_ ¡En realidad, no!
_ Esta bellísima florecilla , descendió de las alturas, para finalmente perecer en mis manos. _ explicó la niña.
_ ¿ Y qué sucedió con Tootzy ? _ indagó Rosalía, en una mezcla explosiva de furia e intriga.
_ A decir verdad , lo desconozco.
_ Lo único que recuerdo haber visto al despertar, fue la flor …
_ ¿ Acaso esperas que yo crea semejantes patrañas ? ...
_ Lo del gatito , parece haber sido cierto, pero lo de esa multicolor y misteriosa florecilla, ¡Mmmm!...
_ En fin , permanecerás castigada un mes y medio, por desobediente y fabuladora.
_ Pero mamá , lo que te he contado es ...
_ ¡Basta de peros , niñita llorona! ¡Entra de una vez, antes que me sulfure! ¡ Y procura encerrarte en tu habitación! _ sentenció la dama del vestido a rayas.
_ Y tú , Cachito , muchas gracias por haber rescatado a mi hija.
_ Te estaré eternemente agradecida.
_ No es nada, doña Rosalía , lo que ocurrió fue pura casualidad.
_ ¡Toma!
_ ¿Qué es? _ preguntó Cachito.
_ ¡Una fotografía! _ exclamó la dama.
_ Una fotografía de Tootzy jugando con un ovillito de lana negro.
_ ¡Su favorito!. "Te lo has ganado en buena ley “.
_ ¡Muchas gracias , señora, es usted muy amable! ...
_ Y ya sabes, puedes venir a visitarnos cuando gustes.
_ Lo tendré en cuenta.
_ Adiós.
_ Adiós , jovencito.
Y así se marchó el niñito, esfumándose entre la exquisita espesura de aquellos prolongados y perfumados campos ...
El paisaje era dulce e inolvidable, como la magia del primer beso de una adolescente.Atrás quedaba la pena, la amargura inmensa, derramada en el tazón de la nostalgia. Lejos quedaba el sol, la iridiscente y nacarada lluvia , fluyendo a cuentagotas de las vertientes de mi alma.