Llegué a la casa, fui al cuarto de mi mamá, ahí estaba dormida, no vi a Angélica por ningún lado lo que me parecía bien, así me evitaba otra bochornosa discusión. Mi paz se fue por un tubo, cuando choque con ella afuera de la habitación.
- disculpa _digo serio_
- no te preocupes, ¿cenamos para hacer las pases ?
- no puedo, saldré con Camila, compermiso _ digo en tono frío_
Pasó a un lado de ella, rápidamente me toma del brazo.
- No vallas, quédate conmigo _ una lágrima resbala en su mejilla_
- por favor, no hagas las cosas más difíciles
- tu eres el que complica todo, si tan solo me dejaras demostrarte cuánto te deseo.
Toma mi rostro en sus manos, intenta besarme, pero lo evitó.
- jamás vuelvas a intentar besarme, y de una vez entiende que entre nosotros nunca va a pasar nada
- por lo menos déjame estar cerca de ti.
- ya lo hice una vez y confundiste las cosas, Ahh una cosa, quiero respeto hacía Camila cuando venga de visita, no se te valla a ocurrir hacer algún escándalo por qué entonces tú & yo vamos a tener muchos más problemas.
Subó a mi habitación, escuchando el llanto de Angélica en el pasillo, lamento escucharla llorar por mi rechazo pero desde un principio fui claro.
En la tina agregué sales de baño, cerre los ojos disfrutando el agua tibia, 10 minutos después amarré una toalla en mi cintura, decidi vestirme casual, una playera negra, pantalón de mezclilla, zapatos bien lustrados, cabello peinado hacía un lado y loción. Valla no luzco mal, debería vestirme así más seguido por qué aveces me fastidio de usar trajes empresariales.
Dentro la cochera me esperaba un Lamborghini blanco, salí de ahí a toda velocidad, ansioso de llegar con mi bella Camila. Le llamo para avisarle que estoy cerca pero su celular nisiquiera suena, Estaciono el auto frente a su casa, intento entrar y la gente de seguridad no me dejá pasar, lo único que se me ocurre es gritarle, al parecer no está, desconcertado subo al auto, de repente se escucha una voz femenina.