecho nada de esto, ni siquiera interpretar ni actuar.

—No te puedes acobardar a último momento Olivia—me cogió de la mano—No puedes dejar escapar tu sueño por culpa del miedo a algo.

—Lo sé, pero yo...

—No hay ningún, pero, seguro que te acaban cogiendo para el papel, literalmente eres el perfil que buscan—me interrumpió—Si te sirve de consuelo yo estaré ahí apoyándote, si decides venir te prometo darte algunos consejos para antes del casting—sonrió—Espero verte a las 6:30, yo paso a recogerte, ten toma tienes que aprenderte este párrafo para el casting.

Yo asentí con la cabeza mientras sonreía y agarraba el papel con el párrafo, tan rápido como pudo Nick desapareció de mi vista y yo volví con las chicas.




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